El de Javier Pita González-Campos, AI Tech Lead en MasOrange, es uno de los mejores ejemplos del espíritu de las cátedras que la compañía promociona en las universidades (públicas y privadas). Fue uno de sus beneficiarios cuando estudiaba su Ingeniería Informática durante el último año; entró a trabajar en la operadora; salió para estudiar un master especializado en IA; y acabó volviendo a MasOrange, donde además de sus funciones laborales ejerce de mentor para los actuales estudiantes. «He sido alumno, investigador, tutor, y ahora organizo las cátedras», detalla.

Desde que se inició esta experiencia hace siete años con la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), ha ido sumando progresivamente más universidades con las que se colabora en la formación y captación del «mejor talento» de estas carreras universitarias técnicas. MasOrange intenta llegar a acuerdos con aquellas universidades que estén próximas a una sede de la compañía. De ahí que las cátedras se repartan por centros, como los de Madrid, Alcalá de Henares, A Coruña, Bilbao o San Sebastián. El equipo que está detrás de esta iniciativa combina jefes de equipo, personal técnico y de recursos humanos, entre los que están antiguos becados.

Compaginar trabajo y estudios

Con estas cátedras de MasOrange, los alumnos compaginan su trabajo fin de grado con prácticas remuneradas. «Como compañía les ofrecemos trabajar en proyectos innovadores como los que hacemos en torno a tecnologías como IA o Big Data, en los que pueden trabajar con datos reales (anonimizados y con todas las garantías de seguridad) extraídos de un entorno empresarial y con el objetivo de extraer conclusiones para mejorar los procesos de la compañía y la atención y satisfacción de nuestros clientes».

En contrapartida, la universidad permite a los alumnos acabar su proyecto y que sus investigaciones se publiquen en el entorno académico», detalla Irene Yusta Martín, directora Data and AI en MasOrange. Estos datos que proporciona la operadora son de áreas tan diversas como entornos de red, recursos humanos, atención al cliente o porfolio de productos contratados por los clientes.

A la hora de decidir sobre qué materias pueden investigar los alumnos, MasOrange trabaja de la mano de las universidades. «Hablamos con los profesores para ver qué rutas de investigación tienen», explica Javier Pita, quien reconoce que, de los seis temas o siete que ellos proponen, cinco son puramente telco y otros son más investigativos que, apoyados con sus datos, tienen sentido desde el punto de vista de inteligencia artificial. Las áreas de investigación abarcan aplicaciones que van desde temas más concretos, como la aplicación de la tecnología al turismo y la movilidad, a otros puramente teóricos, como la explicabilidad de las redes neuronales. Eso si, tal y como detalla Elisa Perán Cordero, Directora de Talento, «ningún tema lo planteamos desde el punto de vista de resolver trabajo operativo en la empresa. Son siempre vías de investigación, de crecimiento profesional de los alumnos», remarca.

De hecho, estas cátedras sirven, precisamente, para que la compañía pueda incorporar este talento universitario a sus filas. «Es como un año que nos damos el lujo de hacer un onboarding a alumnos que queremos que luego sigan con nosotros. Están pudiendo ver temas reales de la telco o más técnicos del mundo de la inteligencia artificial», detallan.

Quedarse con el 100%

Aunque los alumnos beneficiados dependen de cada año, la media ronda entre los 16 y 20 por promoción, seleccionados por cada universidad como los mejores de su clase. «Tratamos siempre de quedarnos con el 100% de los alumnos», asegura Irene Yusta, quien asegura que este método es una de las principales vías de contratación de gente joven dentro de la operadora.

Asimismo, esta misma responsable reconoce que a lo largo de los años han ido cambiando también la manera en que abordan esta captación del talento. Por un lado, a la hora de que los becados entiendan que el departamento en el que han hecho su Fin de Grado no tiene por qué ser en el que finalmente trabajen. «Muchas veces es necesario tener conversaciones con directores de equipos de otros departamentos para que cuenten qué hacen cada día», detalla Pita. Esto que permite que, aunque sean especialistas en IA, puedan trabajar en desarrollo backend o frontend. Por hacernos una idea, el equipo de IA está compuesto por 12 personas. El 80% provienen de estas cátedras.

Por otro lado, se definen planes de carrera concretos para los estudiantes desde el mismo momento en que están haciendo estas prácticas remuneradas, con el fin de que puedan quedarse en la compañía al terminar sus estudios. En este punto, Pita reconoce que su caso puede servir, otra vez, de ejemplo. «Cuando terminas la carrera no estás pensando que vas a trabajar en una telco», reconoce. «Que venga una empresa, que se dé a conocer dentro de la universidad, que plantee estos proyectos y te des cuenta de lo puntero, desde el punto de vista informático, que son los trabajos que hacen internamente, te hace plantearte una carrera profesional dentro de la compañía», explica.

Para la directora de talento, lo más fácil de estas cátedras son los temas. «Elegir, darles seguimientos, adaptar el tema a las inquietudes que tenga el alumno... Al final son sus proyectos de fin de grado», expresa. Lo más difícil es trasladar a los alumnos con cero experiencia laboral «que pueden tener un lugar en la empresa. Por muy loco que sea lo que se imaginen de sus primeros años profesionales».