La infanta Elena recupera la sonrisa en una divertida jornada hípica

Tras haber pasado por un verano algo atípico en comparación a los últimos años, a raíz de las vacaciones por separado de los miembros de la familia del Rey, la infanta Elena ha vuelto a la capital y ha retomado su rutina. Si ayer saltó la noticia de que la hermana de don Felipe VI viajó hasta Sanxenxo para disfrutar de las regatas locales, hoy se publican fotografías de la tercera en la línea de sucesión al trono pasándolo en grande durante una divertida jornada hípica.

Las imágenes se remontan al pasado fin de semana, cuando la infanta Elena se dejó caer por el CSN2*, una famosa competición hípica en la categoría de Salto a la que la primogénita de los Reyes Juan Carlos ha acudido en calidad de espectadora y participante. Demostrando su pasión por la equitación y sus dotes a lomos del caballo, la duquesa de Lugo se ha lucido como una auténtica amazona mientras disfrutaba de la compañía de buenos amigos y compañeros aficionados a lo ecuestre.

La infanta Elena ha sido vista en el hipódromo charlando, divirtiéndose, paseando a los perros con un amigo, divisando la competición en una actitud atenta y expectante y, como no podía ser de otra manera, concursando. Poco tardó la madre de Victoria Federica y Felipe Juan Froilán en subirse a su caballo, que recibe el nombre de Jordano, para galopar por el terreno y disfrutar de su mayor hobby. De hecho, la sonrisa no se le borró de la cara en ningún momento.

La equitación siempre ha sido uno de los mayores apoyos para la infanta Elena. Se trata del deporte en el que se ha refugiado cuando ha necesitado despejarse y escapar de los problemas que la han azotado. El hipódromo se ha convertido en su vía de escape, un lugar donde, aunque sea por unas horas, puede evadirse. Allí cuenta con grandes amigos, como Luis Astolfi, un hombre al que conoce desde hace años y al que le une una excelente relación.