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La importancia de enseñar a los hijos a aceptar la frustración y cuidar su salud mental

Muchos jóvenes carecen de estrategias para enfrentar situaciones que les generan malestar, a menudo sin identificar las causas de su ansiedad o tristeza

El Responsable de la Unidad de Psicología Clínica Infancia y Adolescencia del Hospital Universitario San Rafael, el doctor Jesús Paños.
El Responsable de la Unidad de Psicología Clínica Infancia y Adolescencia del Hospital Universitario San Rafael, el doctor Jesús Paños.HUSR

En la actualidad, es fundamental que los padres eduquen a sus hijos en la gestión de la frustración y en el cuidado de su salud mental. El doctor Jesús Paños, responsable de la Unidad de Psicología Clínica Infancia y Adolescencia del Hospital Universitario San Rafael, destaca que muchos jóvenes carecen de estrategias para enfrentar situaciones que les generan malestar, a menudo sin identificar las causas de su ansiedad o tristeza. Según Paños, "algunos jóvenes tienen la sensación interior de no tener estrategias para enfrentar las situaciones que les generan malestar y, en ocasiones, ni siquiera saben qué ha podido disparar ese malestar."

La familia debe ser el principal entorno de aprendizaje, no solo en términos de cuidados físicos, sino también en el desarrollo de habilidades para afrontar los desafíos de la vida. Paños señala que "las familias han de ser la principal escuela de aprendizaje, no solo de cuidados, sino también de habilidades para afrontar la vida." Además, agrega que muchos jóvenes viven la ansiedad o la tristeza como algo ajeno a sus vidas cómodas, lo que refleja una cierta fragilidad y desconocimiento de las consecuencias de su estilo de vida. "Dan la sensación de fragilidad, de no saber las consecuencias que conlleva su estilo de vida", explica el experto.

Es esencial enseñar a los jóvenes a pensar de forma racional, identificar las fuentes de su malestar y aplicar estrategias para minimizarlas. Según Paños, “es necesario enseñarles a pensar de manera lógica y a identificar los factores que les generan angustia, para que puedan aplicar técnicas que minimicen ese malestar." Además, crecer en entornos seguros, con vínculos afectivos sólidos y modelos de estabilidad emocional, contribuye significativamente a su bienestar. Mostrar cariño y atención, así como establecer límites y normas claras, son aspectos fundamentales en este proceso.

Fomentar actividades que promuevan habilidades sociales y emocionales

La familia puede orientar el ocio de sus hijos, fomentando intereses y acompañando el inicio de su vida social. Este acompañamiento requiere tiempo y esfuerzo, pero es crucial para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. “La familia puede canalizar el ocio de sus hijos, fomentando el interés por unos u otros temas y puede acompañar el inicio de su vida social", comenta Paños.

Es importante que colegios, institutos, centros de salud y universidades ofrezcan talleres y seminarios que impartan estas habilidades emocionales y sociales. “Los colegios, institutos, centros de salud, centros de jóvenes y universidades deberían ofrecer talleres y seminarios dirigidos a impartir estas habilidades", recalca Paños. La educación emocional debe ser una constante, no una asignatura aislada, y requiere acompañamiento emocional por parte de adultos capacitados.

La resiliencia como factor protector ante la adversidad

Las familias que integran estos recursos en su dinámica cotidiana suelen ser más exitosas y saludables mentalmente. “Las familias más exitosas y sanas mentalmente lo hacen de forma intuitiva, porque han identificado la importancia de estos recursos en su propia vida”, afirma Paños. Cuanto más y mejores recursos personales de afrontamiento posean los jóvenes, menor será el impacto de los problemas y la adversidad en sus vidas.

En resumen, es esencial que los padres eduquen a sus hijos en la aceptación de la frustración y en el cuidado de su salud mental, proporcionando un entorno familiar que promueva el desarrollo de habilidades emocionales y sociales. Este enfoque integral contribuirá a formar individuos más resilientes y preparados para enfrentar los desafíos de la vida.