Estrategia
Sánchez se aferra a Cataluña ante la debacle en Andalucía el 23J
El PSOE asegura que «está sacando voto de la abstención» por los pactos del PP y Vox
El PSOE ha cimentado tradicionalmente sus victorias en las elecciones generales en un doble eje: Andalucía-Cataluña. Sin embargo, desde 2022 hay una pata coja en esta estrategia y se trata, además, del pilar más robusto de la mayoría. El feudo andaluz, tradicional bastión socialista, reparte 61 diputados en el Congreso de los Diputados y la otrora solvencia del PSOE en este territorio le garantizaba una red de seguridad electoral. No obstante, tras la debacle sufrida hace un año –de la que el partido no se ha repuesto todavía ni anímica ni políticamente– el equilibrio de fuerzas se ha visto descompensado.
En las elecciones del 28M, los populares ganaron en siete provincias, a excepción de Jaén, aunque finalmente gobernarán en todas ellas tras llegar a un pacto también en esta última. Este avance de las posiciones del PP en el ámbito municipal se suma a la holgada mayoría absoluta que obtuvo en las autonómicas del 19J y tendrá su siguiente pantalla en las generales.
A la espera de que se escruten los votos, el último barómetro del CIS ya dibujó una realidad desalentadora para el PSOE. Los populares volverían a ser la fuerza más votada en todas las provincias andaluzas y su cifra de escaños oscilaría en la horquilla entre los 27 y 28 escaños. Esto supone un importante avance para las expectativas de Alberto Núñez Feijóo, de hasta 13 diputados más, respecto al resultado de 2019. Por su parte, el PSOE sería segunda fuerza en las generales en Andalucía con 18-20 escaños, a diez escaños de diferencia del PP y entre cinco y siete menos de los 25 actuales. Este margen en el que aventajarían los populares a los socialistas se suma a la holgadísima mayoría que conseguirían en la Comunidad de Madrid. De los 37 en juego en territorio madrileño, se repartirían entre 14-15 para PP y entre 10-11 para PSOE. «El problema lo tenemos en Madrid», reconocen fuentes socialistas, que cuantifican que el 28M el grueso de la diferencia entre PP y PSOE tenía como origen esta comunidad.
En virtud de la posición de desventaja de la que parten los socialistas, se aferran al buen resultado que, dan por hecho, conseguirán en Cataluña. «Les vamos a sacar 14 escaños», anticipan las fuentes consultadas. Los socialistas lograrían una horquilla de entre 16 y 18 escaños de los 48 que se distribuyen en Cataluña, mientras que los populares, que mejoran sus resultados, se quedaría entre 6 y 8. «No apunta a debacle», aseguran desde el PSOE, que vuelven a ubicar como decisiva para decantar la balanza la Comunidad Valenciana, donde apuntan a un empate que se saldaría de manera favorable para las fuerzas de izquierda.
Esa situación equilibrada la avanza también el CIS, que dibuja un 11-11 para PP y PSOE de los 33 escaños que reparte esta región en el Congreso de los Diputados. En Valencia recalará Pedro Sánchez en el mitin central de campaña, porque los socialistas confían en movilizar «el voto del cabreo» por los pactos que se han ido fraguando entre el PP y Vox, sobre todo en aquellas plazas donde el PSOE fue la fuerza más votada. A eso se aferran los socialistas, que aseguran que estas alianzas han generado «reacciones a la contra» por ir en dirección contraria al resultado de las urnas.
Otra de las bazas en las que confían en Ferraz y La Moncloa es en que exista una «corriente de voto oculto» hacia la izquierda, una corriente que no perciben las encuestas porque «no está bien visto» decir que se votará al PSOE. Sin embargo, y Sánchez se ha lanzado en las últimas horas a pedir el voto también a esos votantes del PP que no están de acuerdo –se «avergüenzan– de los pactos a los que ha llegado Feijóo con Abascal, unos pactos que suponen, según los socialistas, un «retroceso en derechos» que retrae a un perfil moderado que puede apostar por los populares o los socialistas indistintamente.
El partido busca paliar la estrategia de desmovilización que se ha emprendido por parte de Génova, con algunas encuestas y con mensajes orientados a garantizarse una mayoría de hasta 160 diputados. «Quieren decirles a los nuestros que ya está todo hecho para que no vayan a votar». Contra esto, desde el PSOE presumen de estar sacando a votantes de la abstención.
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