Defensa
La pandemia del coronavirus, las nevadas de «Filomena» o la erupción del volcán de La Palma han puesto de manifiesto la labor de las Fuerzas Armadasal servicio de los españoles. Pero los militares no sólo actúan allí donde se les ve, en la calle, sino que también garantizan la seguridad de nuestro país, de los españoles y de los aliados en diferentes misiones: unas, a miles de kilómetros, y otras, aunque no se les note, en casa. A estas tareas se dedican de media unos 5.700 uniformados cada día, de los que 2.640 luchan por todo el mundo contra el yihadismo o dan seguridad a otros países, mientras que unos 3.000 están de guardia a diario en España para vigilar y proteger los espacios soberanos por tierra, mar, aire y el ciberespacio.
Estas son las misiones más importantes y más reales de las Fuerzas Armadas, muchas de las cuales son totalmente desconocidas para los ciudadanos, sobre todo las que se desarrollan dentro de nuestras fronteras. En el caso de las misiones en el exterior, hay algo más de conocimiento, aunque de las más «mediáticas», como la ya finalizada de Afganistán o la posterior evacuación de los colaboradores españoles. Pero aún hay ciudadanos que no saben qué hacen los militares en Mali, República Centroafricana o Letonia. De hecho, una encuesta de NC Report para LA RAZÓN mostraba que uno de cada cuatro no sabía nada de esas operaciones.
En ellas participan, a día de hoy, 2.640 efectivos de los dos Ejércitos y la Armada, desplegados –bajo el paraguas de la OTAN, la UE o la ONU– en 15 misiones por todo el planeta, algunas de las cuales comenzaron hace más de 15 años.
Es el caso de la más numerosa, la de Líbano, en la que España inició su participación en 2006. En la actualidad, unos 620 militares contribuyen a dar estabilidad al país vigilando el cese de hostilidades y controlando la «Blue Line», la tensa frontera con Israel establecida por la ONU. Una misión en la que España juega un papel destacado al frente del Sector Este, pero aspira a más y confía en poder mandar la operación a partir de 2022.
La estabilidad de África, clave
En Mali está otro de los contingentes más numerosos. Allí, en la «frontera avanzada», 530 uniformados adiestran al Ejército del país para que sea capaz de luchar contra el yihadismo y, gracias a los tres helicópteros recientemente desplegados, realizan el transporte de tropas y efectivos a las diferentes «academias», las cuales también están en países cercanos, como Burkina Faso o Mauritania. A esta misión de la UE le presta apoyo el Ejército del Aire desde Senegal con 70 efectivos y dos aviones que también colaboran con otras misiones en el Sahel.
Para España este continente y su estabilidad es clave, por lo que poco a poco ha ido aumentando su presencia militar en él con misiones muy similares. Así, también hay «entrenadores» en Somalia (18) o en la República Centroafricana (8). Y en el extremo oriental, en el Cuerno de África, la Armada y el Ejército del Aire llevan desde 2009 luchando contra la piratería en el Índico de la mano de la UE en «Atalanta». Actualmente hay unos 290 militares, una fragata y un avión de vigilancia que han conseguido que esta delincuencia sea residual, trasladándose, eso sí, al extremo opuesto, al Golfo de Guinea, donde se despliegan varias veces al año con otras marinas europeas en lo que se ha bautizado como «Presencia Marítima Coordinada», que, sin ser una misión como tal, aspira a serlo.
Mozambique y Libia
Y en África es donde esta semana arrancó la nueva operación de los militares españoles, concretamente en Mozambique, donde dos efectivos participarán como observadores en la misión de entrenamiento de la UE (EUTM Mozambique). Portugal solicitó a España que se involucrase y Defensa ha autorizado, de momento, ese despliegue «simbólico» que podría llegar a ampliarse para, como en Mali, adiestrar a sus tropas. A finales de año otros cinco militares, dos policías y dos guardias civilesse estrenarán también como observadores en Libia.
Pero los militares españoles también entrenan a ejércitos en otras partes del mundo, como es el caso de Irak, donde se solapan dos misiones: una de la OTAN (NMI), con 115 efectivos que asesoran a sus Fuerzas Armadas, y la Coalición Internacional contra el Daesh, con 150 españoles adiestrando a las tropas del país y realizando transporte aéreo intrateatro con una unidad de helicópteros. Más reducido es el contingente español (tres efectivos) que asesora a más alto nivel a las Fuerzas Armadas de Bosnia, misión de la UE en la que España inició su participación en 2004.
Y, al igual que en Líbano, las Fuerzas Armadas españolas también protegen a otros países, como a Turquía, donde 150 efectivos con una batería de misiles «Patriot» sirven de refuerzo a la defensa aérea turca. O a los países bálticos con dos misiones diferentes, aunque actualmente sólo hay 350 uniformados, blindados y carros de combate desplegados en Letonia como parte de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN (eFP), una fuerza internacional de disuasión frente al desafío ruso. En esta zona del planeta también se despliega el Ejército del Aire con la OTAN una vez al año como mínimo para vigilar y proteger su espacio aéreo de las constantes incursiones de aeronaves rusas.
Agrupaciones Navales de la OTAN
A todas estas misiones se suma, en diferentes épocas del año, la activación de unidades navales en alguna de las Agrupaciones Permanentes de la Alianza (SNMG y SNMCMG contraminas). A día de hoy, en estas puntas de lanza marítimas ante cualquier crisis que surja están implicados unos 340 efectivos y tres buques: 230 militares y una fragata en el Grupo Naval nº1, en el Atlántico, y 109 efectivos y dos buques en el de medidas contraminas nº2, en el área del Mediterráneo.
Por último, la más desconocida de todas las operaciones en el exterior se desarrolla en Colombia, donde desde 2016 cinco militares ejercen de observadores de la ONU para verificar el proceso de paz.
Observar y vigilar dentro de España es lo que hacen también todos los días los cerca de 3.000 efectivos de los dos Ejércitos y la Armada que están activados y de guardia controlando los espacios soberanos en las denominadas Operaciones Permanentes. Mientras los radares del Ejército del Aire controlan el cielo español y avisan a los cazas en alerta para identificar cualquier posible aeronave sospechosa, los buques de la Armada controlan las aguas territoriales, colaboran en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo o protegen el patrimonio subacuático. En el caso del Ejército de Tierra, en estas misiones de vigilancia y disuasión llevan a cabo patrullas de presencia y control, reconocimientos de rutas e infraestructuras críticas o labores de inteligencia, principalmente en Canarias, Ceuta, Melilla y en los peñones e islotes del norte de África, pudiendo actuar, si son requeridos, en la Península o en las islas Baleares.
Son 3.000 los que están de guardia cada día, pero cuentan con el apoyo de otros 12.000 que están en alerta y listos para desplegarse ante cualquier amenaza que surja en nuestro país.