La prensa inglesa, tajante, define con tres palabras la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

La infanta Elena está de celebración esta semana. El próximo viernes 20 de diciembre alcanzará los 61 años, una fecha muy especial que de seguro festejará con algunos de sus seres queridos, aprovechando además que este año ha caído en pleno inicio del fin de semana.

Los 60 que cumplió el año anterior se convirtieron en todo un acontecimiento no solo porque la cifra fuera redonda. Tras años de distancia publica, de ese conocido como "cordón sanitario", la infanta fue capaz de reunir en el madrileño restaurante Pabú a buena parte de su familia, incluidos los Reyes Felipe VI y Letizia, sus hijos Victoria Federica y Felipe Juan Froilán, don Juan Carlos I y doña Sofía, la infanta Cristina, Juan Valentín, Irene y Pablo Urdangarín; la infanta Margarita, su marido Carlos Zurita y su hija María Zurita; o Simoneta Gómez-Acebo.

Un encuentro público que podría repetirse este año, aunque quizás de una forma más privada. La expectación en torno al cumpleaños de la duquesa de Lugo crece incluso allende las fronteras españolas, y la revista inglesa "Tatler", especializada en lifestyle y alta sociedad, le ha dedicado un extenso reportaje para calentar motores.

La presentan como una mujer "bella y siempre exquisitamente vestida" que pese al ostracismo al que se vio forzada en los peores momentos de la Corona siempre "ha desempeñado un papel constante y discreto como hermana mayor del Rey".

El magacín británico, además, recuerda su boda con Jaime de Marichalar, un evento que siguieron millones de espectadores y que congregó a unas 150.000 personas en los alrededores de la Catedral de Sevilla, donde se dieron el "sí, quiero". No era para menos, puesto que la suya fue la primera boda real en España desde 1906, cuando se celebró el enlace de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenburg. "Tatler" define las nupcias de la infanta y De Marichalar como "todo un espectáculo", aunque señala que la historia de amor no llegó a buen puerto y se divorciaron en 2009, pocos años después de anunciar su "cese temporal de la convivencia", el eufemismo del año.

Destaca también la revista la afición de la infanta Elena por la equitación, deporte que sigue practicando en las instalaciones de Zarzuela que el Rey Juan Carlos I mandó construir cuando se percató del talento de su hija a lomos de los caballos. "Tatler" apunta a que la duquesa de Lugo se adentra "en la mejor parte de su séptima década" y no se equivoca, teniendo en cuenta todas las razones que la leal hermana mayor del Rey Felipe VI tiene para sonreír.