Acusación

El Defensor del Pueblo destapa "castigos" en un psiquiátrico gallego, con pacientes atados y aislados

Entre los ejemplos figuran una contención a una persona tranquila o una inmovilización que duró 9 días

Imagen del centro.
Imagen del centro. Hestia Alliance

Una inspección del Defensor del Pueblo ha destapado "castigos" en un psiquiátrico gallego, el sanatorio La Robleda, donde hay personas ingresadas que son atadas durante semanas y otras que permanecen aisladas por largos períodos.

"El mero hecho de disponer de castigos" es poco "terapéutico", indica el informe al que ha tenido acceso EFE y que subraya el uso inadecuado de medidas restrictivas como la contención habitacional o mecánica.

Dos técnicos realizaron una visita sorpresa a este Hospital de Salud Mental y tratamiento de Toxicomanías, que desde 2007 está en O Pino (A Coruña), aunque antes operaba en el barrio de San Lourenzo, en Santiago, para examinar el proceso de ingreso, la atención prestada y los procedimientos empleados.

Sobre las contenciones, apreciaron que son "práctica habitual", a veces "durante semanas" en las que únicamente se desata para higiene personal. A pesar de ser limitantes de derechos, tanto las mecánicas como las farmacológicas, no ven los profesionales encargados de la supervisión que se vaya a un uso adecuado, mínimo e imprescindible de las mismas.

En este sentido, ponen dos ejemplos ilustrativos tras el visionado de los videos: la contención a una persona tranquila, sin agresividad y que colabora; y otra inmovilización que duró 9 días, seguida de otros 3 más de aislamiento habitacional.

"Aislar" es otra "práctica común" sin soporte legal, que no está recogida en circulares ni documentos internos, detallan. Y ponen el foco en los menores, pues para este colectivo se cierran dos habitaciones en la segunda planta generando un "falso espacio diferenciado", con acceso a una habitación y a una pequeña sala, y no al resto, causando así un "riesgo aún mayor a una edad crítica".

En las malas praxis descritas, mencionan igualmente la necesidad de extremar el rigor en la detección de casos de posible agresión sexual. Citan una denuncia de una mujer que relata que se le tocan sus partes íntimas y es insultada, pero no se menciona "resultado" alguno de la comprobación de la veracidad del testimonio a través de las cámaras que funcionan 24 horas en la mayor parte de las estancias.

Así mismo, los técnicos se refieren a un funcionamiento "especialmente irregular" de estas cámaras.

Otras deficiencias en el proceder se refieren al trato "discriminatorio" a los ingresados en el módulo de psiquiatría frente a los que están en sociosanitario en cuanto al uso de dispositivos tecnológicos. "Hay personas ingresadas desde hace más de 20 años" y privarlas del uso de tales aparatos supone "una situación clara de vulneración de derechos".

Tampoco hay un programa de deshabituación del tabaquismo, pero de modo "arbitrario" se limitan a 6 los cigarrillos diarios.

Y no dispone tampoco el centro, que en ocasiones presta atención a pacientes derivados de la sanidad pública, de un canal adecuado para reaccionar ante presuntos maltratos.

Aparte, hay un exceso de "politerapia con antipsicóticos" y una utilización de la propia cama de las personas ingresadas como "cama de contención", por lo que deben dormir en un lecho en el que han vivido episodios de manera "altamente traumática".

En el momento de la visita -realizada el pasado septiembre- eran 94 los pacientes, distribuidos en sociosanitarios y psiquiátricos, tanto agudos como crónicos; una clasificación que la dirección explicó que tenía que ver con la forma de facturación y no con el tipo de ingresado.

Una única psicóloga era la encargada de atender a todos, pues el otro profesional estaba en excedencia, y de las actividades, bajo su tutela, se ocupaban dos monitoras, ante la ausencia de una terapeuta ocupacional. "Raramente", consta en el informe, se hacen excursiones o visitas de interés fuera de las instalaciones.

La estancia media global, de 187,05 días, está muy por encima de la media de psiquiatría en la comunidad autónoma y "es posible" estar años en este complejo pese a la "estabilidad clínica"

De los 94, hasta 42 eran ingresos involuntarios, 12 mujeres y 30 hombres. Una paciente llevaba "once años" y había otro caso en el que la persona continuaba en internamiento pese a que en las 185 páginas de sus notas clínicas figuraba "hasta 1.798" veces que se mantenía estable, "sin cambios".

Lo habitual, señala el alto comisionado, es que superada la fase aguda, sea posible el tratamiento ambulatorio, porque "en ninguna enfermedad mental se producen descompensaciones de duraciones tan largas".

Así las cosas, "la proporción de pacientes ingresados con intervención judicial como la duración de los internamientos involuntarios resultan muy elevados", se apunta en el expediente.

Y en éste se recoge, por último, la falta de un protocolo de valoración de capacidad que permita mejorar el procedimiento diagnóstico y de esa manera "reducir al máximo" el elemento de subjetividad asociado a una simple entrevista.