
Incendio
Los misterios aún por resolver del incendio del edificio de Campanar, cuando se cumple un año del mismo
Familiares de las víctimas buscan respuestas a todos los interrogantes que la investigación trata de desvelar mientras se preguntan si las muertes fueron evitables

El 22 de febrero se cumple el primer aniversario del fatídico incendio del edificio de Campanar que dejó la triste cifra de diez muertes. El proceso judicial que se cerró prematuramente ha sido reabierto por la Audiencia y sigue su curso para tratar de averiguar qué pasó ese día, por qué el fuego se extendió tan rápidamente, por qué las personas fallecidas no pudieron ser evacuadas, y un sinfín de interrogantes que atormentan a los familiares de los fallecidos y también a los vecinos que perdieron sus hogares.
Unos interrogantes que, si llegan a dilucidarse plenamente en el proceso judicial, pueden inclinar la balanza de las responsabilidades hacía actores diversos.
De momento, y pese a que ya ha pasado un año, la investigación sigue dando pasos sin poder todavía dar razones concluyentes de todo lo que pasó ese día.
Ya se sabe que el fuego empezó en una vivienda determinada y fue provocado por la fuga de gas del circuito de refrigeración de una nevera. Pero, qué produjo la ignición, porque el gas, por sí solo, no arde. ¿Acaso ese modelo de frigorífico cuya marca está perfectamente determinada, no solo produjo la fuga sino que, de algún modo, provocó también la combustión del gas? De ser así, el fabricante podría tener responsabilidades. O, por el contrario, ¿se juntaron fatalmente dos factores?
Producido el fuego por causas que habrá que determinar, éste se extendió por la fachada del edificio y, al parecer, el recubrimiento del mismo actuó como «gasolina» para propagarlo rápidamente. ¿Pero fue el recubrimiento de la fachada, o fue la forma como éste se instaló? Al parecer la fachada de la finca había sufrido desprendimientos de placas a lo largo de su vida, y hubo que reponer algunas de esa «piel metálica» que lo recubría. Esas placas que fueron repuestas no ardieron durante la catástrofe, por lo que asalta la duda sobre si fue la praxis a la hora de instalarlas la que fue errónea o los materiales con los que se fijaron a la fachada.
Desencadenado ya el incendio, parece ser que los bomberos llegaron hasta el piso en el que se originó el mismo. Concretamente hasta la puerta por donde ya salía humo. ¿Por qué no se tiró esa puerta abajo y se atacó al fuego desde el origen?, se preguntan los abogados personados en la causa. Además, llama la atención que los extintores con los que contaba el edificio, al parecer, no fueron utilizados por nadie y que seguían estando en sus puntos de fijación en la pared. Esta cuestión puede ser comprensible atendiendo a la rápida extensión del fuego que habría hecho recomendable evacuar el edificio y no luchar contra las llamas.
Otra de las dudas que surgen respecto a la rápida extensión del fuego es si el edificio estaba correctamente compartimentalizado, ya que, al parecer, el inmueble contaba con puertas antiincendios metálicas y con apertura antipánico, tal y como marca la normativa, que deberían haber impedido el paso al fuego al menos en algunas áreas del edificio. Pero habrá que determinar si las mismas estaban correctamente cerradas o si por el contrario se dejaban incorrectamente abiertas para facilitar el paso.
Esto mismo ocurrió en un incendio reciente acaecido en la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde, paradójicamente, estas puertas cortafuegos estaban inutilizadas por cuñas de madera u otros elementos para mantenerlas abiertas y no tener que abrirlas y cerrarlas cada vez que se franquean.
Otras dudas apuntan a la actuación en sí de los bomberos, sin poner en cuestión que arriesgaron su vida hasta límites de auténtica heroicidad. Según se desprende de la investigación, los bomberos llegaron en varias ocasiones a la azotea del edificio y después descendieron de nuevo. Sin embargo, todas las víctimas murieron en las últimas plantas del mismo. ¿Por qué no bajaron con los bomberos?, se preguntan algunos familiares.
Por qué no fueron evacuados
Además, algunas defensas como la que ejerce el abogado Manuel Mata en representación de la familia de dos fallecidos, han conseguido que se cambie la hora de fallecimiento que los forenses fijaron a las seis de la tarde y que en el caso de las dos víctimas a las que representa, se ha retrasado a las nueve de la noche atendiendo a las llamadas telefónicas que hicieron. Con lo cual se constata que sobrevivieron más de tres horas desde que se desencadena el incendio y que fueron capaces de llamar a familiares por lo que se sabía de su existencia y de la vivienda que ocupaban.
Estas dudas sobre por qué no se pudo rescatar a más gente ha llevado a las representaciones legales de algunas víctimas a pedir el registro de las llamadas que se hicieron al 112, quién llamó, qué dijo y a qué hora.
Son dudas que el proceso judicial tendrá que dilucidar para apuntar certeramente las responsabilidades que haya en cada caso. E independientemente de que la resolución judicial determinará, sin duda, indemnizaciones mayores o menores, la motivación que impulsa a los familiares es unánime: «queremos saber la verdad de lo que pasó».
✕
Accede a tu cuenta para comentar