Consumo
Los alimentos se encarecen hasta un 875% en su trayecto del campo a la mesa: ¿cuáles son los que más suben?
El aceite de girasol se paga al agricultor a 0,96 euros el litro y el kilo de limones a 0,20 euros
El precio de los alimentos frescos se multiplica hasta por 10 en su trayecto desde el campo a la mesa. Los cítricos, los productos más afectados por este incremento, llegan a encarecerse un 875%, según un análisis de Facua, en su itinerario que arranca en los huertos, continúa en los mayoristas de origen y termina en los supermercados, o en su defecto, en los mercados al por mayor donde compra el pequeño comercio. Los costes que afectan a los alimentos durante su paso por los distintos eslabones de la cadena de valor de la alimentación disparan el precio de la cesta de la compra, que en 2023 fue un 11,8% más cara que el año anterior.
Facua ha comparado la cuantía que se le paga al agricultor por producir 13 productos en concreto con el precio al que posteriormente los compra el consumidor en los puntos de venta. El mayor encarecimiento del campo a la mesa lo experimenta el kilo de limones. Mientras que en origen se pagaba a principios de enero a 0,20 euros, el precio por kilo en los puntos de venta está, de media, a 1,79 euros, un 695% más caro, aunque se eleva a 1,95 euros (+875%) en el supermercado más caro.
El kilo de lentejas pardinas cuesta en el supermercado, de media, un 369% más (2,81 euros/kg) de lo que se le paga al agricultor por ese mismo producto (0,76 euros/kg). La diferencia llega al 596% en el caso del supermercado que ofrece la variedad de este producto más cara (5,29 euros el kilo).
Por su parte, el aceite de girasol se paga al agricultor a 0,96 euros el litro, mientras que su precio medio en los puntos de venta es de 2,00 euros el litro, un 108% más. No obstante, puede llegar a ser hasta un 324% más caro que en origen, con un precio de 2,59 euros el litro.
El kilo de manzanas fuji cuesta 0,73 euros en origen, mientras que su precio medio en los puntos de venta es de 2,54 euros (un 248% más), aunque puede llegar a costar un 441% más de lo que ha cobrado el agricultor (3,95 euros/kg).
Según la información publicada por el Ministerio de Agricultura, el kilo de cebollas se paga en origen a 0,46 euros, mientras que su precio medio en supermercados es de 1,96 euros (un 326% más), pero su opción más cara puede llegar a 2,44 euros (+430%).
Volviendo a las legumbres, el productor cobra el kilo de garbanzos a 0,79 euros, mientras que el precio de esta legumbre en los puntos de venta es de 2,43% (un 207% más). La diferencia máxima alcanza el 412% (4,05 euros/kg).
En el caso de los champiñones, el kilo cuesta 5,83 euros de media al consumidor, mientras que el productor cobra 1,83 euros por esta misma cantidad (un 218% menos). La diferencia máxima, sin embargo, puede llegar a un 335% más que en origen (7,96 euros).
A principios de enero se pagaba el kilo de zanahorias a 0,29 euros en origen, mientras que en los supermercados cuesta de media 1,06 euros (un 265% más), aunque puede llegar hasta 1,19 euros (un 310% más).
Por su parte, la diferencia media de precio entre origen y puntos de venta es del 198% en la pera conferencia. Si al agricultor se le paga a 0,75 euros/kg, en los supermercados cuesta 2,24 euros. pero puede alcanzar los 2,88 euros (+284%).
La manzana golden se paga en origen a 0,61 euros/kg, mientras que en los supermercados cuesta de media 2,01 euros (un 229% más). Si se tiene en cuenta el precio máximo de esta fruta por kilo (2,29 euros), la diferencia alcanza el 275%.
En el caso de las fresas, al agricultor se le paga el kilo a 3,94 euros y al llegar a los supermercados cuesta 11,48 euros un 191% más caro) o hasta un 204% más en algunos establecimientos. Cerrando el ranking de subidas, un kilo de patatas cuesta de media en los puntos de venta 1,29 euros, un 214% más de los 0,61 euros/kg que se paga en origen. Mientras, el ganadero cobra por la producción de una docena de huevos tamaño M unos 1,53 euros y los consumidores compran este producto en el supermercado a 2,48 euros de media (un 62% más caro).
La asociación de consumidores reclama al Gobierno que imponga un doble etiquetado, de manera que los consumidores puedan conocer cuánto han cobrado los agricultores por los productos que se venden en los supermercados.