Cuartos de final
España derriba otro muro y ya esta en semifinales de la Eurocopa
Nunca había derrotado a un anfitrión en un gran torneo y lo hizo en los últimos minutos de la prórroga con un gol de Mikel Merino
Los penaltis ya asomaban, los seleccionadores ya empezaban a pensar en sus cinco lanzadores Dani Olmo puso la pelota en la cabeza de Mikel Merino y el jugador de la Real puso a España en las semifinales. Era un gol que derribaba barreras, la de los cuartos de final y la de que España era incapaz de derrotar a un anfitrión en un gran campeonato. La Roja devolvía así a los alemanes el golpe del final de los 90 minutos. Wirtz había esperado hasta el 89 para marcar el empate y obligar a España a empezar de nuevo.
Muchas veces tuvo que empezar la selección de Luis de la Fuente, que a los ocho minutos ya tuvo que hacer el primer cambio. Pero lo que parecía un problema para España acabó siéndolo para Alemania. En los días previos se trasladaba la duda del seleccionador entre Pedri y Dani Olmo. De la Fuente eligió al de siempre, pero el destino y Toni Kroos corrigieron su decisión en el comienzo del partido. A Pedri ya le había dado tiempo a llegar al área y asustar a Neuer, que detuvo su disparo, cuando Kroos se cruzó en su camino, le dio un golpe en la rodilla y lo dejó tendido en el suelo. Intentó seguir en el campo, pero Dani Olmo tuvo que sustituirlo en el minuto 8. Y fue determinante desde que entró en el campo. No sólo porque marcó un gol y dio otro sino porque ningún jugador español interpretó mejor la defensa alemana que él.
Dani supo cuándo tenía que buscar el pase a la espalda del lateral para que corriera Nico Williams, cuándo tenía que disparar desde lejos o cuándo tenía que llegar al borde del área para disparar él. Ya lo había probado antes de que Lamine le pusiera la pelota en el límite del área para que marcara poniendo la pelota en una esquina. Neuer no llegó hasta ahí abajo.
Era en esos recortes hacia dentro antes de buscar el pase al compañero que llegaba donde Yamal encontraba su sitio. No desbordó con la misma facilidad de otras ocasiones. Tampoco Nico Williams, aunque siempre encontraban una salida. Especialmente después del gol de Dani Olmo, cuando Alemania descuidaba más los espacios en la búsqueda del empate.
España armaba las jugadas desde el fondo, con la salida de balón que facilita el juego con el pie de Unai Simón y de Laporte. Y siempre estaba Morata para descolgar la pelota en dirección al compañero que aparecía.
Aunque a veces Unai se confiara demasiado con su toque de balón. Ya estuvo cerca en la primera mltad de provocar un problema. Y más cerca en la segunda, cuando entregó un pase de puerta directamente a Havertz, que se encontró al portero español a media salida pero mandó por encima del larguero su intento de vaselina. El portero español tuvo sus cosillas con los pies, pero estuvo sensacional con las manos.
España encontró sus goles en el banquillo y Alemania, también. Wirtz tuvo que esperar al descanso para ocupar el lugar de Sané y le dio otra vida al ataque de la selección que dirige Julian Nagelsmann. El jugador del Leverkusen es un mediapunta de los que les gusta jugar la pelota, pero los alemanes intentaron acortar los trámites para llegar al gol con pelotazos a la cabeza de Fullkrug. El delantero del Dortmund amenazó con un remate al poste, igual que le sucedió en la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid. Y fue en uno de esos balones colgados donde Alemania encontró el empate. No estaba Fullkrug para bajarla sino Kimmich, que se adelantó a Cucurella en el salto y dejó la pelota a Wirtz para igualar el partido.
Estaba a punto de llegar el minuto 90 y España, de repente, se veía volviendo a empezar, otra vez, en lugar de pensando en las semifinales que ya estaban en la cabeza de los futbolistas.
A la Roja le volvió a suceder lo mismo que le había ocurrido contra Georgia. No está acostumbrada a encajar goles y se desorientó al recibirlo. Tocaba otra vez a los veteranos, Rodri y Carvajal, pedir calma. Igual que hacía De la Fuente desde el banquillo.
El partido, que había nacido demasiado prudente y con mucha tensión, con un juego más duro de lo habitual en los alemanes, se desató para convertirse en un continuo ida y vuelta en el que España volvía a confiar en Dani Olmo y en los lanzamientos lejanos de Oyarzabal. Ya no estaban Nico ni Lamine y tampoco Morata para aguantar la pelota.
Pero estaba Dani Olmo, que fue elegido el mejor jugador del partido. Y desde la banda izquierda que ocupó en el último tramo del juego, encontró la cabeza de Mikel Merino para el gol. Un tanto que es a la vez una demostración de fútbol y de personalidad.
Porque eso no le ha faltado a España, personalidad y sentimiento de equipo. Se sacrificaron todos por el bien común, pero ninguno como Dani Carvajal, que ya había visto una amarilla que le impedía jugar las semifinales cuando se lanzó al cuello de Musiala para impedir su llegada al área. Vio la segunda amarilla que significaba la expulsión, pero hizo un gesto como diciendo ¿qué más da? La semifinal ya no podía jugarla, igual que Le Normand, y evitaba una opción de gol de los alemanes. Cuando sacaron la falta, el árbitro pitó el final del partido. España vuelve a las semifinales de la Eurocopa.
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