Estados Unidos
España luchará por el bronce contra Australia
España peleó hasta el último cuarto, pero claudicó ante la superioridad física de Estados Unidos. Sólo cuando comenzaron a fallar las fuerzas, los yanquis fueron superiores. Queda el bronce
España peleó hasta el último cuarto, pero claudicó ante la superioridad física de Estados Unidos. Sólo cuando comenzaron a fallar las fuerzas, los yanquis fueron superiores. Queda el bronce ante Australia
España volvió a estar cerca, pero se topó con la versión más contundente y más trabajada de Estados Unidos. Lejos de los adornos y del talento desbordante que exhibían en otras versiones, los estadounidenses tumbaron a España en la semifinal cuando el físico se convirtió en lo más importante del juego. Fue en el último cuarto. Hasta entonces la Selección jamás perdió la cara al partido. Peleó hasta al final y sólo a falta de 1:30, cuando se sentó Pau Gasol y el banquillo yanqui explotó con una canasta de Lowry, Estados Unidos respiró tranquilo. «Esta vez eran más ganables. Hemos cometido más errores que nunca», confesaba Pau, consciente de que su última oportunidad, lamentablemente, había pasado. Los errores fueron un boquete descomunal en el rebote ofensivo (21) y el bajo porcentaje en el tiro de tres (8/26). Dos agujeros negros que le costaron una nueva final olímpica a España, hubiera sido la tercera seguida. Pero la derrota no es el final. El colofón para la generación de oro llegará mañana con la lucha por el bronce. Sería una despedida casi perfecta para una historia de película.
Estados Unidos acumulaba más de 100 puntos por partido. España superaba los 90. El marcador final da un idea muy real de por dónde se movió el choque. Fue de una intensidad asfixiante. Defensas pegajosas que llevaron a los árbitros a tener un criterio desconcertante. Se vieron desbordados en los dos primeros cuartos y llovieron las técnicas. El partido requería otro nivel. Sólo tras la conversación con los capitanes y los seleccionadores al descanso se enteraron de cómo debían pitar. Pero los protagonistas y los motivos de la derrota fueron otros.
Pau, en inferioridad de condiciones por sus problemas en el gemelo derecho, fue el primero en responder al desafío. Sus 12 puntos en el primer cuarto no sólo le permitieron superar a Epi como máximo anotador de la Selección. Fueron la respuesta a un arranque sin titubeos de los estadounidenses. Los chicos de «Coach K» sabían por dónde apretar. Debían agobiar a los de Scariolo para que España se encontrara siempre cuesta arriba. Y así fue todo el partido. Las diferencias nunca estuvieron por debajo de los tres puntos (30-33, con los suplentes en pista en el segundo) y se llegaron a disparar hasta los quince (57-72, min 33). España flaqueó cuando las fuerzas no dieron para más. Y ahí fue cuando los errores que se habían cometido –el rebote defensivo sobre todo– se agudizaron. Y es que los estadounidenses dispusieron de 21 opciones de tiro más. Un regalo excesivo para una Selección que a falta de talento puro supo poner en juego otras virtudes.
Físicamente no se puede combatir con ellos. En todos los emparejamientos había inferioridad y en el que España podía dominar, con Pau, no les importó desgastar a Cousins a base de faltas para minimizar el efecto de la referencia española. Gasol fue determinante mientras le acompañaron las fuerzas. Jugó el primer cuarto completo, la Selección supo apañárselas sin él en el segundo y volvió a ser determinante en el tercero. Pero al final del tercer parcial aparecieron las primeras sensaciones de fragilidad. Se agudizaron en el arranque del último cuarto cuando el partido se rompió sin remedio. España probó a cobijarse en una defensa zonal, pero el problema estaba en las dificultades para hacer puntos. Sólo en un cuarto, el segundo, España superó la veintena.
La pelea final, con el partido ya perdido, fue el penúltimo motivo de orgullo. España se despidió de la final con sólo seis puntos de desventaja. En Pekín fueron once (118-107) y en Londres, siete (107-100), pero en las dos finales la Selección no vivió tan maniatada como ayer. Tampoco en la derrota en cuartos de final en Atenas. El mérito de Estados Unidos es que sin alguno de sus mejores jugadores ha organizado un equipo de verdad. Y de eso ya dieron pistas desde la primera jornada del torneo ante China. Han aprendido a respetar a los rivales y al que más han tenido que respetar en los últimos años ha sido a España. Otro motivo para presumir, aunque Gasol y los suyos se toparan ayer con un muro insalvable.
El día que Gasol superó a Epi
Pau Gasol se convirtió en la semifinal ante Estados Unidos en el máximo anotador de la historia de la Selección. Con los doce puntos que sumó en el primer cuarto ante los yanquis, el pívot superó a Juan Antonio San Epifanio, Epi. El histórico alero del Barcelona, con 239 partidos internacionales, anotó en su carrera como internacional 3.330 puntos. El recital en el primer cuarto de Pau le llevó hasta los 3.331. Está siendo un campeonato muy especial para el mayor de los Gasol. Se ha convertido en el tercer máximo anotador de la historia de los Juegos, por detrás de Oscar Schmidt (Brasil) y el australiano Andrew Gaze. Y es el mejor taponador de la historia olímpica por delante del croata Vrankovic y el segundo mejor reboteador sólo por detrás de Sabonis.
- Ficha técnica
76 - España (17+22+18+19): Ricky Rubio, Sergio Llull (5), Rudy Fernández (9), Nikola Mirotic (7) y Pau Gasol (23) -cinco inicial-, Sergio Rodríguez (11), Juan Carlos Navarro (9), Víctor Claver (5), Felipe Reyes (3) y Willy Hernangómez (4).
82 - Estados Unidos (26+19+21+18): Kyrie Irving (13), Klay Thompson (22), Carmelo Anthony (14), Kevin Durant (7) y DeAndré Jordan (9) -cinco inicial-, Kyle Lowry (9), Jimmy Butler, Paul George (6), Draymond Green y DeMarcus Couisins (2).
Árbitros: Christos Christodoulou (Grecia), Guilherme Locatelli (Brasil) y José Reyes (México).
Incidencias: Primer partido de semifinales de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, disputado en el Carioca Arena 1 ante 10.455 espectadores, según la estadística oficial del partido. EFE
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