Estrategia
Podemos activa su plan: hoy silencio, guerra el 24-J
Asume ahora un rol «modesto» mientras reserva a Montero. El mandato es «bajar el pistón» y dejar a Díaz que «se queme»
Podemos da esta primera batalla por perdida y lo reconoce, pero no la guerra. Los morados no dan un paso atrás. Ponen a resguardo a su principal «activo político» y se preparan ya para su día «D». El día después de las elecciones generales, donde según las encuestas que maneja el partido morado, Sumar podría moverse en un baremo de entorno a 20 diputados, a día de hoy, lo que se leería como un fracaso directo del proyecto de Yolanda Díaz al no llegar o superar la barrera psicológica de los 38 diputados, que ya está marcada en rojo en la sede de Sumar. Podemos se desentendería de ese resultado porque no serán quienes pongan, en esta ocasión, toda la artillería en la mesa.
El partido confirmó ayer que no rompen la coalición con Sumar finalmente y no se presentarán por solitario al 23-J. Se pliegan ahora a la líder de Sumar, Yolanda Díaz, pero esperarán su momento.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, se enfrentaba ayer a su reunión más difícil frente a su ejecutiva. Tenía que explicar ante su dirección por qué se aceptaba el «sacrificio» de su principal cara visible, Irene Montero, de cara al 23-J. De la reunión consiguió su objetivo, un cierre de filas en torno a ella misma y a su número dos y el aval para caminar por la vía «difícil». Esto es, asumir Podemos «no lidera» en estas elecciones, y que «para ganar hay que saber perder», en palabras de la ministra de Derechos Sociales.
Además, venden el discurso que en los momentos «difíciles», los morados ponen «el interés colectivo por delante del interés como partido», según el razonamiento de la secretaria general. Al igual que dieron poder a Pedro Sánchez para gobernar en 2019, retrocedieron primero con Pablo Iglesias para formar un gobierno de coalición que después el PSOE rechazó, ahora también lo hacen al aceptar que Irene Montero esté vetada para Sumar.
El partido da un paso atrás ahora y protege su capital político de cara al futuro. Irene Montero no concurrirá a las elecciones generales y los morados asumen un rol secundario. «Un papel modesto». En campaña electoral, aseguran que «no van a marcar» la estrategia de la campaña. «Nos pondremos por detrás de Yolanda y estaremos donde se nos pida. Haremos lo posible por frenar a la derecha», dijo la secretaria general.
Será después del 23-J cuando el partido vuelva a reclamar el lugar que cree que es suyo. «Sin os obligan a retroceder nos abrazamos y reorganizamos para volver a ese y muchos otros lugares más», advirtió la número dos de Podemos y ministra de Igualdad, Irene Montero, quien participó activamente en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos de ayer en Madrid para advertir a Díaz de que había sido sometida a un veto «injusto» e incluso vincular ese veto a los planteamientos que –a su juicio– vienen de PP y Vox. «Creo que no podemos aceptar las reglas del juego de la reacción y de la extrema derecha».
En ese cierre de filas, los morados pidieron a su militancia «no bajar los brazos» y se mostraron convencidos de que «también será el éxito de nuestro proyecto a medio plazo. Para ganar hay que saber perder y ningún partido de gobierno gana siempre», zanjó Belarra quien pidió a sus bases poner sus «energías» en «nuestra organización, en construir poder cultural, militante y social. Tenemos la mejor militancia, las herramientas y la experiencia».
Dentro de la formación sacan pecho por que las líderes de Podemos han sido «muy generosas» aceptando el veto a Montero y señalan a Díaz por esa falta de «generosidad». El propio Pablo Iglesias, ayer la acusó ayer de «cobardía» y «mezquindad».
Será el día después de las generales cuando la máquina vuelva a activarse, según los resultados que saque el conglomerado de partidos que se presentan bajo las siglas de Sumar, donde en el partido creen que no serán sus líderes quienes pondrán la cara como en el 28-M. Un dirigente presente en la reunión cree que el planteamiento de la dirección es el de «bajar el pistón» durante la campaña electoral y esperar al 24-J, donde si hay malos resultados, será Yolanda Díaz «la que se queme», dice. Entonces será cuando el partido resurja y vuelva a «dar la cara» con una Irene Montero que en campaña electoral no habrá puesto el «cuerpo». Por ahora, aseguran en Podemos, «se acabó la interna».
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