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¿Por qué hay personas que se parecen sin ser familia? Un nuevo estudio resuelve la duda

Un equipo de científicos españoles ha descubierto que cada persona tiene un doble en algún lugar del mundo y que, sorprendentemente, podría compartir algo más que un parecido físico pasajero

¿Por qué hay personas que se parecen sin ser familia? Un nuevo estudio resuelve la duda
Representación de secuencias de virus integradas en el ADN humanoLa Razón

Seguro que te ha pasado. Caminas por la calle y te cruzas con un desconocido que te recuerda a alguien más. La típica expresión "me suenas de algo, pero no sé de qué" puede tener una razón más allá de la casualidad. La ciencia ha confirmado que podría existir un vínculo genético entre personas que se parecen, aunque no tengan relación familiar conocida.

Carlos Sobera y Carlos Arguiñano parecen ser la misma persona. Luka Modric, Jesús Calleja y Mercedes Milá podrían ser familia. Pepe Viyuela y Penélope Cruz se dan un aire, lo mismo ocurre con Elvis Crespo y Rosalía, o Eva Hache y Nil Ojeda. Personajes públicos cuyo parecido ha sido objeto de memes, comentarios y teorías.

Un equipo de científicos españoles ha descubierto que cada persona tiene un doble en algún lugar del mundo y que, sorprendentemente, podría compartir algo más que un parecido físico pasajero.

Un estudio que confirma la teoría de los dobles

Según la investigación publicada en Cell Reports, aquellos individuos con similitudes físicas también comparten genes, estilos de vida y hábitos.

Para demostrar la teoría de los dobles, los investigadores usaron tecnología de reconocimiento facial y bases de datos genéticas. En el estudio, liderado por el Dr. Manel Esteller, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras en Barcelona, se analizaron las estructuras genéticas de diferentes individuos con rasgos similares.

El experimento reclutó participantes y los sometió a pruebas de ADN y a un cuestionario sobre su vida cotidiana. Posteriormente, sus rostros fueron evaluados por tres sistemas de reconocimiento facial distintos.

Los resultados fueron sorprendentes: 16 pares de personas obtuvieron una puntuación de similitud facial tan alta que se asemejaban a gemelos idénticos. Además, al analizar su ADN, los investigadores encontraron que estos pares compartían genes relacionados con la forma de la nariz, los ojos, los labios e incluso la estructura ósea.

Más allá del parecido físico

Curiosamente, los dobles también mostraron semejanzas en su peso, estilo de vida y hábitos. Factores como el consumo de tabaco o el nivel educativo también coincidían entre los participantes que compartían similitudes genéticas. Esto sugiere que la variación genética no solo influye en la apariencia física, sino también en ciertos comportamientos y elecciones de vida.

Sin embargo, los investigadores también identificaron diferencias clave en los epigenomas, que son los elementos que regulan cómo se expresan los genes en respuesta al ambiente. Así, aunque dos personas puedan parecerse físicamente, sus organismos pueden funcionar de manera muy distinta a nivel biológico.

Implicaciones y problemas con la identificación facial

El descubrimiento plantea interrogantes importantes, especialmente en el ámbito de la seguridad. Si los dobles pueden ser confundidos con frecuencia, la confiabilidad de los sistemas de reconocimiento facial podría verse comprometida en aeropuertos, investigaciones policiales y sistemas de acceso biométrico. "Si pensamos en el software de reconocimiento facial que desbloquea dispositivos o controla accesos, podría haber errores de identificación", advirtió la pediatra y genetista Karen Gripp, quien también participó en el estudio.

Por otro lado, los resultados deben tomarse con cautela, ya que la investigación se basó en una muestra limitada, en su mayoría de ascendencia europea y sajona. Aún queda por determinar si el mismo patrón se replica en poblaciones de otras regiones del mundo.

A pesar de las limitaciones del estudio, una cosa queda clara: nadie es completamente único en su apariencia. Como concluyó el Dr. Esteller: "En este momento, hay tanta gente en el mundo que inevitablemente existen individuos con secuencias de ADN similares. La tecnología simplemente nos ha permitido encontrarlos más fácilmente".

Así que la próxima vez que alguien te diga "me recuerdas a alguien", quizá tenga razón más de lo que imaginas.