Este es el balneario de aguas termales de acceso gratuito junto a un santuario con una misteriosa leyenda

Cataluña tiene muchos tesoros naturales desconocidos por la mayoría. Un ejemplo es el balneario de Fontcalda, un paraje natural formado por el río Canaletes ubicado en el municipio de Gandesa, en la comarca de la Terra Alta.

El río da lugar a su paso a una pronunciada garganta con altas paredes entre las sierras de la Mola y el Crestall, que a lo largo de su recorrido facilita diversas pozas y piscinas naturales, pero destaca, sobretodo, por sus baños termales. Se trata de unas impresionantes aguas que brotan a una temperatura de aproximadamente 28 °C.

El balneario (de acceso gratuito) destaca por su entorno natural, pero también por la calidad de sus aguas. De hecho, a lo largo de su historia, estas termas han sido conocidas por las propiedades terapéuticas de sus aguas, ricas en minerales como el sulfato y el magnesio. La gente han acudido a este lugar durante siglos en busca de alivio para sus dolencias, así como un refugio para descansar y desconectar en la naturaleza.

Pero, además, el balneario se localiza junto a un santuario de gran valor histórico y cultural, un templo documentado en el siglo XVI de estilo neoclásico. Cuenta con una sola nave con un pequeño crucero, dos capillas laterales, cúpula y cimborio. En su interior tiene pinturas y tras el incendio que sufrió durante la Guerra Civil se destruyó el altar y la imagen de la Virgen María Antigua, ahora se puede ver una copia del original.

Pero lo que más llama la atención de la iglesia es que cuenta con una leyenda en torno a su construcción. La historia cuenta como un pastor del pequeño pueblo de Prat de Compte encontró una imagen de la Virgen María cerca del río Canaletas, e intentó llevársela a su pueblo para compartirla con su comunidad. Sin embargo, la imagen desaparecía y reaparecía en su lugar original, a pesar de los múltiples intentos del pastor por trasladarla. Ante estos acontecimientos inexplicables y como acto de fe y agradecimiento, la comunidad de Gandesa decidió erigir una capilla en el sitio donde se encontró la imagen, honrando así la presencia divina que se resiste a ser movida de su lugar sagrado junto al río.