Directo Black Friday
Dopaje tecnológico
Así funciona el diminuto motor con el que Armstrong hizo trampas durante años
El ex ciclista, que fue despojado de sus títulos luego tras reconocer que se había dopado se ha visto envuelto en un nuevo escándalo
El nombre de Lance Armstrong sigue relacionándose con el dopaje ocho años después de que el estadounidense reconociera haberse dopado para ganar siete veces el Tour. Pero esta semana saltó una nueva bomba. Desde Francia se le acusa de haber cometido “fraude tecnológico”. Así se refleja en el libro “Dopage: Ma guerre contre les tricheurs” (“Dopaje: mi guerra contra los tramposos”), cuyo autor es Jean-Pierre Verdy, jefe de la Agencia Antidopaje Francesa entre 2006 y 2015, quien asegura que Armstrong utilizó algún tipo de motor en su bicicleta. En unas declaraciones a “Le Parisien” lo deja muy claro: “Lance Armstrong es la mayor estafa del mundo del deporte y contó con complicidad a todos los niveles. Recibió un trato especial. Muchos me dijeron que no debía abordar las leyendas, que me iba a encontrar solo. Pero si las leyendas se sustentan en algo... creo que tenía un motor en la bicicleta”.
Tras esta impactante revelación, expertos en ciclismo han analizado las imágenes que podrían corroborar el escándalo. El cronista francés Antoine Vayerrecolectó imágenes de archivo Lance Armstrong durante los distintos Tours y encontró un llamativo gesto que el ex ciclista realizaba antes de aumentar su velocidad considerablemente: tocaba la parte trasera de su asiento. Por ese motivo plantó la duda sobre si el estadounidense utilizó durante años un motor en su bicicleta.
Lo cierto es que este tipo de fraude tecnológico no es nuevo en el mundo de los pedales. En 2016, la cadena CBS reveló que uno de los equipo Sky, uno de los más importantes del ciclismo mundial, estaba bajo investigación porque las bicicletas de sus integrantes pesaban 800 gramos más que la del resto de los ciclistas. Peso equivalente al de un motor diminuto. ¿Pero como funciona el polémico motor?
Así se esconde y se activa
Los dispositivos existen desde 1998 y son vendidos en todo el mundo, aunque prohibidos en el ámbito profesional. Sin embargo, algunos de los corredores logran esconderlos dentro de sus bicicletas. Pesan aproximadamente 800 gramos y están compuestos por un motor que puede llegar a producir 500 W de potencia y una batería que puede caber dentro de la botella que llevan los competidores o en el sillín.
El motor tiene forma de cilindro y se ubica dentro de uno de los caños de la bicicleta. A través de cables es conectado a los piñones de la rueda trasera y una vez activado, mediante un botón oculto, comienza a empujar los pedales.
La fuerza producida no es suficiente como para que el corredor deje de pedalear, sino que es una “ayuda” para evitar tanto desgaste. “No es como ir en una moto. Necesitas trabajar duro para hacerla andar”, explicó Harry Gibbings, jefe de Typhoon, empresa que se dedica a fabricar este tipo de bicicletas, en una entrevista a la BBC en julio de 2016.
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