Su lado más bromista
El día que Isabel II dejó en shock a su familia con una inverosímil sorpresa
La reina de los británicos tenía un sentido del humor especial, que desplegaba con sus seres queridos con especial inteligencia. Así fue su última fechoría
La Reina Isabel II de Inglaterra nos dejó el pasado año, dejando un gran dolor con su marcha. Le sucede en el trono su hijo, el Rey Carlos III, pero aún todas las atenciones siguen puestas en la soberana más longeva de Europa, que supo ganarse la simpatía no solo de su pueblo y del resto del mundo, sino también de su propia familia, que alucinaba con sus ocurrencias y sorpresas. Sobre esto ha hablado ampliamente su nieta, la princesa Eugenia de York, en una reciente entrevista concedida al podcast ‘White Question Time’. Un espacio en el que ha mostrado una de las facetas más desconocidas de su abuela, que incluso a ella misma la dejó atónita, al igual que al resto de miembros del clan Windsor.
La reina de los británicos durante siete largas décadas tuvo tiempo suficiente para mostrarse tal y como era ante el mundo. Esto incluye también su lado más bromista y gamberro, el cual tan solo sacaba a relucir en contadas ocasiones en público, pero ampliamente en la intimidad ante los suyos. Así lo recuerda ahora la hija del príncipe Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson en su inusual entrevista, que recuerda el día que su abuela guardó un secreto a su familia hasta el último instante, lo que provocó que ni sus hijos ni sus nietos diesen crédito a lo que estaban viendo en el televisor meses antes de su trágica muerte.
Su última gran fechoría fue con el osito Paddington como cómplice. Con él protagonizó un simpático sketch por su Jubileo de Platino, pero antes ya había hecho lo propio con Daniel Craig, quien encarnaba al agente 007, James Bond. Con motivo de la conmemoración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, la soberana se puso frente a las cámaras en el palacio de Buckingham para “saltar en paracaídas” y aterrizar en el Estado Olímpico. Obviamente había más magia del cine que realidad, pero en la familia real nadie sabía que Isabel II se había prestado a tal hazaña, lo que supuso un gran revuelo entre los Windsor, como así reconoce ahora la princesa Eugenia de York.
“Nadie lo sabía. Fue increíble. Nos sorprendió a todos”, recuerda su nieta, que quiere ofrecer una imagen cercana de quién era la reina Isabel II en la intimidad, como abuela: “Era una de las mejores personas del mundo. Su sentido del deber y la dedicación y su amor por su pueblo, realmente, sucedió en público como todos pudieron ver y sucedió en privado con nosotros. También aprendimos de ella a cómo hacer las cosas, cómo hablar con la gente, cómo mantenernos fuertes, obedientes y amables. Cuando murió le dije a la gente lo afortunada que soy de tener una parte de ella en mí”, detallaba durante la entrevista en la que también ha hablado de su hermana Beatriz y sus dificultades con las redes sociales.
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