Medio Ambiente
Submarinos en Gibraltar: el plan de emergencia británico deja en evidencia a España
Las autoridades inglesas sí cuentan con un método preventivo ante un riesgo nuclear
No existe un plan de riesgo en España sobre el peligro que suponen los submarinos nucleares en Gibraltar, caladero habitual de sumergibles sobre todo británicos, aunque hayan hecho acto de presencia también con bandera norteamericana. Por contra, todas las bases navales británicas consultadas que albergan submarinos nucleares cerca de población civil tienen planes de contingencia como los de las bases de Plymouth o Clyde –la más grande de Reino Unido–, a los que ha tenido acceso LA RAZÓN. En España, la población del Campo de Gibraltar, que supone medio millón de españoles, no dispone de ese planteamiento preventivo ante un episodio nuclear que pudiera darse en su área de influencia. Sus habitantes corren, por lo tanto, un riesgo extremo sin que las autoridades españolas hayan previsto un método de actuación ante tal eventualidad, según confirmó el propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a través del Portal de Transparencia, como informó este periódico al hacerse eco de la denuncia del abogado Guillermo Rocafort.
En este sentido, Gibraltar realiza cada tres años un simulacro/ejercicio de contaminación nuclear para prevenir a su población. Del lado español no hay ninguna precaución ante la posible fuga de «componentes radiactivos y rayos gamma» que conllevaría un incidente nuclear en el área.
En el plan de emergencia del Peñón no se habla de informar a las autoridades vecinas, pero –en el epígrafe «turistas»– se prevé que cerrarían la frontera, «dejando dentro del territorio de Gibraltar a muchas personas». Los afectados por contaminación nuclear serían trasladados al Royal Naval Hospital del Peñón y deberían ser tratados como «población local», según este documento que no cita a nuestro país salvo para decir que los servicios de emergencias serán desplegados en algunos puntos «cerca de España». Y esto en una zona que ha sido parada y fonda de más de 100 submarinos atómicos británicos desde 2001 y no cesa de recibir moles flotantes de este calibre. Así, durante los primeros días de marzo albergó cuatro embarcaciones de guerra de Reino Unido: el «HM Submarine Audacious» y el «Astute», además de los barcos «HMS Trent», «HMS Forth» y «HMS Scott», una concentración digna de la época de la guerra de las Malvinas.
Como en otras ocasiones, el grupo ecologista español Verdemar-Ecologistas En Acción condenó el arribo del «HMS Audacious» a la base de Gibraltar, donde aseguró que estaba reparando sus motores auxiliares con el humo visible en la bahía. Los ecologistas afirman que la base se está convirtiendo en un amarradero del tipo «X», lo que permite el uso frecuente y regular de buques de guerra de propulsión nuclear y su construcción, reacondicionamiento y reparación. Gibraltar cuenta actualmente con dos atracaderos «Z» que atienden a las visitas operativas o recreativas ocasionales de embarcaciones de propulsión nuclear.
Al igual que el «Audacious», el resto llegó después de sus operaciones en el Mediterráneo, pues su trabajo de mantenimiento a menudo se lleva a cabo en el Peñón. En los últimos años han estado allí, averiados, cuatro submarinos: «Tireless», «Georgia», «Ambush» y «Oklahoma».
Precisamente en diciembre del año 2000, una resolución del Parlamento Europeo sobre el sumergible británico «Tireless» consideraba «fundamental mantener informada a la población, no solo por razones objetivas sino también por la especial sensibilidad del público ante las cuestiones nucleares, por pequeña que sea la cantidad de que se trate».
A finales de 2019, los «guardianes nucleares» de la Royal Navy estuvieron durante dos semanas en Gibraltar haciendo maniobras y labores de protección de sus armas de «disuasión nuclear». Su función principal era proteger los misiles nucleares «Trident» de sus submarinos. «Un indicio claro de que Gibraltar ocupa un puesto especial en la estructura de disuasión nuclear británica en el mundo, con el riesgo para España de que se convierta sin quererlo ni saberlo en un escudo humano», según Rocafort.
En octubre de 2015, tres preguntas de Fernando Maura (UPyD) en el Parlamento Europeo sobre el riesgo nuclear y un eventual plan de protección fueron respondidas por Gabriel Arias Cañete (PP). Todas en sentido negativo y el aviso de que debe aplicarse el artículo 35 del Tratado Euratom: «Cada Estado de la UE debe crear las instalaciones necesarias a fin de controlar de modo permanente el índice de radiactividad de la atmósfera, las aguas y el suelo».
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