Kate Middleton ha desatado la locura este sábado 15 de junio en la festividad de Trooping the Colour. Aunque en realidad es el día grande para su suegro, el Rey Carlos III de Inglaterra, donde se conmemora su aniversario –en verdad su cumpleaños es el 14 de noviembre-, todas las miradas estaban fijadas en Kate Middleton. La expectación era máxima ante la idea de que la princesa de Gales iba a reaparecer en un acto público después de 170 días retirada por cuestiones de salud. Su cáncer ha sido una noticia difícil de digerir para el pueblo, después de la presión a la que se vio sometida el pasado mes de enero para que confesase qué le sucedía tras esa misteriosa “cirugía abdominal” que le hizo desaparecer del mapa sin dejar rastro. En marzo confesó que estaba librando una batalla contra el cáncer, lo que le hizo ganarse el respeto popular, después de varios intentos infructuosos para lograrlo sin dar explicaciones.

Después de esto volvió a desaparecer, siendo anecdóticas las veces que se le ha visto realizar tareas rutinarias que nada tenían que ver con su papel de representación de la Corona. Ese que retoma este sábado para sorpresa de todos, pues se había anunciado su baja en Trooping the Colour hasta que este mismo viernes, ella misma a través de las redes sociales, daba la buena nueva de que estaría en el desfile militar y recorriendo las calles de Londres en el tradicional carruaje de caballos. Una oportunidad única para el pueblo para verla en primera persona después de tanto tiempo, que bien han aprovechado muchos. Pero no todos de la misma forma. Mientras unos se conformaban con aguardar la llegada del coche oficial con Kate y su familia en el interior, otros han querido ser protagonistas de la jornada a su costa.

Desde primera hora de la mañana las calles de la capital británica se han engalanado para la ocasión. Entre banderitas patrias y pancartas en honor al rey Carlos III, había muchas otras que centraban su atención en la princesa de Gales. No ha podido evitar robarle el foco y el protagonismo a su suegro, al menos sí en las atenciones recibidas por parte del público, que ha acudido a la cita con la familia real incluso con reproducciones de ellos mismos a tamaño real en cartón piedra. Imprimir una silueta del Monarca y su nuera con tan buena calidad no es barato, pero el fervor que despierta en su pueblo bien merece la pena tales gastos.

Mientras que todos se fijaban en los 1.400 soldados, los 200 caballos y los 400 músicos que componen el desfile militar, muchas miradas se desviaban irremediablemente al público. A veces el espectáculo lo ofrecían más los curiosos que los protagonistas de Trooping the Colour. Muchos de ellos llevan desde primera hora de la mañana reservándose un sitio privilegiado para ver mejor que nadie la llegada de Kate Middleton y del resto de miembros de la casa. Y precisamente los más madrugadores han sido los más excéntricos a la hora de elegir atuendo y complementos. Como la pareja que se vistió por completo con los colores de la bandera británica, así como aquellos que completaron sus looks con coronas, tiaras, pamelas y tocados para hacer hondear sus banderas patrias. También los había que presumían de su talento a la hora de retratar a los príncipes de Gales y sus hijos sobre el lienzo, mientras que otros simplemente acudían a la cita para mostrar su rechazo al reinado de Carlos III. Siempre hay lugar para todos, lo que suele ofrecer simpáticas notas de color a un acto regio.