Accidente ferroviario

El tren descarrilado circuló "sin frenos" cuatro kilómetros y llegó "a gran velocidad" al punto donde fue desviado, según los datos iniciales de la investigación

En el convoy viajaban los dos mecánicos, según recoge un resumen del siniestro de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios

El tren que descarriló el pasado fin de semana en el túnel de alta velocidad de Atocha llegó "sin frenos" y "a gran velocidad" al punto en el que lo descarriló un trabajador de Adif. Así queda recogido en el resumen del suceso realizado por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) de acuerdo a los datos recogidos inicialmente por el organismo y que, como advierte, "pueden ser modificados en el proceso de investigación".

Según lo relatado por la CIAF en el resumen incluido en el expediente 108/2024 relativo al accidente, el tren 97015 partió de La Sagra con destino a los talleres de Fuencarral. Estaba formado por dos unidades del tren regional de alta velocidad serie 114. La primera unidad iba remolcando a la segunda, que estaba averiada. La tripulación del tren estaba formada por un maquinista y dos técnicos de mantenimiento.

El tren, prosigue la CIAF, circuló por el túnel de alta velocidad de Atocha a Chamartín, pero "a la entrada de la estación de Chamartín la unidad de cabeza (remolcadora) sufrió un fallo de tracción que le impidió subir la rampa de entrada a la estación (de unas 30 milésimas)". Para superar la rampa, el maquinista y el puesto de mando acordaron que el tren retrocediese para tomar impulso desde un tramo más llano. "Mientras se preparaba esta maniobra, la unidad de tren averiada (la remolcada) se soltó de su enganche y comenzó a derivar túnel abajo sin frenos, sin batería y con los dos técnicos a bordo", prosigue.

Descarrilamiento del S-114
Descarrilamiento del S-114A. CruzLa Razón

Cuatro kilómetros a la deriva

Después de más de cuatro kilómetros de deriva por el túnel (con pendientes de entre 12 y 30 milésimas), "la unidad llegó a gran velocidad al puesto de banalización de Jardín Botánico, donde fue cambiada de la vía nº 1 a la nº 2 [por un trabajador de Adif, como explicó el ministro de Transportes, Óscar Puente, el pasado martes]". En la siguiente curva tras el cambio de vía, la unidad descarriló y se salió por la tangente, chocando contra el muro del túnel. Los tres primeros coches de la unidad (en el sentido de la deriva) volcaron, mientras que el cuarto permaneció descarrilado, pero en posición vertical.

El resumen de la CIAF concluye que tras deslizarse una cierta distancia perdiendo velocidad, la unidad se detuvo aproximadamente en el punto kilométrico 7,000. Los dos técnicos de mantenimiento que iban a bordo del tren pudieron escapar sanos y salvos después de que éste se detuviera. No hubo víctimas mortales ni heridos graves, pero sí "daños serios, tanto en la unidad accidentada como en la infraestructura del túnel", describe el resumen.

El organismo investigador detalla también que este suceso entra en la categoría de “accidente grave” de acuerdo con la normativa reguladora de la investigación de accidentes ferroviarios, por la cuantía de los daños producidos y su efecto en la gestión de la seguridad. Por ello, concluye, de acuerdo con la misma normativa, debe realizarse una investigación técnica sobre este suceso de manera obligatoria.

Aunque inicialmente estaba previsto que Adif retirase el tren siniestrado este fin de semana, el administrador ferroviario informó ayer de que el servicio con destino Levante se prestará con normalidad y que tendrá su origen y destino en la estación de Chamartín, utilizando la vía que quedó libre y en perfecto estado en el túnel, por lo que los trabajos se van a retrasar.