Juicio

La presión de la RFEF a la amiga de Jenni Hermoso: "Si nos ayudáis, Luis devuelve muy bien los favores"

Ana Ecube asegura que Rivera y Albert Luque le atosigaron para convencer a la futbolista: "Era vender mi alma al diablo"

Ana Belén Ecube, la amiga de Jenni Hermoso que acompañó a la futbolista en la celebración en Ibiza del título de campeonas del mundo en agosto de 2023 ha asegurado al juez del "caso Rubiales" que el entonces responsable de Marketing de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Rubén Rivera y el director deportivo de la selección masculina Albert Luque presionaron a la internacional en un ambiente "bastante hostil" para intentar reconducir la polémica por el beso de Luis Rubiales, ante su insistencia en negar que fuese consentido.

Según ha relatado la testigo a preguntas de la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, Luque -para quien reclama una pena de año y medio de prisión por un delito de coacciones, la misma que solicita para Rivera- le llegó a asegurar: "Si nos ayudáis, sabéis que Luis devuelve muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a ti ni a Jenni". Pero ella se negó en redondo a intermediar para que su amiga hablase con el director deportivo, que se había desplazado a Ibiza y que reclamaba a Hermoso que hablasen "dos minutos". Pero fue Ecube quien bajó a la recepción del hotel para hablar con él, para intentar "proteger" a la futbolista, ya en esos momentos bastante agobiada. "No te equivoques conmigo, que yo tengo trabajo", le respondió tajante según ha afirmado. Y se negó en redondo porque, ha dicho, le pareció "venderle mi alma al diablo".

Durante la sesión, en la sala se han exhibido los mensajes que envió Albert Luque a Ana Ecube, contrariado porque la futbolista se negase a hablar con él, que se había desplazado a Ibiza para intentar convencerla para que avalara la versión de Luis Rubiales sobre que el beso fue consentido. "Me parece tan injusto, tan injusto, lo que le está haciendo a Luis (Rubiales)", le escribió según consta en esos mensajes, en los que califica de "bajeza humana" la actitud de Jenni hacia el entonces presidente de la RFEF, que a Luque le pareció de "poca empatía y humanidad".

"Un simple gesto quitarle a una persona el marrón más grande de su vida. Sabiendo ella que hay mala fe subiéndose al carro para matarlo. Tan injusto", lamentaba el en esas fechas director deportivo de la selección masculina de fútbol, que dejó patente sus sentimientos hacia Hermoso: "Solo le deseo en la vida que le devuelva lo que le está haciendo", convencido de que el tiempo da a cada uno, le advertía, "lo que se merece".

En esos mensajes de WhatsApp, Luque aseguraba también a Ana Ecube que no tenía problema alguno en hablar con ella cuando quisiese, pero le mandó un mensaje a Hermosos: "Dile a Jenni de mi parte que esto son dos días y que se encontrará después solita solita y yo, que no soy de alegrarme del mal de nadie, esta vez estaré contento por primera vez en mi vida". "Es la primera vez que he visto una injusticia enorme de una persona sin corazón", insistía. "¿Y encima se tatúa? ¿Pero quién te crees que eres tú, chica? Tiempo. A cada uno lo pondrá en su sitio".

"Estaba agotada anímica y físicamente"

La testigo -a quien el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto ha confundido inicialmente: "¿Es usted miembro del equipo de fútbol no?- ha explicado que viajó a Ibiza con el equipo nacional "en calidad de amiga de Jennifer Hermoso". Nada más llegar al hotel, ha recordado, Rubén Rivera "se acercó a Jenni y le dijo que estaban intentando contactar con ella. Insistió varias veces". "Jenni, por favor, quieren hablar contigo", le pidió intentando que hablase con el responsable de Integridad de la Federación "para poder contrastar su versión y hacer el comunicado", ha referido Ecube. Ella le dijo que no tenía batería en el móvil y Rivera se ofreció a cargárselo, a lo que Hermoso se negó. Pero ante su insistencia, finalmente accedió a dejarle el teléfono para que se lo cargara.

"Fue un momento incómodo porque fue muy insistente. Ella ya no sabía cómo decirle que no para que la dejara tranquila", ha rememorado. Y aunque a la postre, ha añadido, se mostró dispuesta a hablar, "se negó" a lo que le pedían. "Estaba agotada anímica y físicamente". "El entorno en Ibiza era bastante hostil", ha recalcado.

Ecube ha asegurado que en un principio ofreció su ayuda a Rivera, hasta que vio que su actitud "no era ayudar, sino incomodar a Jenni". "Ahí me arrepentí, porque vi que en ningún momento tenía intención de beneficiar a mi amiga, sino de perjudicarla".

Posteriormente, ha añadido, en el local al que se desplazaron para tomar algo y ver la puesta de sol, se redoblaron esas presiones. "Rivera volvió a insistir. Yo estaba en la hamaca con ella. Le pedía que por favor que hablara con él". "No, Rubén, por favor, estoy descansando", se volvió a negar la futbolista. Pero él "iba y venía". "En un momento Jenni se echó a llorar porque la situación le superaba".

La testigo ha afirmado que en esos momentos Rivera era consciente de que Albert Luque "había empezado a escribir a Jenni para decirle que estaba en Ibiza y que si tenía dos minutos podían hablar", por lo que el empeño del entonces responsable de Marketing era que accediera a verse con Luque. "Rubén me pidió varias veces que intentara convencer a Jenni para que hablara con Albert", con quien según ha admitido "tenía una relación cordial".

Ecube decidió bajar ella a recepción a hablar con Luque, pese a que su amiga le pidió que no lo hiciera. "Deja de hablar con ellos por favor, me sabe mal que te están molestando a ti. No estás para eso", le trasladó. "Estaba cabizbaja, casi no hablaba", ha recordado, pese a que es "una persona muy alegre".

"Voy a bajar yo, hablo con él y ganamos tiempo para que te dejen tranquila", decidió Ecube. ¿Por qué? "Veía que no paraban, y que no iban a parar. Yo quería protegerla".

Rivera le acompañó a recepción. "Al principio era un tono amigable", ha dicho. "¿No va a bajar Jenni?", lre preguntó Luque. Y al encontrarse la negativa por respuesta, le dijo, siempre según su versión de los hechos: "Vengo en calidad de amigo". "Si fueras su amigo entenderías que necesita descansar y respetarías su espacio", le replicó ella. "Ahora no es el momento de hablar con ella".

Ecube ha señalado que reprochó a Luque la gestión del asunto por parte de la RFEF. "Estamos todos aquí por vuestra culpa, porque si Rubiales pide perdón tras el comunicado igual baja la intensidad de esta situación", le puso de manifiesto. "Estáis todos muy nerviosos, porque sabéis que si Rubiales cae, os vais todos a la calle". A lo que Luque, apunta, contestó que él estaba "muy tranquilo" porque pertenecía al organigrama de la selección masculina. "Tengo contrato hasta después del Mundial".

La testigo ha asegurado que actuó de esta manera porque "no paraba de ver mal a su amiga" y decidió en consecuencia "que me molestasen a mí, en vez de a ella".