Aniversario

La boda de Donald Trump y Melania 20 años después: por qué no llevó ramo, los locos regalos que pidió, invitados y el menú groumet

Ahora que han celebrado dos décadas juntos con una foto inédita de su enlace, repasamos los detalles más escandalosos de su ‘sí, quiero’

Donald Trump y Melania, en el baile inaugural del 45 mandato. (Estados Unidos) EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS
Donald Trump y Melania, en el baile inaugural del 45 mandato. (Estados Unidos) EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDSMICHAEL REYNOLDSAgencia EFE

Donald Trump está pletórico, radiante de felicidad, después de conseguir conquistar por segunda vez la Casa Blanca. Una vez formalizada la investidura que le reconoce como nuevo presidente electo de los Estados Unidos, ha querido pasar a otra celebración, mucho más íntima y personal. Y es que su baño de masas ha coincidido con una importante fecha señalada en el calendario: es su 20 aniversario de boda conMelania Trump. El amor entre ellos siempre está puesto en entredicho y sus gestos son analizados con lupa en busca de confirmación de que lo suyo hace aguas. Besos que se quedan en el aire, manotazos que impiden una tierna caricia o miradas que matan. Todo es mirado con detenimiento. Pero, mientras tanto, lo cierto es que ellos celebran su matrimonio dos décadas después de jurarse amor eterno y lo hacen con una fotografía inédita de su mágico día. Una imagen que nunca antes había visto la luz y que el mandatario ha querido compartir para felicitar a su compañera de vida.

El 'no-beso' de Donald Trump a Melania durante su investidura como presidente de Estados Unidos
El 'no-beso' de Donald Trump a Melania durante su investidura como presidente de Estados UnidosAgencia EFE

“¡Feliz 20 aniversario Melania!”, le ha dedicado Donald Trump a su esposa en un alarde romántico, aunque no se haya explayado nada a la hora de hablar sobre sus sentimientos hacia ella, siendo la eslovena la madre de su hijo pequeño y fiel escudera. Fue en 2005, concretamente el 22 de enero, cuando el magnate y la modelo decidieron intercambiar alianzas en una boda espectacular en la que no se escatimó en gastos. La elitista Palm Beach de Florida sirvió como telón de fondo, emplazando su ‘sí, quiero’ en la iglesia episcopal Bethesda by the sea. Por supuesto, al tratarse de su día grande no quisieron ponerse límites, siendo tan solo la imaginación lo que pudo frenarles. Nunca el dinero.

Así, el vestido de Melania Trump estaba valorado en 200.000 dólares, lo que ya servía para abrir boca a los invitados, mucho antes de sacar a pasear los manjares y mejores licores. Firmado por John Galliano para la casa de Christian Dior, su pomposo diseño enamoró a las expertas en moda hace 20 años. Todos hablaban desde impresionante falda de gran volumen que estaba estratégicamente adornada con pedrería, cristales preciosos y perlas. También de lo bien que le sentaba y cómo se encajaba a la perfección en su privilegiada anatomía de maniquí. Conquistó especialmente el detalle de que prescindiese del tradicional ramo de flores y optase por un rosario adornado con rosas blancas y piedras preciosas.

Melania quiso sentirse la princesa del cuento de hadas que pensaba protagonizar, en la que era su primera boda, aunque para su esposo era su tercera intentona con el matrimonio. Por cierto, las dos exmujeres del presidente estadounidense, Ivana y Marla Maples, fueron invitadas al enlace. También grandes mandatarios de la talla del ahora rey Carlos III de Inglaterra o su homólogo, el príncipe Alberto II de Mónaco. También nombres propios del mundo del espectáculo como Elton John, Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, Bill y Hilary Clinton, Anne Wintour, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Naomi Campbell, Heidi Klum, Clint Eastwood o Luciano Pavarotti, entre muchos otros.

Melania Trump no quiso delegar los detalles de su boda, por lo que trabajó codo con codo con Russell Preston. Experto en bodas de famosos, organizador de la que Douglas con Catherine o la de Liza Minelli, decía de la modelo eslovena que “su gusto es impecable. Todo en ella es exquisito, quiere la mejor calidad y eso me encanta. Creo que tiene elegancia europea, que es muy diferente a lo que se usa por aquí”, decía poco antes de la boda que acaparó todas las miradas. Al final, el emplazamiento elegido se vistió de arreglos florales con rosas color blanco, orquídeas y lirios, que dotaban la estancia de elegancia y aroma. La seda vestía las mesas, sobre la que descansaba la cubertería de oro y los candelabros de cristal. Así, se dispuso también un salón de baile de mil metros cuadrados para que todos tuviesen su hueco reservado para dejarse mecer por la música. Todo privado y es que el financiero que ahora triunfa en política rechazó ofertas de dos cadenas de televisión que querían retransmitir el enlace en directo. Dijo no con mucho humor: “La última boda que vi televisada en directo fue la de la princesa Diana y el príncipe Carlos de Inglaterra y no estuvo del todo bien”.

Nadie pasó hambre. El banquete fue igual de ingente que el dinero empleado en el vestido de Melania Trump y la decoración de la boda. Contrataron para la ocasión al chef Jean-Georges Vongerichten, que realizó un menú groumet donde destacaba el caviar, la langosta, el pastel de cangrejo o el filete mignon. También comentada fue la tarda de boda, de siete pisos de altura, glaseada con oro de 24 quilates y con más de 2.000 flores de azúcar como adorno. Como regalos, Donald Trump y su esposa pedían a sus invitados en su lista de bodas desde un frutero de porcelana de 6.440 euros, hasta tenedores para pescado de 170 euros y cuchillos para carne de 140 euros. También querían los de queso a juego, mucho más baratos, a 45 euros. Son de gustos caros, pero fueron especialmente espléndidos en su boda con sus invitados.