Michelle Obama, pillada en Mallorca sin su marido: esto es lo que hace a escondidas

Con esta inesperada visita, Michelle Obama deja clara constancia que su disfrute estival siempre está asegurado en Mallorca, donde se le ha visto por tercera vez. La mujer del expresidente de Estados Unidos ha vuelto a emplazar sus vacaciones en las Islas Baleares y es que parece ser una enamorada de los placeres que encierra este privilegiado rincón del Mediterráneo. Una vez más, ha aterrizado en la isla para pasar unos días de asueto junto a unos amigos íntimos, entre los que destaca el que fuese embajador de Estados Unidos en Madrid durante su etapa como primera dama, Jaime Costos, y su marido, Michael Smith, considerado uno de los diseñadores de interiores más cotizados entre las celebrities.

Este matrimonio hizo muy buenas migas con Michelle Obama cuando tenían que trabajar juntos por llevar la marca americana a lo más grande. Después, el trato institucional dio paso a una relación de amistad, que les ha llevado ahora a compartir juntos unas placenteras vacaciones. La mujer de Barack Obama, a sus 59 años, descansa durante estos días en Mallorca, donde sus amigos poseen una espectacular mansión cercana a la costa. Un punto de encuentro desde donde harán mucho turismo, como así ha sucedido en las dos anteriores visitas de la ex primera dama a la isla, cuando se dejaba ver haciendo senderismo, saciando su apetito en los mejores restaurantes y recorriendo las calles de un enclave único en mitad del Mediterráneo.

Y así parece estar dispuesta a hacerlo un verano más Michelle Obama, que ya ha sido vista en suelo mallorquín disfrutando de los placeres que le depara la isla. Este lunes 4 de septiembre ha podido ser fotografiada por paparazzi junto al matrimonio que la ha acogido, estimulando su exigente paladar en un popular restaurante de Puerto Portals. Una oportunidad de oro para ver lo bien que se lo pasa y, además, el curioso atuendo elegido para pasearse por las calles de Mallorca bajo la atenta mirada de los cámaras y también de los curiosos que se topaba en el camino.

Michelle Obama optó por lucir un atuendo oscuro con el que desafiar el calor de los últimos coletazos del verano. Pero lo que más llamaba la atención de su outfit es la pedrería que adorna su hato, compuesto por unos pantalones cortos holgados en color negro que estilizaba su silueta, gracias a su cintura alta. También una camiseta a juego sin mangas de la misma tonalidad. Pero todos se fijaron en las decenas de cuentas de piedras y conchas que adornaban su estilismo, muy acorde para su escapada playera sin su marido, pero con amigos. Barack Obama no le ha acompañado, quizá por evitar el ruido que ha generado la publicación de unas cartas de cuando tenía 21 años y en las que expresaba las dudas sobre su sexualidad y su atracción hacia hombres.