Salud mental

¿Qué es el trastorno ansioso depresivo que padece Rocío Carrasco?

La inestabilidad emocional hizo que no pensara “en nada ni en nadie” durante su intento de suicidio en 2019

Fotograma del primer episodio de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva
Fotograma del primer episodio de 'Rocío, contar la verdad para seguir vivaMediasetLa Razón

Rocío Carrasco presenta un conjunto de síntomas ansioso depresivos de intensidad moderada-grave” por los que lleva en tratamiento desde 2011, según el informe psicológico que la propia hija de Rocío Jurado ha aportado en su entrevista a Telecinco para la docuserie “Rocío. Contar la verdad para seguir viva”. Unos problemas de estabilidad emocional que le hicieron “no pensar en nada ni en nadie” durante su intento de suicidio del 5 de agosto de 2019, coincidiendo con la participación de Antonio David Flores en ‘GH VIP’.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga el trastorno mixto ansioso-depresivo en la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10) como una complicación que aparece “cuando existen tanto síntomas de ansiedad como de depresión, pero sin que ninguno de estos síntomas sea claramente predominante”. De esta forma, no aparecen con tanta importancia como para que se justifique un diagnóstico particular por separado. Esta categoría no debe ser utilizada cuando los síntomas de ambos trastornos son graves. Se enmarca dentro de la categoría “otros trastornos de ansiedad” dedicada a aquellos en los que la manifestación de ansiedad es el síntoma principal. En el caso de Rociíto, el parte médico destaca que la intensidad de sus síntomas es moderada-grave.

Ese mismo documento explica que el trastorno le produce a Rocío Carrasco efectos de inestabilidad emocional, baja autoestima y daño psíquico. Además, la imagen que se ha proyectado de ella en los medios le ha producido “desadaptación social, laboral y personal” que han conducido a “sentimientos de evitación social, vulnerabilidad y desesperanza”.

Principales síntomas

Según el doctor Víctor Manuel González Rodríguez en la guía de buena práctica clínica en depresión y ansiedad del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, los pacientes con este trastorno suelen mostrar problemas de concentración, trastornos del sueño, fatiga, falta de energía, irritabilidad, preocupación, llanto fácil, hipervigilancia, anticipación del peligro, baja autoestima, sentimientos de inutilidad y desesperanza. El doctor sostiene que los síntomas pueden producir un deterioro social o laboral. También aparecen otros síntomas asociados, como palpitaciones, mareos, trastorno del apetito, sequedad en la boca, pérdida de la libido, tensión, intranquilidad e ideas o actos suicidas.

Tratamiento

Una vez se detecta un posible trastorno ansioso-depresivo, el psiquiatra investigará la historia clínica en busca de un diagnóstico previo por ansiedad o depresión. Si no existen casos anteriores, debe descartar otros diagnósticos, como trastornos adaptativos, ansiedad generalizada, distimia o trastorno de la personalidad. Si se siguen descartando estas enfermedades, se debe establecer una estrecha relación médico-paciente para realizar un seguimiento y evaluar si se puede tratar de un trastorno crónico o aparece nueva sintomatología. Antes de recurrir a la medicación, el profesional recurrira a tratamientos psicológicos específicos, como las técnicas cognitivo conductuales.