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La soslayada herencia del pasado

El aclamado dramaturgo y guionista australiano Andrew Bovell visita nuestro país para estrenar, de nuevo con Julián Fuentes Reta como director, una obra ambientada en España
De izda. a dcha., Pilar Gómez, Consuelo Trujillo, Jorge Muriel y Borja Maestre
De izda. a dcha., Pilar Gómez, Consuelo Trujillo, Jorge Muriel y Borja MaestreTeatro de la Abadía
La Razón

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A punto de levantar el telón de su último trabajo, asegura Julián Fuente Reta que se siente, a sus 44 años, «muy feliz profesionalmente». Y no es para menos: pocos directores pueden presumir a esa edad, y tal vez a ninguna otra, de codearse durante casi una década con un dramaturgo con el prestigio internacional que tiene el australiano Andrew Bovell. Su relación se inició en 2014 con la espléndida «Cuando deje de llover» y continuó en 2019, con resultados igual de notables, en Las cosas que sé que son verdad. Ahora vuelven a colaborar en Canción del primer deseo, y lo hacen contando otra vez con Jorge Muriel como actor y como traductor del texto al castellano. Se cierra así una trilogía teatral dedicada a indagar en la importancia que tienen para el individuo los vínculos familiares y el paso del tiempo. Junto a Muriel, repiten por tercera vez en el reparto Pilar Gómez (que se alternará esta vez con Olga Díaz) y Borja Maestre. Cierra el elenco Consuelo Trujillo, que trabajó en el primero de los tres montajes, pero no en el segundo.
En palabras de su autor, que se encuentra estos días en nuestro país para asistir al estreno, la nueva pieza explora «igual que otras obras mías, el impacto en el ser humano de un pasado no resuelto y cómo ese pasado se convierte en un legado que va transmitiéndose a otras generaciones».
Canción del primer deseo cuenta la historia de un hombre colombiano, hijo de un emigrante español, que regresa a España tratando de averiguar si tiene un sentimiento de pertenencia o no a este país. La función se desarrolla en dos planos temporales, 1968 y el presente, y está protagonizada por dos familias. Cada actor interpreta a dos personajes y «el modo en el que están vinculadas estas dos familias será la verdadera revelación de la pieza», explica Fuentes Reta sin querer dar más pistas de las necesarias. «Una revelación –dice– que permite entender como universal el tema de fondo de la obra». El hecho de centrar una parte de la trama en una fecha tan concreta como 1968 no es azaroso. «En ese momento en España se empezaba a fracturar el régimen de Franco –explica Bovell–, y en el resto del mundo se empezaban a cuestionar las grandes ortodoxias». Pero no había un interés determinado, antes de empezar a trabajar en el proyecto, de hablar de la Guerra Civil o de Franco, aclara el autor: «Cuando estábamos buscando un tema para lo obra, yo les pregunté [se refiere a los miembros de la compañía] sobré qué les daba miedo hablar. Y la respuesta de todos fue: “Sobre el pasado”. Así que la gran metáfora de esta obra es la importancia del acto de recordar. Ese acto es en sí mismo subversivo, ya que en un momento dado se instó a la gente a mantenerse callada. Para favorecer la Transición, hubo un pacto del olvido; pero, claro, eso conllevaba olvidar la propia historia de cada uno; yo me he interesado por las consecuencias de ese pacto y de ese olvido». «Lo que ha hecho Andrew [Bovell] –añade Consuelo Trujillo– es ir tirando de un hilo en cada uno de nosotros, porque nos dimos cuenta, como él dice, de que nos causaba dolor hablar de nuestro pasado. Y finalmente logramos, con su ayuda, que muchas ideas se conectaran en la obra».
En efecto, según revelan los miembros de la compañía, todo el trabajo de Bovell «se apoya en los miembros de la compañía», independientemente de que esta sea una historia de ficción pura. De este modo, aseguran, «la pieza nace del trabajo colaborativo entre Andrew Bovell y la compañía a lo largo de un proceso de cinco años de duración, durante el cual ha habido varias residencias de creación y múltiples procesos de destilación». «Hay un trabajo muy colectivo –asegura Pilar Gómez– que se ha ido realimentando con la mirada externa y distanciada, fundamental en la obra, de Bovell». El resultado, para ellos, es «una reivindicación de la memoria sin partidismos ni ajustes de cuentas de ningún tipo». «Creo que es una obra que puede remover y que puede hacernos pensar –apunta Fuentes Reta–, pero no con la intención de generar controversia; la única intención es la de contar una historia nuestra desde el gozo, y la de mirarnos a nosotros mismos como somos. Hemos querido hablar de lo concreto para poder hablar así de lo universal, porque “Canción del primer deseo” va mucho más allá de nuestra realidad particular». El director zaragozano, que dice haberse inspirado para su puesta en escena en sus paisanos aragoneses Goya, Buñuel y Saura, considera que a lo largo de esta década de colaboración con Bovell han evolucionado todos para aprender «a ir al grano de las historias, a lo sustancial».
Las cosas que sé que son verdad, el anterior texto del australiano dirigido por Fuentes Reta, se convertirá próximamente, según ha anunciado Amazon Studios, en una serie de televisión de seis episodios con Nicole Kidman como protagonista.
  • Dónde: Teatro de la Abadía, Madrid. Cuándo: hasta el 14 de mayo. Cuánto: 24 euros (tarifa general).