Verde
Cientos de buceadores voluntarios monitorizan los mares para la ciencia
Observadores del Mar, plataforma de ciencia ciudadana del CSIC, realiza 17 proyectos de investigación marina
Cientos de ojos vigilan el mar que rodea las costas españolas. Captan prácticamente todo lo que se mueve bajo la superficie: peces, corales, algas, medusas, incluso basura, son fichados por buceadores voluntarios que contribuyen a detectar las alteraciones que pueda haber en los hábitats marinos, la aparición de especies invasoras, los cambios de los ciclos de reproducción de especies o en su distribución geográfica.
Son los participantes en la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar (OdM), del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), «enfocada a la conservación marina, que involucra a la ciudadanía en tareas propias de la investigación científica para tener más ojos en muchas más zonas y así poder conocer los cambios y fenómenos que están afectando a la biodiversidad marina», explica Gemma Agell, bióloga marina del CEAB (Centro de Estudios Avanzados de Blanes) y miembro del equipo de coordinación de ODM, del área de Comunicación y Educación en concreto.
La ciencia ciudadana
La ciencia ciudadana es una disciplina científica «nacida hace muchos años, sobre todo en Gran Bretaña y países anglosajones, para involucrar a personas que por sus aficiones tienen un gran contacto con la naturaleza y son grandes conocedores de las especies y zonas que observan. Su colaboración con los equipos científicos aporta un plus para la realización de estudios de cambios de comportamientos, migraciones, etc.», indica Agell.
Los ciudadanos que participan en Observadores del Mar son, sobre todo, buceadores, que «se dan de alta la plataforma, con su usuario y su contraseña, crean su perfil y deciden en qué proyectos participan. A partir de ahí, cuando hacen sus inmersiones, toman los datos (especie, número de individuos, profundidad, geolocalización, fotos, etc.) y los suben a la plataforma», explica Macarena Marambio, integrante también del equipo de coordinación de OdM, en su caso del área científica.
A un lado de la plataforma están los voluntarios, la ciudadanía en definitiva. Al otro, los equipos científicos que coordinan los, actualmente, 17 proyectos activos dedicados a la conservación marina y centrados en cinco grandes áreas: biodiversidad, especies exóticas, especies amenazadas, impactos y cambio climático.
Formación y protocolos
En esos dos lados de la plataforma está lo que tanto Agell como Marambio destacan como puntos fuertes de OdM: la recogida de datos sigue unos protocolos definidos -«no se trata de salir a bucear al tún tún y a ver qué veo», señala Marambio-, sino que, previamente, todos los buceadores reciben una formación a través de los centros de buceo o de las entidades colaboradoras en el proyecto; además, las inmersiones se hacen de manera organizada y con objetivos concretos; así, esos datos tienen un punto más de calidad a la hora de analizarlos y compararlos.
Y esa es la segunda parte: los datos son validados por el equipo de científicos expertos en cada tema, «que es diferente para cada proyecto», puntualiza Marambio. Ellos identifican si la observación es correcta o si hay algún error. Si algo no está claro «hay comunicación directa entre el investigador y quien ha subido la información para aclarar dudas», subraya Agill.
A lo largo de los 12 años de funcionamiento de la plataforma, unos 5.500 voluntarios han realizado más de 20.000 observaciones, según declara la Fundación Biodiversidad, que apoya el proyecto.
La información recopilada se incorpora a diversas bases de datos internacionales, «para aumentar el conocimiento científico. Y también llega a las administraciones, para la gestión y conservación de especies o de espacios naturales protegidos, etc.», añade Agill.
OdM Climate Tour
A lo largo de los años unos proyectos han comenzado, otros culminado y otros evolucionado. Ahora justamente está en marcha el OdM Climate Tour, que monitoreará el litoral mediterráneo español para conocer el impacto del cambio climático en sus ecosistemas. Con el foco puesto en cuatro efectos asociados al calentamiento: «praderas marinas, peces y calentamiento, medusas y corales», detalla Marambio. Participan, de manera voluntaria, 50 centros de buceo y serán la red más grande de observadores del Mediterráneo. Reciben nuestro apoyo y formación, y ellos , a su vez, forman a los buceadores que quieran colaborar con la ciencia».
Uno de ellos es SuperDive, de Tossa de Mar, Girona. Y es, además, un observatorio centinela. Una figura de participación en OdM por la que cada organización colabora con proyectos concretos. «Nosotros , detalla Meri Alorda, una de sus directoras, estamos en el de tiburones y rayas, y el de caballitos de mar. Así que, nosotros mismos somos voluntarios del programa y a través nuestro participan muchos buceadores que asisten a nuestras actividades. Somos como un altavoz del proyecto».
Para Macarena Marambio, este sería el tercer punto destacado de Observadores del Mar: «la implicación voluntaria y altruista de tantas personas, es realmente gratificante. Es gente que hace cosas a cambio de nada y que se implica en generar un cambio».
✕
Accede a tu cuenta para comentar