Banca
Hernández de Cos, nuestro hombre en Basilea
Como nuevo director gerente del Banco Internacional de Pagos tendrá mucha más influencia que poder efectivo, pero queda en una posición destacada ante la sucesión de Lagarde en el BCE en 2027
Martin Luther King (1929-1968), con todas sus luces y sombras a cuestas, defendía que «un líder genuino no es un buscador de consenso sino un creador de consenso». Pablo Hernández de Cos, ex-gobernador del Banco de España y recién elegido director gerente del Banco Internacional de Pagos (BIS, así conocido por las siglas de su nombre en inglés, Banf for International Settlements), con sede en Basilea, encajaría en la definición hilvanada por el histórico líder afroamericano. El español accede a su nuevo puesto por consenso abrumador, si no unánime, de los 18 mayores bancos centrales que integran el Consejo de la entidad y entre los que no está España. Especial relevancia tiene que su candidatura fuera respaldada de forma expresa por Christine Lagarde, presidenta del BCE, y por Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal Americana (FED). El BIS, que no depende de ningún Gobierno, también es conocido como el banco de los bancos centrales y, en la práctica, una de sus funciones principales es establecer criterios regulatorios globales para la banca y las finanzas, además de ser uno de los foros más influyentes sobre política monetaria, tipos de cambio y economía. El director gerente, por otra parte, tiene garantizada la presencia en los grandes foros económicos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el G-20.
Pablo Hernández de Cos, como cabeza visible del BIS, tendrá mucha más influencia que poder efectivo y también la puerta abierta de los principales centros del poder y, además, sobre todo quizá tras la vuelta de Trump a la Casa Blanca, tendrá que ser un creador de consensos para avanzar en una regulación global del sistema financiero. Asimismo, queda en una posición destacada ante la sucesión de Lagarde en el BCE en 2027. «Financial Times» ya lo considera un aspirante con grandes opciones. Necesitaría, eso sí, el apoyo explícito y activo del Gobierno español, de momento, el de Sánchez, con el que tuvo algún tira y afloja al frente del Banco de España y que no debería ser un obstáculo. Todo está en el aire, pero es difícil que España tenga otra oportunidad similar para presidir el BCE con un creador de consensos, como diría Luther King.
✕
Accede a tu cuenta para comentar