Corrupción en la CNTC: ¿Es Lluís Homar el Rubiales del teatro?
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Uno de los acuerdos programáticos de la alianza de gobierno entre PSOE y Sumar en lo que a Cultura se refiere, y más concretamente al mundo teatral, fue el de renovar de arriba abajo el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), dependiente de la cartera en posesión de Ernest Urtasun.
Un Instituto que es una superestructura anquilosada que está al borde del colapso con huelgas, retrasos en los pagos, dimisiones y problemas de toda índole; al que le urge una importante reforma estructural.
Pero esta problemática dentro del INAEM se agravó o agudizó cuando a comienzos de mes, la directora y actriz teatral Marta Poveda apelando al ministro del ramo puso en la picota, a través de X, el nombre de Lluís Homar (Barcelona, 1957), director desde 2019 de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que está bajo la tutela del INAEM.
Resulta (según las acusaciones de Poveda sustentadas en documentos públicos) que durante el año 2021, Homar cobró hasta 50.000 euros en concepto de codirecciones de tres obras de teatro de las que participó como actor, pero en las que nunca estuvo implicado a nivel de dirección.
Esta es una información de la que ya se hizo eco LA RAZÓN, por lo que no redundaremos en ella más allá de recapitular lo necesario para contextualizar el asunto o para poder entenderlo mejor.
La periodista de El Periódico de España Marta García Miranda tiró del hilo desmadejado por la intérprete Poveda, ampliando y corroborando la información exclusiva ofrecida por esta, y hablando incluso directamente con el propio director de la CNTC. Homar reconoció el cobro de los 50.000 euros, el tope de las variables prometidas en su contrato con el INAEM (que ya por entonces tenía un sueldo base por encima de los 70.000 euros), en calidad de codirector de sendas obras porque no pudo cobrarlas, al no estar contempladas administrativamente, como actor que fue de las mismas.
Estas declaraciones, moderadamente escandalosas, llevaron a la dirección del INAEM, a cargo de Paz Santa Cecilia, a revisar el contrato de Homar, recientemente renovado por tres años más al frente de la Compañía de Teatro Clásico, invitándole a abstenerse de actuar mientras estuviese en el cargo... pero a partir de 2025. El Ministro de Cultura, respecto a la renovación del INAEM y el escándalo Homar, se limitó a responder con un lacónico “Estamos trabajando en ello”.
Así, el actor catalán pudo poner el broche “de Oro” el pasado fin de semana al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro como intérprete con Canciones de amor, de desamor y de piratas, en el que comparte escenario con Marisa Paredes, Alberto San Juan o Manuela Velasco, entre otros pesos pesados; eso sí, sin cobrar por ello. Gratia et amore.
“Si después de cerrar hoy el Festival de Almagro Lluís Homar no es cesado será porque ni Urtasun ni su secretario de Estado [Jordi Martí] quieren cesarle. Y esa inacción carboniza y deslegitima a Paz Santa Cecilia, directora del Inaem. ¿Qué reforma va a poder defender con Homar en su cargo?”, se preguntaba al respecto la propia Marta García Miranda, quien recientemente destapaba también en EPE que el propio Homar cobró 5.000 euros por una adaptación de ‘La discreta enamorada’ que replicaba el trabajo de una investigadora valenciana.
“Aunque esta fórmula de remuneración sea legal, éticamente no se sostiene”, declaraba Marta Poveda al diario El Mundo, en relación a los cobros por falsas codirecciones del director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Y es que ya desde su elección en 2019, a través de concurso público, para ponerse al frente de la CNTC, la sombra de la sospecha sobrevoló sobre Lluís Homar, intérprete con una exitosa carrera sobre las tablas y en el cine (amén de muy bien relacionado en el mundo de la cultura), dado que sus conocimientos para el negociado que le tocaba comandar parece ser que eran escasos. “Vengo a aprender”, llegó a declarar a su llegada como si aquello fuera un máster en el Siglo de Oro.
Al frente del INAEM, organismo responsable del CNTC, estaba entonces Amaya de Miguel, amiga personal del presidente del Gobierno Pedro Sánchez.
Además, se trataba del primer actor en hacerse cargo de la entidad o compañía: y esto hizo prever incompatibilidades como las que más tarde se dieron. También, en un cargo muy bien remunerado con bastantes responsabilidades para el que se debe exigir dedicación exclusiva, todo el tiempo que Homar dedicase a la actuación (que no es poco) es tiempo que le quita a su rol como director.
Para suplir sus carencias en conocimiento sobre el Siglo de Oro español, que es la materia que trabaja principalmente la CNTC, Homar contrató para la compañía a su buen amigo Xavier Albertí, a quien se contrató como dramaturgista (pese a que actualmente en el portal de transparencia aparezca como dramaturgo), figura que no está contemplada en los estatutos de la compañía. De hecho, ya a la anterior directora de dicho centro de creación artística Helena Pimienta no se le permitió incorporar a Álvaro Tato para ejercer tal función.
Por último, a modo de postre, cabe hacer saber que una de las obras que iba a coproducir la CNTC en 2025 y que ha sido cancelada por el veto como actor a Lluís Homar es el ‘Rey Lear’, de Shakespeare, dirigida por Declan Donnellan por cuya reproducción se iba a pagar 641.770,27 euros. Casi 700.000 euros de gasto público en representar al bardo inglés en una compañía cuyo objetivo, tal como bien reza en su web, el de promover, recuperar y difundir el teatro clásico español. Español. Shakespeare. En fin. Y el ministerio enfilando a los toros.