Europarlamento
Populares, socialdemócratas y liberales desbloquean el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea
Los socialistas apoyan al candidato de Meloni para salvar a la ministra de Transición Ecológica
La Gran Coalición ha vuelto. Populares, socialistas y liberales han llegado a este miércoles a un acuerdo para desbloquear el nombramiento de los seis vicepresidentes Ejecutivos de la Comisión Europea, cuya evaluación continuaba pendiente.
Los populares europeos condicionaban su apoyo a favor de la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta ejecutiva siempre y cuando su comparecencia en España para explicar su gestión sobre la DANA se saldase de manera positiva y de ahí que la fumata blanca se haya retrasado hasta la tarde del miércoles.
El Partido Popular Europeo supeditó la semana pasada votar a favor de Teresa Ribera como futura vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea a tres requisitos: su comparecencia ante el Congreso español para dar explicaciones sobre su gestión de la DANA; su compromiso a a dimitir en caso de posibles responsabilidades judiciales que pongan en entredicho su papel dentro del Ejecutivo comunitario y, por último, que los socialistas europeos aprobasen la candidatura tanto del aspirante italiano, Rafaele Fitto, como del húngaro Olivér Várhelyi.
Aunque los populares españoles siguen mostrándose en contra de votar a Ribera, esto no condicionará el voto del resto del grupo europeo. “El Partido Popular Europeo ha estado muy pendiente de la comparecencia de la aspirante a vicepresidenta de competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera. La diputada del Partido Popular, Esther Muñoz, le ha pedido a Ribera que se comprometa a dimitir de su posible cargo en la Comisión Europea en caso de resultar imputada por su gestión en las inundaciones que han asolado dos regiones españolas. Ella no ha respondido como tampoco lo hizo durante su audiencia ante el Parlamento Europeo. El Partido Popular Europeo quiere dejar constancia de que debe dimitir si es imputada por sus responsabilidades derivadas del ejercicio de sus competencias como vicepresidenta del Gobierno de España”, asegura esta fuerza política.
A pesar de esto, en el acuerdo final no se exige que Ribera se comprometa a esta dimisión si es finalmente imputada. El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber tan solo ha mencionado que Ribera debe cumplir el código de conducta de la Comisión Europea. Este código deja en manos de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exigir este requisito.
El martes de la semana pasada se produzco la comparecencia de Ribera en la Eurocámara, pero la votación sobre su idoneidad para el puesto se ha pospuesto sine die, al igual que el del resto del núcleo duro del futuro colegio de comisarios, compuesto por un total de seis vicepresidentes ejecutivos de diferentes fuerzas políticas.
Según el Partido Popular Europeo, este retraso se ha producido por la negativa de los socialistas a votar a favor de Rafaelle Fitto, el candidato de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, al que los socialistas tachan de extrema derecha y con un perfil no lo suficientemente europeísta para desempeñar el cargo.
Un veto que quedó claro en la reunión celebrada el lunes de la semana pasada por la noche entre populares, socialistas y liberales. Entonces se llegó a un pacto para votar en bloque a los seis vicepresidentes ejecutivos que se examinaban el martes y evitar vetos cruzados. Todo indicaba que los socialistas acabarían mostrándose a favor de Fitto a cambio de que los populares no pusieran reparos a la candidatura de Ribera. Pero este preacuerdo se rompió, tras la tensa comparecencia de la la española en la Eurocámara y las peticiones del PP español de que el Gobierno de Pedro Sánchez sustituyera su candidatura, tras su gestión de la DANA.
Después que los populares españoles consiguieran el respaldo de su familia europea para retrasar la votación de Ribera hasta esta semana, los socialistas amenazaron con tumbar a todo el colegio de comisarios. En su comunicado aseguraban que el núcleo duro del Ejecutivo comunitario – las seis vicepresidencias ejecutivas- debían repartirse entre las fuerzas consideradas europeístas: populares, socialistas y liberales. Una condición que dejaba fuera al candidato de Meloni. Acusaron también al jefe de filas de los populares europeos, Manfred Weber, de estar apoyándose en la extrema derecha y de romper la coalición de centro que durante décadas ha dirigido las instituciones comunitarias.
Aunque fuentes socialistas aseguraban que no todas las delegaciones estaban a favor de votar a favor del candidato de Meloni, finalmente se ha producido el acuerdo. Se espera que la votación de todo el colegio de comisarios tenga lugar la semana que viene en el pleno de Estrasburgo. Esto permitirá que la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen pueda comenzar su andadura el próximo 1 de diciembre, tal y como estaba inicialmente previsto. Se quiere evita un vacío de poder tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca
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