Misterio resuelto

Reaparece la tiara desaparecida de la Corona británica en una boda real en Malasia

Se casaba el hijo del sultán de Pahang durante 10 días y allí apareció. Ha estado 60 años en paradero desconocido. Esta es su historia

La novia, Tengku Natasya Puteri Tengku Adna, con la tiara de diamantes de la reina Mary de Teck
La novia, Tengku Natasya Puteri Tengku Adna, con la tiara de diamantes de la reina Mary de TeckGobierno de Malasia

Una corona de diamantes del joyero de la Familia Real británica, que estaba perdida, vuelve a acaparar todas las miradas. Más si después de años sin tener constancia de ella, reaparece como protagonista en un enlace real, pero a miles de kilómetros de la que fuese su casa original. Se le ha situado en el mapa concretamente en Malasia, en el marco de la celebración de la boda entre el príncipe Muhammad Tengku Arif Bendahara, hijo del sultán de Pahang, con la hija del exministro de Territorios Federales, Tengku Natasya Puteri Tengku Adnan. La fiesta por su unión ha durado diez días y ha dado para muchas anécdotas, siendo de lo más comentado del enlace, como cabría esperar, los estilismos de la novia y sus invitadas. Pero especialmente se prestaba atención a sus complementos, pues para tan importante ocasión se abrió el joyero y se pasearon piezas con un incalculable valor histórico, además del económico, como es la tiara de diamantes que perteneció a la reina Mary de Teck, abuela de la reina Isabel II de Inglaterra.

La novia, Tengku Natasya Puteri Tengku Adna, con la corona de diamantes de la reina Mary de Teck
La novia, Tengku Natasya Puteri Tengku Adna, con la corona de diamantes de la reina Mary de TeckGobierno de Malasia

¿Qué hace allí? Es lo que se han preguntados aquellos que han logrado reconocerla, después de haber pasado por un proceso de remodelación. La tiara ha recibido un lavado de imagen para ajustarse a los gustos de su nueva propietaria, pero conservando sus diamantes y, con ello, su esplendor. Algo de lo que se ha percatado el experto en casa real y sus joyeros, Saad Salman, que a través de su blog ‘The royal watcher’ ha desvelado cómo ha terminado la precisada tiara bandeau en manos de la realeza de Malasia. Con la particularidad de que sus diamantes van formando rombos y hay una fila de perlas que los enmarca por la parte superior y la inferior, permitía ser lucida con otras joyas añadido, para aumentar su espectacularidad, como así hizo la abuela de Isabel II en varias apariciones públicas.

Forma parte del misterio quién se esconde detrás de la creación de tan exclusiva tiara de diamantes, aunque el citado experto sospecha que es obra de la casa Cartier. Tampoco hay certeza sobre cuándo entró a formar parte del joyero de la casa real británica, ni qué pasó con ella más allá de la década de los años 60, cuando desapareció y no volvió a ser vista. Hasta ahora. De la reina Mary de Teck pasó a manos de la princesa Margarita cuando cumplió la mayoría de edad. La hermana de la reina Isabel II la lució en numerosas recepciones y actos sociales durante los años 50, pero se la consideró aparcada en su joyero hasta que se le perdió la pista y nadie más de la familia la sacó a pasear. Ahora, en Malasia, están dándole una nueva vida, no solo permitiéndole que vuelva a brillar con luz propia, sino también con unas modificaciones que han dificultado la tarea de identificarla.

Saad Salman entra en el terreno de la probabilidad al plantear como posibilidad que la princesa Margarita fuese la responsable de la salida de la tiara de su familia. Entre finales de la década de los 70 y principios de los 80 obtuvo inyecciones de liquidez mediante la venta de algunas de sus joyas. Así lo hizo, por ejemplo, con la tiara de amatistas que también heredó de la reina Mary de Teck, por lo que considera muy plausible la idea de que vendiese ambas piezas en la misma temporada. Ahora se conoce su destino seis décadas después, al aparecer en una de las fiestas enmarcadas en la boda real de Malasia. La portó la novia, aunque no el día que dio el ‘sí, quiero’, sino en otra ocasión. También su suegra, la reina Azizah, esposa del sultán de Pahang, la ha llevado en otras ocasiones, lo que la reconoce como dueña de la preciada pieza, a la que ha decidido añadirle tres impresionantes broches.