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Digitalización para la adaptación y mitigación del cambio climático
La colaboración entre gobiernos, comunidades, industria, ciencia y otros sectores sociales es la clave para un futuro más verde, principal conclusión de la jornada «Vienna tech for Green»
¿Qué papel pueden desempeñar la tecnología, la inteligencia artificial, el Internet de las cosas o la digitalización para aplicar soluciones sostenibles con los que afrontar que los retos climáticos y ambientales? Obviamente, no hay una única respuesta a esta pregunta, pero sí muchas experiencias y conocimiento para compartir que muestran que la tecnología ofrece recursos potentes para favorecer la creación de un futuro más sostenible.
Así ocurrió en el evento Vienna, tech for Green, celebrado recientemente en la capital austríaca, organizado por el Darwin’s Circle con la colaboración de Huawei. La jornada reunió a representantes institucionales y empresas internacionales, investigadores y start-ups que dialogaron sobre la necesidad de actuar ante los retos ambientales y el rol que la tecnología puede jugar en ese proceso.
Eco-sistemas vs ego-sistemas
Los participantes en los diversos coloquios de la jornada destacaron la necesidad de la colaboración para pasar de los ego-sistemas a los eco-sistemas. Dado que el cambio climático es un fenómeno y un reto global, tanto los responsables políticos que intervinieron en el acto, como los del mundo de la empresa y la investigación, recalcaron que la cooperación es clave para crear un futuro sostenible y que tanto gobiernos, comunidades, industrias y centros de investigación han de trabajar juntos para desarrollar estrategias de sostenibilidad replicables, aplicarlas y con éxito.
Asimismo, abogaron por la creación de redes de diversos alcances, -internacionales, nacionales y regionales-, que impulsen iniciativas sostenibles. «Debemos continuar juntos por ese camino», resumía de Claudia Plakolm, secretaria de estado de Digitalización del gobierno austriaco, en su discurso inaugural de la jornada. Que también reivindicaba «la responsabilidad de los países más pequeños de estar a la vanguardia de la transformación de la economía y la industria».
En todo caso, como destacaba Chirine Etezadzdeh, presidenta y fundadora centro alemán de investigación sobre ciudades SmarCity Institute, «la adaptación al cambio climático es necesaria y debemos prepararnos para una evolución que es previsible, con medidas que también, además de informar, integren activamente a los ciudadanos».
Ciencia y financiación
Por su parte, Robert Gulla, presidente de la fundación de investigación TU Wien, destacó dos puntos cruciales, la investigación científica y su financiación: «la ciencia es probablemente el único instrumento que tenemos para resolver los problemas del mundo. Pero, para desarrollar innovaciones es necesaria la investigación, básica. Y es difícil conseguir financiación. Por ello, aunque las empresas pueden avanzar mucho en términos de I+D+i, también es muy necesaria su colaboración con las universidades y centros de investigación. De donde salen también start-ups muy innovadoras».
Impacto positivo
La tecnología tiene ya comprobadas aplicaciones en adaptación de las ciudades al cambio climático, creación de infraestructuras, replanteamiento de modelos empresariales, optimización en las cadenas de suministro y los procesos de producción, etc. Todos ellos pueden ver reducidos sus impactos ambientales gracias a las TICs.
Un ejemplo lo puso Radoslaw Kedzia, vicepresidente sénior de la Región Europea de Huawei, al mencionar en su intervención el proyecto de agricultura inteligente desarrollado junto a la empresa austriaca DroneTech, con el que, entre otras cosas, «además de mejorar los rendimientos por hectárea de los cultivos, se han utilizado un 40% menos productos fitosanitarios». De ahí su convicción de que las infraestructuras basadas en la tecnología tienen capacidad de generar un gran impacto positivo. «La digitalización, añadió, supone un aumento de la eficiencia en todas las industrias que reduce de forma crítica las emisiones de carbono y aumenta la resistencia de las cadenas de suministro».
Por ello, añadió, «en las decisiones de negocio ya no hay que elegir entre las ganancias o ser ecoamigables, porque hoy ese equilibrio es posible y ambas pueden ir juntas. No son opuestas, sino que se pueden combinar y obtener ambos beneficios».
Alto consumo de recursos
No obstante, también se puso de relieve un área de mejora muy clara: «la IA consume muchos recursos energéticos, materiales y agua, -destacó Ana Paulo Nishio, directora de Cooperación Técnica y Desarrollo Industrial de ONUDI-, El camino pasa también porque la propia tecnología logre ser más eficiente. Además, no debe servir para optimizar la industria marrón. Hemos de asegurarnos de que la tecnología ayuda y no obstaculiza la salud del planeta», concluyó.
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