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Cuerva limita la delegación de voto y gana el pulso a Garamendi por el control de Cepyme

Varios miembros del comité ejecutivo preparan la impugnación de la decisión por vulneración de los estatutos internos, por haberse llevado a la junta pese al rechazo del organismo de dirección. La decisión del comité ejecutivo impide que el presidente de CEOE pueda acaparar votos delegados en las próximas elecciones

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (d), y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi (d), y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva Eduardo ParraEuropa Press

La guerra entre CEOE y Cepyme vivió ayer una batalla crucial que puede dirimir el futuro de la disputa entre el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y el de Cepyme, Gerardo Cuerva. Un anárquico comité ejecutivo de la patronal de la pymes decidió aprobar la modificación de su reglamento de régimen interior para limitar la delegación del voto para las próximas elecciones a la presidencia de la entidad "en términos similares a las organizaciones empresariales CEOE y ATA". Según ha informado Cepyme en un comunicado tras la reunión, dicha modificación "tiene como objetivo promover la libre participación de las asociaciones miembro en los procesos decisorios de la entidad, garantizando que el voto sea libre y secreto, tal y como establecen los Estatutos". De esta forma, Cuerva logra eliminar de golpe la posibilidad de que el voto delegado pueda condicionar el resultado final de las elecciones, que apuntaba a beneficiar claramente al posible candidato oficialista de CEOE para dirigir esta patronal los próximos cuatro años.

Sin embargo, varios miembros del comité ejecutivo van a impugnar esta decisión por irregularidades durante el proceso, ya que denuncian que se había rechazado por mayoría llevar ese punto a la junta, obviado su decisión y aprobado en la junta, «en la que «Cuerva tiene mayoría». Denuncian que se han vulnerado los estatutos internos y que su aprobación es «ilegal».

Esta guerra tiene que ver con la estrategia puesta en marcha por Garamendi para intentar aglutinar el mayor voto posible para el candidato que tiene previsto promocionar a la presidencia. El primer paso dado por el presidente de CEOE fue pedir al del Cepyme que no se presentara a la próxima convocatoria electoral y que dejara el cargo en manos de un candidato afín al dirigente vasco. Su objetivo es que la patronal tenga "una sola voz y un mismo camino", explican a LA RAZÓN fuentes empresariales. Sin embargo, Cuerva se negó y anunció que repetiría candidatura.

Ante esta respuesta, Garamendi inició una campaña entre las organizaciones provinciales -las que tienen más peso electoral dentro de la organización- para acaparar apoyos gracias a la opción del voto delegado en su persona y asegurarse así que su candidato -que aún no se conoce- se asegurase el triunfo y evitara la reelección de Cuerva. Con este movimiento ya había logrado acaparar un buen porcentaje, una situación que motivó la preocupación en el equipo del presidente de las pymes, que activó a su gabinete jurídico para que realizara un informe que determinara si esta delegación de voto podía alterar el carácter democrático de la cita electoral, en base a que una acumulación excesiva del voto delegado "puede adulterar el resultado e impedir un proceso limpio y libre", explican desde Cepyme. Por esta razón, la organización convocó la junta de su comité ejecutivo y planteó un cambio en el reglamento de régimen interior para limitar la delegación de votos al mínimo, "a un voto delegado por persona".

La aprobación estuvo en el aire hasta el final de la reunión, ya que ambas partes movilizaron a todos sus apoyos, por lo que no se supo si se aprobaría este cambio tras una resolución incierta. Finalmente hubo decisión afirmativa al cambio normativo que multiplica las posibilidades de Cuerva a la reelección, al contar con mayores apoyos previos, y complica las opciones de Garamendi de imponer a su candidato, al perder el peso que le daba la delegación de voto.

Desde CEOE han denunciado también que la inclusión de este punto en la junta había sido "del todo irregular" según los estatutos de la patronal, aunque desde Cepyme insisten en que les avalaba el informe jurídico que aboga por la supresión de la cláusula que permite la delegación de voto de forma ilimitada. "Nuestro único objetivo ha sido que se garantice el derecho a voto libre y secreto para todos", inciden desde Cepyme, que defienden que "jurídicamente es intachable", como se explicita en otras organizaciones como ATA o la propia CEOE, en las que sus normas electorales dictan que el voto es "personal y presencial, quedando expresamente prohibidas tanto las representaciones o delegaciones como el voto por correo". Sin embargo, tras la posible impugnación, todo puede quedar de nuevo en el aire y volver a la casilla de salida.