Entrevista
Jorge Olcina: «El objetivo fundamental es que no muera gente si hay otra DANA como la de Valencia"
Jorge Olcina (Alicante; 1966), catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante abre debate sobre cómo actuar ante una DANA como la de Valencia del 29 de octubre
Hace un mes de la catástrofe natural de la DANA que, el 29 de octubre, devastó Valencia. Jorge Olcina (Alicante; 1966), catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, es tajante, lo importante en la gestión de una emergencia es la vida de las personas. Y analiza, en una entrevista con el diario La Razón, sobre cómo actuar ante episodios meteorológicos de la DANA, dado que la Comunidad Valenciana es un territorio de riesgo para que se produzcan.
La DANA de Valencia batió el récord europeo con 180 litros de agua caídos en una hora…
Sí, es un récord europeo, son casi 180 litros de agua en una hora y eso es lo que puede llover en municipios del sur de la Comunidad Valenciana como San Miguel de Salinas o en Orihuela Costa, ambos en Alicante, en el periodo de un año. Y luego cayeron 50 litros de agua por metro cuadrados en diez minutos y eso es una barbaridad.
¿Por qué llueve ahora con tanta fuerza?
Se está notando el efecto del calentamiento del mar Mediterráneo. Esto hace que situaciones de DANA o gota fría, que antes ocurrían en noviembre y diciembre y apenas tenían efecto, ahora, como el mar sigue estando muy cálido prácticamente hasta finales de noviembre, son episodios más peligrosos. La razón es que se mueve mucha más energía, lo que hace que llueva con mucha más fuerza. Por tanto, el calendario de riesgo de lo que llamamos DANAS o gotas frías se está ampliando, al tiempo que la temperatura del mar, muy elevada, hace que sean potencialmente más peligrosas.
¿DANA es sinónimo de inundación?
No, no todas las DANAS acaban siendo o tienen que acabar siendo inundaciones, pero si se producen mayor número de ellas al año, es más probable que algunas de ellas desencadenen un episodio de lluvias fuerte. Es decir, DANA es la situación atmosférica que potencialmente puede derivar en un episodio de lluvias fuertes.
¿Parece que la sociedad no comprende que el cambio climático es una realidad?
Quizá porque no lo estamos sabiendo transmitir; es decir, el cambio climático es un proceso de fondo, de medio y largo plazo, y estamos abusando del mensaje catastrófico. Quizá lo que tenemos que empezar a transmitir a la sociedad es que vamos a convivir con el cambio climático todo este siglo y lo mejor es conocer lo que está pasando y adaptar nuestros territorios, nuestras actividades económicas a estos efectos.
Incluso se puede ver una oportunidad para ordenar el territorio de manera más racional…
Sí, puede ser una oportunidad para hacer cosas mejor que hasta ahora tanto en nuestra implantación tanto sobre el territorio como sobre el medio natural. No se debe abusar del mensaje catastrófico, es decir, el cambio climático, no genera desastres, sino que incentiva los procesos atmosféricos que originan esos desastres. Los desastres se generan por un cúmulo de circunstancias y fundamentalmente porque el ser humano ha ido ocupando a lo largo del tiempo espacios de riesgo, en este caso de inundación, y claro, cuando llueve fuerte, pues el agua vuelve por sus por sus cauces y encuentra viviendas, encuentra vehículos y encuentra naves industriales y se las lleva por delante.
Es decir, que el hombre ha invadido los cauces naturales por los que debe fluir el agua…
Exacto, ese cauce histórico del agua está ocupado, porque lo hemos ido invadiendo con nuestras actuaciones y el gran problema que hay en el litoral Mediterráneo son las ocupaciones que hemos desarrollado entre los años 60, cuando empezó el desarrollo económico moderno de España, y el año 2008, cuando estalla la crisis inmobiliaria. En todos esos años apenas teníamos normativa ambiental, la ley del suelo no prohibía la ocupación directamente de espacios inundables y entonces hubo muchas décadas de una ocupación muy intensa de áreas de riesgo, es decir, de áreas de inundación.
¿Alguna solución para ordenar el territorio?
A partir del 2008 ya empezó a modificarse la ley del suelo y demás y ya se exigieron la elaboración de mapas de riesgo y por tanto podemos decir que desde el 2008 hasta ahora ya es muy difícil que se ocupen espacios de riesgo. La solución es difícil, la verdad; habría que recurrir a obras de infraestructuras hidráulicas, a desviar cauces y habría que hacer presas en cabecera de barrancos para evitar que el agua circule con tanta con tanta velocidad.
Pregunta obligada, ¿hay que actualizar los protocolos de emergencia?
Sí, hay que adaptarlos a la nueva realidad climática, sobre todo, hay un paso que está fallando, que es la comunicación rápida a la población. Es decir, la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet, puede dar su aviso o la Confederación Hidrográfica a la que corresponda puede dar su información, pero si todo eso no llega de forma inmediata a la población a través de los móviles, no sirve de mucho porque la gente sigue haciendo su vida cotidiana. Que quede claro por ejemplo que en caso de alerta roja no se puede salir de casa.
Me pregunto qué pasaría si en un plazo de dos meses ocurre otra DANA como la del 29 de octubre en Valencia…
En dos meses no sé, pero en un año seguramente se habrá olvidado parte de la tragedia que se ha vivido; lamentablemente en nuestro país hasta ahora solo hemos actuado a golpe de desastres. Ojalá esta DANA sirva para cambiar esa manera de hacer o esa mentalidad que tenemos por la que no nos anticipamos a lo que puede venir, siempre trabajamos a posteriori. Creo que es necesario que en España vayamos asumiendo que estamos en uno de los países del mundo, muy especialmente en la zona mediterránea, que más está notando las evidencias del cambio climático, y eso nos obliga a ser más cautelosos, y a tener unos protocolos mucho más detallados.
Y educar a la población...
Sí, educar a la ciudadanía para que sepa cómo actuar en caso de una alerta, para que sepa qué tiene que que hacer. Algo así como lo que hacen en Japón ante un aviso de un terremoto.
Entiendo que la orografía de la Comunidad Valenciana es determinante en un desastre natural como el de Valencia…
Es la orografía de todo el litoral mediterráneo, porque no se ha trabajado bien la parte interior, que es montañosa, que tiene mucha pendiente, y entonces, cuando llueve fuerte, el agua enseguida circula con rapidez hacia su desembocadura, y en la desembocadura lo que encuentra son núcleos de población, con viviendas, equipamientos e infraestructuras que han ido taponando esos cauces.
Por eso el agua tiene la violencia y efectos de un tsunami…
Sí, es lo que se puede llamar un tsunami hidrológico; el tsunami va de mar a tierra, por así decirlo, y en una DANA es al revés. Pero la violencia de las aguas y la rapidez en la que se ha manifestado puede tener similitud, aunque el origen es distinto; en un tsunami es sísmico, y en este caso, el de Valencia, es un proceso atmosférico.
Una DANA no se puede evitar ¿y las muertes?
Si empezamos a prepararnos, a educar a la población, a hacer caso a los avisos y a comunicarlos rápidamente a la población, seguro que sí. Es decir, de todo lo que ha pasado el objetivo fundamental es que no muera gente si hay otra DANA como la de Valencia. En cualquier estudio de riesgo o de catástrofes lo importante es que, en el futuro, no se produzca un desastre natural como el de Valencia. España es uno de esos países ricos que puede tener instrumental de todo tipo -metodológico, hidrológico, protocolos de Protección Civil- como para evitar la pérdida de la vida humana. Porque la pérdida económica siempre la vamos a tener en mayor o menor medida. Una inundación siempre va a provocar daños, y no se pueden evitar, pero aquí lo importante es que no muera gente.
¿Se puede caer en la psicosis ante las lluvias torrenciales? ¿Cómo se logra el equilibrio entre informar y alarmar?
Es un equilibrio difícil, porque ahora se pasará unos meses, digamos de psicosis, con las informaciones del tiempo; algo que se vivió hace unos días, cuando se produjo esa segunda DANA y entonces se suspendieron las clases en los colegios con rapidez porque la gente ahora está muy sensibilizada. A partir de ahora hay que transmitir mensajes no de intranquilidad, sino para que la gente los entienda como una garantía de su seguridad. Hay que enseñar a la gente que estamos en un territorio de riesgo.
Además de que el mensaje de aviso no llegó a los móviles de la población en la DANA, ¿falló algo más?
En estos casos, la política, la ideología tiene que estar al margen; entonces, toda la información de todo tipo, es decir, meteorológica, hidrológica, los planes de Protección Civil tiene que compartirse para que se pueda tomar la decisión pertinente en el momento oportuno. Tiene que haber transparencia informativa y mucha rapidez en la toma de decisiones. Y para eso es necesario que en los organismos municipales o autonómicos haya personas preparadas en la gestión del riesgo, que haya cuerpos técnicos especializados. En la gestión de la emergencia, lo importante es la vida de las personas, da igual quién dé la orden, lo importante es salvaguardar la vida de las personas.
Alguna lección positiva, ¿por favor?
Quizá la DANA ha mostrado que la realidad del cambio climático está aquí, que nuestro territorio es complejo y hay que saber convivir con ello, con una situación climática cada vez más compleja en un territorio que ya tenía riesgo. La DANA ha sido una llamada de atención para que, a partir de ahora, se trabaje conjuntamente para beneficiar a la ciudadanía.
✕
Accede a tu cuenta para comentar