Estrategia
Edmundo Bal se agarra a su escaño en el Congreso por temor a que Ciudadanos desaparezca en Madrid
El pánico a una debacle en las elecciones del 4 de mayo de Madrid provoca que el candidato de Arrimadas se aferre a su asiento parlamentario en las Cortes
La terrible crisis interna que atraviesa Ciudadanos se cobraba ayer una nueva víctima: Ignacio Aguado. Pese al férreo apoyo de la cúpula de la formación, era apartado, entre lágrimas, como candidato a la Comunidad de Madrid. Ni en sus peores sueños habría imaginado que la jugada de Isabel Díaz Ayuso para evitar una moción de censura, terminase con su carrera política en Madrid. Su sucesor, el firme defensor de Inés Arrimadas, Edmundo Bal, toma las riendas de un partido dividido y roto, con pocas aspiraciones en unas elecciones marcadas por la palabra “traición”.
En la última encuesta realizada por NC Report para La Razón,los naranjas pierden 18 diputados, quedándose únicamente con 8 parlamentarios en la Asamblea. Y aunque se les considera parte importante para apuntalar un futuro gobierno, con Díaz Ayuso al frente, sus resultados no son muy halagüeños. Tanto es así, que Bal, lejos de abandonar su escaño en el Congreso ha decidido aferrarse a él ante la futura debacle del partido en los próximos comicios.
“El día 4 de mayo los votantes decidirán mi futuro y espero ser presidente de la Comunidad de Madrid, desde luego”, relataba en una entrevista en “Más de Uno”, con Carlos Alsina. De no ser así, todo apunta a que el aspirante podría regresar a la Cámara Baja.
Maniobra contra Aguado
Pese a que Aguado repitió una y otra vez que se presentaría a las primarias para ser el candidato con Madrid, de la noche a la mañana “decidió” renunciar, en favor de Edmundo Bal. La escenificación de una dulce retirada, deja a muchos con un sabor de boca agridulce, ya que son los mismos que conocen cómo se urdió la maniobra para destronar al vicepresidente madrileño.
“Aguado ha sido cesado y se ha ido con tristeza e imagino que cuando reflexionó sobre si volver a presentarse, él se lo pensó y decide de manera muy generosa hacer lo mejor para su partido y para los madrileños”, explicaba Edmundo Bal.
Dicho así parece que la culpa de que Aguado no se presente es de Díaz Ayuso. Pero esas ideas se despejan cuando asegura que él es el mejor candidato porque “no tiene mochilas en política”. Reconoce que se quedó estupefacto cuando recibió la llamada y que él no tenía en mente presentarse pero aceptó porque “puede ilusionar a la gente”.
Sin embargo, aunque insiste en que lo cómodo para él sería quedarse en el Congreso, sigue sin soltar su escaño por si los vientos el próximo 4 de mayo soplan en contra. Eso sí,de cara a la galería se muestra optimista: “Las elecciones están muy abiertas. En Ciudadanos desconfiamos mucho de las encuestas”.
Desplome en Ciudadanos
Pero las encuestas están ahí. Y todas apuntan a una sangría en la formación naranja. Según el sondeo de NC Report, la pérdida de 18 diputados (de 26 a 8), sitúa a Ciudadanos en el 6,3 por ciento de los votos, acercándose peligrosamente a ese cinco por ciento mínimo de votos establecido para tener representación en la Asamblea. De ahí que Edmundo Bal no quiera dejar su escaño en el Congreso ante el tsunami que se avecina. Hay que señalar, además, que desde las autonómicas de mayo de 2019 se han dejado por el camino un total de 435.188 votos.
Con Ignacio Aguado como cabeza de lista, Ciudadanos era el partido que menos votantes conseguía mantener (26,5 por ciento, uno de cada cuatro). El 46,3 por cientode los que les votaron en 2019 se han marchado al PP y otro 15,4 por ciento (97.000), a Vox. Además, un 11 por ciento (69.000) optará por abstenerse en esta ocasión. ¿Será capaz Edmundo Bal de remontar esta situación?
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