Testigo directo

El estremecedor relato del escritor Santiago Posteguillo sobre cómo vivió en primera persona la DANA del 29-O y su sensación de abandono: "Tres días sin ayuda, solo voluntarios"

"Nos acostamos sin luz ni agua, pensando que al amanecer estarían aquí la Guardia Civil, los bomberos, el Ejército... Pero al amanecer no había nadie", señaló.

La reciente DANA que afectó a la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre dejó tras de sí un rastro de destrucción y tragedia, pero también una denuncia firme de abandono institucional. Entre las voces que han alzado su indignación destaca la del reconocido escritor Santiago Posteguillo, autor de aclamadas novelas históricas como Yo, Julia y Los asesinos del emperador. Posteguillo, que participó el viernes en el Senado en una conferencia sobre 'Hispania corazón de Roma' en el Ciclo Historia y Literatura, compartió su experiencia personal, narrando cómo vivió tres días de devastación en Paiporta, una de las localidades más afectadas por las inundaciones, sin que las autoridades aparecieran para brindar auxilio.

Una tragedia sin precedentes en la Comunidad Valenciana

La DANA descargó en pocas horas lluvias torrenciales que desbordaron barrancos, anegaron pueblos y dejaron a miles de personas incomunicadas. La magnitud del desastre se vio amplificada por la falta de alertas tempranas, un hecho que Posteguillo calificó como "cruel". En su relato, el escritor detalló cómo el barranco del Pollo, situado a 50 metros de su vivienda, se desbordó en cuestión de minutos, convirtiéndose en un torrente incontrolable que arrastraba árboles, coches y hasta edificios.

"En solo 13 minutos había un torrente brutal de dos metros de agua sin control", expresó el autor. Entre las pérdidas materiales mencionó cómo el agua se llevó su coche a un kilómetro de distancia y destrozó una librería vecina junto con la fachada de su edificio. Sin embargo, lo más impactante para Posteguillo fue la absoluta ausencia de ayuda institucional durante las primeras 72 horas tras el desastre.

"No vino nadie: ni Guardia Civil, ni bomberos, ni Ejército"

La desesperación de los afectados se intensificó con el paso de los días. Posteguillo describió cómo, al amanecer del primer día tras las lluvias, los vecinos esperaban encontrar equipos de emergencia que iniciaran labores de rescate y limpieza. "Nos acostamos sin luz ni agua, pensando que al amanecer estarían aquí la Guardia Civil, los bomberos, el Ejército... Pero al amanecer no había nadie", señaló.

El escritor relató que esta ausencia de auxilio no solo se prolongó durante el primer día, sino también el segundo, lo que sumió a los habitantes en una atmósfera de miedo e inseguridad. "Cae la noche, no viene nadie. Hay saqueos. No sé si han visto la película La purga. Es lo mismo", denunció.

El panorama se agravó con la aparición de cadáveres en las calles y el riesgo de enfermedades infecciosas debido a la falta de limpieza de los escombros y el barro acumulado. Uno de los momentos más duros para Posteguillo fue encontrar el cuerpo de una joven conocida en la plaza central del barrio, mientras su madre velaba su cadáver.

Voluntarios y vecinos: los únicos que actuaron

Ante la ausencia de las autoridades, fueron los propios vecinos y voluntarios quienes se organizaron para hacer frente a la emergencia. Con palas, cubos y mangueras, intentaron limpiar calles, retirar escombros y asistir a los damnificados. Sin embargo, esta respuesta comunitaria resultó insuficiente para la magnitud del desastre.

"El pueblo con palas no puede", sentenció Posteguillo, destacando que las labores de ayuda requerían recursos y equipos que solo las instituciones podían proporcionar. La indignación del autor se centró en la falta de celeridad por parte de los organismos públicos: "¿Cómo puede ser que en 48 horas no venga nadie? ¿Alguien me lo puede explicar? ¿En España? ¿Siglo XXI?".

El impacto psicológico y social del desastre

Más allá de las pérdidas materiales, Posteguillo enfatizó el impacto emocional que la tragedia dejó en los habitantes de las localidades afectadas, como Paiporta, Algemesí, Catarroja y Alfafara. Describió escenas de devastación que incluían filas de personas esperando agua potable, edificios destruidos y coches volcados.

"Lo que está pasando esa gente no se puede concebir. El nivel de devastación es inimaginable", afirmó. Además, señaló que muchos de los damnificados eran personas mayores o familias con escasos recursos que no sabían cómo rellenar los formularios para solicitar ayudas o acceder a indemnizaciones.

La llamada al Ejército y la decisión de abandonar Paiporta

Posteguillo explicó cómo, ante la desesperación, decidió contactar con conocidos en el Ejército para entender la situación. Aunque no reveló detalles sobre la respuesta que recibió, afirmó que fue suficiente para tomar una decisión drástica: abandonar Paiporta por sus propios medios.

Junto a su pareja, recogió lo imprescindible —su ordenador, notas de trabajo y algo de ropa— y emprendió un largo recorrido a pie hacia Valencia. "Arrastramos una maleta kilómetros y kilómetros por un espectáculo de devastación como no he visto en la vida", relató.

"¿Cómo se puede ser tan miserable?"

El relato de Posteguillo no solo apunta a la falta de respuesta inmediata, sino también a la necesidad de una gestión más eficiente de las ayudas a largo plazo. "Hay mucha gente mayor que no puede rellenar la documentación, que no sabe cómo hacerlo. ¿Cuánto tiempo tiene que esperar esa gente las ayudas?", cuestionó.

El escritor concluyó su intervención con una crítica contundente a las instituciones y una reflexión histórica, comparando la falta de acción de los políticos actuales con las luchas de poder de la antigua Roma. Citando a Antonio Machado, expresó: "A veces la sensación es que las dos Españas nos están helando el corazón".

¿Quién es Santiago Posteguillo?

Conocido por sus novelas históricas que relatan la vida de figuras clave de la antigua Roma, Santiago Posteguillo es uno de los escritores españoles más reconocidos de la actualidad. Nacido en Valencia en 1967, su obra ha sido galardonada con prestigiosos premios literarios, como el Premio Planeta en 2018 por Yo, Julia. Además de su faceta como novelista, es un destacado conferenciante y experto en historia antigua, lo que le ha permitido colaborar con instituciones como el Ejército en diversas charlas y actividades culturales.

La experiencia vivida durante la DANA ha añadido un nuevo capítulo a su vida, convirtiéndolo en un portavoz de las necesidades de los damnificados y en una voz crítica hacia la gestión de emergencias en España.

Reflexiones tras la tragedia

La denuncia de Santiago Posteguillo no solo es un testimonio personal, sino un llamado a la reflexión sobre la preparación y respuesta ante desastres naturales en España. Su relato expone carencias estructurales en la gestión de emergencias y pone de manifiesto la importancia de contar con sistemas más eficientes y solidarios.

La DANA de octubre de 2024 pasará a la historia como una de las más devastadoras en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, su verdadero legado dependerá de las lecciones que las instituciones y la sociedad aprendan para prevenir y mitigar futuras tragedias.