Australia
Nadal, vuelve la derecha
Nadal recupera la mejor versión de su «drive» en su estreno en el Abierto de Australia
Nadal recupera la mejor versión de su «drive» en su estreno en el Abierto de Australia
En los entrenamientos en su Academia, con los que arrancó el año en Abu Dabi, en los que sudó en Brisbane y en los que ha trabajado en Melbourne, ya junto a Carlos Moyá, Nadal ha pegado miles de derechas. Horas y más horas para recuperar el «drive», para que vuelva a correr como lo hizo el año pasado desde Indian Wells hasta Roland Garros, su mejor etapa en 2016. Desde entonces el arma definitiva de Rafa había desaparecido. La lesión en la muñeca izquierda dejó al ex número uno del mundo sin pólvora y se ha empeñado en recuperarla. En la primera ronda de Australia ya se vislumbraron las horas de trabajo. El alemán Mayer, uno de esos rivales incómodos por aquello de que sus partidos carecen de ritmo, sufrió a un Nadal convincente: 6-3, 6-4 y 6-4 en poco más de dos horas. Es difícil pedir más en el cuarto partido oficial de la temporada, el primero a cinco sets. Lo más evidente fue que físicamente Rafa está como pocos en el arranque de temporada. Buenas piernas, movilidad, nada que ver con la falta de fluidez que transmitió Federer. La «culpa» es de Rafa Maymó.
Nadal jamás ha sido un gran sacador y a estas alturas no va a convertirse en un bombardero, por eso Moyá, Toni Nadal y Francis Roig se han empeñado en que Rafa recupere el mando de los partidos desde el fondo de la pista. Se trata de llevar la iniciativa, algo que puede hacer ante la mayoría de rivales. El físico le da para ello, ahora se trata de que el juego acompañe como ayer. Para ello debe ser agresivo, buscar golpes ganadores. Si ante Mayer no cedió una sola bola de break fue porque desde el fondo no ofreció tregua. 39 «winners» son la prueba de la confianza. «El revés llevo un tiempo pegándolo muy bien, he mejorado el saque, y la derecha es la que me puede marcar la diferencia este año y estoy feliz de cómo está funcionando. En los momentos importantes he pegado», comentó.
Ahora se trata de mantener la regularidad sin fijar plazos concretos. Los cálculos de su entorno cifran en tres meses el tiempo para alcanzar su mejor nivel y «olvidar» lo de la muñeca izquierda. Hay que jugar y ganar el mayor número de partidos posibles para adquirir «automatismos y confianza», como reconoce el propio Rafa. «Cuando he conseguido encarar partidos consecutivos no he tenido altibajos. A veces me ha costado llegar al nivel alto de juego, pero cuando lo he conseguido lo he mantenido», asegura.
Por eso, de momento, a Nadal no le preocupa una pista que a Verdasco, el que fuera su verdugo el año pasado en la primera ronda, le desquició. El madrileño cayó en tres sets ante Djokovic. Nada que ver con el partido de hace dos semanas, cuando tuvo ante el mismo rival cinco bolas de partido. Luego mandó un mensaje inquietante: «La central parece una pista de moqueta de los años 80. Había bolas que venían sin ninguna intención y, de repente, pegaban una patinada que no era normal, apenas botan. Con una pista así, no se puede hacer nada. Es normal que de esta manera, Djokovic y Murray ganen 25 ‘‘Grand Slams’’ entre los dos porque esta pista es perfecta para su estilo, no para Nadal o para mí. Te meten presión restando a los pies así que o metes un saque a 210 cerca de la línea o te llega una pelota que te tienes que quitar de encima y a la siguiente te la ganan». A Rafa, ajeno a esa moqueta de la que habla Verdasco, le espera ahora el chipriota Marcos Baghdatis. Con 20 años, hace once, fue finalista en Australia y semifinalista en Wimbledon.
Karlovic, tres sets a base de «aces»
El croata de 2,08 Ivo Karlovic alcanzó la segunda ronda después de pelear 5 horas y 15 minutos ante el argentino Ceballos. El balcánico conectó 75 «aces». Se quedó a tres de su récord pese a alcanzar los 38 en el quinto set. La cifra total equivale a 19 juegos ganados, tres sets, sólo a base de saques directos.