Arqueología

Encuentran el taller más antiguo datado con precisión: 700.000 años

El taller prehistórico habría sido “regentado” por Homo erectus, 500.000 años antes de que apareciera nuestra especie

Herramientas talladas por Homo erectus hace 500.000 años
Herramientas talladas por Homo erectus hace 500.000 añosAnónimoCreative Commons

Hay tres conceptos que solemos intercambiar con demasiada ligereza: persona, humano y Homo sapiens. Da la casualidad de que nosotros somos esas tres cosas, pero, aunque nos sorprenda, no todos los humanos son sapiens y no todas las personas son humanas. Si bien, humano y sapiens pueden usarse como sinónimos, hay voces que amplían el concepto “humano” a nuestros parientes extintos más cercanos: el neandertal, el erectus, el habilis, etc. Especies con su propia cultura, producción de herramientas y otros rasgos que, en definitiva, por su grado, cuesta separar de la humanidad. Por otro lado, en algunos entornos se habla de “personas no humanas” para referirnos a grandes simios (chimpancé, bonobo, orangután y gorila) como sujetos de derecho. Así de espinoso es el uso de estos tres conceptos, pero una vez aclarados, podemos hablar de uno de los hallazgos arqueológicos más sorprendentes del año.

Nuestra especie lleva aquí unos 200.000 años, apenas un suspiro. No obstante, ahora que entendemos lo que significa ser humano, podemos decir que hay humanidad desde mucho antes y, de hecho, este hallazgo se remonta hasta 500.000 años antes del primer Homo sapiens. Por aquel entonces, las tierras de lo que ahora llamamos Sudán eran patrulladas por Homo erectus. Humanos diferentes a todo lo que conocemos, pero mucho más avanzados de lo que solemos sospechar. Y es que, bajo el Sol y la arena del desierto, los arqueólogos han encontrado cientos de herramientas en lo que parece haber sido un taller, el más antiguo que hemos podido fechar con precisión.

70 kilómetros desierto adentro

El yacimiento se encuentra a 70 kilómetros de la ciudad de Atbara, la cuna del sindicalismo de Sudán. Puede parecer extraño que se eligiera un lugar tan recóndito para la investigación, pero todo se explica al puntualizar que la ubicación es la de una antigua mina de oro. De hecho, los primeros restos fueron encontrados durante las perforaciones de la mina. Las herramientas encontradas allí eran relativamente avanzadas, clasificándose mayormente como cuchillos, hachas, cuchillas, etc. Todas ellas están talladas en cuarcita, una alternativa al famoso sílex, menos resistente, pero más frecuente en la zona. No obstante, solo con estos datos podría pensarse que aquel conjunto de cientos de herramientas se debía a un almacén y no a un taller propiamente dicho. La clave para entender esta deducción de los expertos está en la presencia de astillas, lascas y pequeños fragmentos que se desprenden durante el tallado de piedra y que, por lo tanto, permiten inferir que en aquel lugar no solo almacenaban sus herramientas, sino que las producían.

Es más, el nivel de detalle del yacimiento es tal, que ha podido ser analizada la cadena operatoria mediante la que fueron producidas las piezas. El término viene del arqueólogo André Leroi-Gourhan. Más en concreto, lo que André planteaba era un método mediante el cual analizar las etapas que habían compuesto la fabricación de los objetos encontrados en una excavación. Así pues, en el caso de la mina de oro de Sudán, tenemos una ventana al pasado que nos muestra con bastante claridad cada fase de la producción lítica.

Media vida bajo tierra

En cuanto a la datación, han aunado tres técnicas complementarias. Por un lado, han podido encuadrar la época comparando la sedimentología de la capa donde se encontraban las herramientas, tomando como referencia el aspecto de las herramientas mismas y, finalmente, mediante sofisticadas técnicas de luminiscencia (datación por luminiscencia estimulada ópticamente). En este último caso, lo que miden realmente es hace cuánto tiempo que la capa donde están las herramientas fue sepultada por nuevos estratos. La respuesta parece ser de 390.000 años, por lo que apoyándose en los otros datos y en conocimientos de estratigrafía, los expertos han podido deducir que las herramientas fueron talladas hace 700.000 años.

Estos datos confirman las especulaciones acerca de la distribución de las poblaciones de Homo erectus durante aquella época. Por un lado, parece claro que la región del Desierto Oriental del Río Atbara estaba ocupada por estos primitivos humanos, pero a su vez, podemos intuir que existían rutas que recorrían con cierta frecuencia entre las tierras altas de Etiopía, el Nilo y la costa del Mar Rojo, permitiendo que la especie se expandiera a lo largo y ancho del continente e incluso más allá de sus confines.

Por ahora, solo se han explorado capas superficiales del yacimiento, pero, a juzgar por lo que sabemos sobre la ubicación y la historia del Homo erectus, es plausible que haya más herramientas en estratos profundos de la mina. Y, en este caso, profundos significa “de mayor antigüedad”. Las estimaciones apuntan a que podrían llegar a encontrarse herramientas de 1 millón de años de antigüedad. Hablamos de restos cinco veces más antiguas que el primer Homo sapiens, por lo que no solo tenemos respuestas entre manos, sino una promesa que podría cumplirse en los próximos años. Un hito que dependerá de las relaciones geopolíticas más que de la propia ciencia, pero que terminará llegando.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • En este caso no se está midiendo exactamente el momento en que las herramientas fueron producidas, sino que se deduce. No obstante, la esperanza de vida de estos productos líticos no era demasiado larga, por lo que, hablando de cientos de miles años, no supone una diferencia apreciable.

REFERENCIAS (MLA):