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Cuatro poblaciones de Tarragona, en riesgo de inundación por la dana

La provincia, especialmente vulnerable por ríos como el Ebro o el Francolí, se enfrenta al reto de mitigar el impacto de futuras riadas

Imagen de la carretera REMITIDA / HANDOUT por BOMBERS Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 04/11/2024
Temporal.- Cortada la A-27 en Valls (Tarragona) por desprendimiento de tierra por las lluviasBOMBERSEuropa Press

La provincia de Tarragona, con su variada orografía y proximidad al Mediterráneo, enfrenta un riesgo significativo de inundaciones, especialmente en épocas de lluvias torrenciales que han aumentado en intensidad y frecuencia debido al cambio climático. La combinación de ríos de cauce amplio, torrentes y áreas urbanas densamente pobladas incrementa la exposición al peligro en distintos municipios, donde las autoridades han registrado varios episodios históricos que evidencian la gravedad de este fenómeno.

Tarragona ciudad: el peso de la historia y el río Francolí

La capital provincial es una de las áreas más vulnerables debido a la presencia del río Francolí, cuyo cauce fluye hacia el mar Mediterráneo atravesando zonas urbanizadas y áreas industriales. La historia de Tarragona está marcada por múltiples riadas, algunas de las cuales han dejado huellas profundas en la memoria de sus habitantes. Una de las inundaciones más devastadoras ocurrió en 1874, cuando una crecida súbita arrasó con construcciones y áreas agrícolas, afectando a decenas de familias. Años después, en 1994, una tormenta intensa volvió a provocar el desbordamiento del Francolí, inundando varias zonas residenciales y cobrando varias vidas, lo que impulsó a las autoridades a reforzar las infraestructuras fluviales en un intento por minimizar futuros daños.

Más recientemente, en octubre de 2019, el Francolí se desbordó tras una intensa jornada de lluvias, arrastrando vehículos y causando importantes daños en el puerto y en los barrios colindantes al río. La magnitud de esta riada, que dejó pérdidas económicas y daños irreparables en viviendas, hizo que Protección Civil revisara los planes de emergencia y ampliara las medidas de prevención en la zona urbana (Generalitat de Catalunya, 2019).

Montblanc: un pueblo marcado por la fuerza de las aguas

Montblanc, a unos kilómetros de Tarragona, se ha enfrentado a numerosas riadas a lo largo de su historia debido a su ubicación en la cuenca del Francolí. La más devastadora tuvo lugar en 1874, coincidiendo con el mismo episodio que afectó a Tarragona ciudad, y nuevamente en 1930, con una inundación que arrasó varias edificaciones. La geografía montañosa de la zona canaliza el agua hacia el río, lo que facilita las crecidas súbitas en casos de lluvias intensas.

En 2019, Montblanc volvió a sufrir una riada histórica. Las lluvias continuas y torrenciales causaron un desbordamiento en el Francolí que sorprendió a los habitantes y arrasó con varias construcciones. Además, la furia de las aguas causó el colapso de un puente histórico que conectaba partes del municipio, dejando a varios vecinos aislados y causando daños que requirieron meses de restauración. La repetición de estos eventos en Montblanc ha llevado al municipio a implementar mejoras en el sistema de drenaje y a reforzar los cauces cercanos, aunque el riesgo persiste.

Cambrils: una ciudad costera y el desafío de los sistemas de drenaje

En la ciudad costera de Cambrils, el principal riesgo de inundaciones proviene tanto de su cercanía al mar como de la limitada capacidad de su sistema de alcantarillado, que en ocasiones colapsa ante lluvias intensas. La dana de 2021 fue un episodio reciente que evidenció esta vulnerabilidad: las lluvias torrenciales saturaron los canales de drenaje y causaron inundaciones en varias calles céntricas y urbanizaciones cercanas a la playa. Este fenómeno, conocido como dana (depresión aislada en niveles altos), es un tipo de tormenta que se presenta en la zona mediterránea y que incrementa el riesgo de inundaciones en áreas costeras. La combinación de lluvias intensas con la cercanía al mar hace que los sistemas de drenaje no puedan evacuar el agua con la rapidez necesaria, provocando inundaciones en cuestión de minutos (Protecció Civil, 2021).

Para mitigar estos riesgos, el Ayuntamiento de Cambrils ha implementado nuevas infraestructuras de canalización y está trabajando en la modernización de su red de alcantarillado. No obstante, las características geográficas y climáticas de la ciudad obligan a mantener un plan de emergencia activo, especialmente en los meses de otoño, cuando las lluvias suelen ser más intensas.

Tortosa y el Ebro: una cuenca de alto riesgo

Al sur de la provincia, Tortosa y otros municipios cercanos al río Ebro enfrentan una exposición elevada a inundaciones, dada la magnitud de la cuenca y la periodicidad de las lluvias en la zona. Históricamente, Tortosa ha registrado numerosos episodios de inundación que han afectado a la ciudad y sus alrededores. Uno de los más recordados es la crecida de 1961, que cubrió gran parte de los campos agrícolas y llegó a afectar la actividad portuaria de la zona. A partir de este evento, se establecieron varios sistemas de diques y se trabajó en la regulación de los caudales para minimizar el impacto de futuros episodios.

En los últimos años, el cambio climático ha traído lluvias más intensas, y en 2018 se registró otro episodio de crecida, que alertó a las autoridades y vecinos por la rápida subida del nivel del Ebro. Según la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), el río Ebro requiere un seguimiento constante, y las autoridades locales han reforzado los sistemas de alerta y evacuación para prevenir daños a la población.

Hacia una gestión proactiva del riesgo

La repetición de episodios de inundación en Tarragona y sus municipios ha llevado a las autoridades a plantearse una gestión de riesgo más proactiva. En palabras de la Agència Catalana de l'Aigua, “la planificación y la preparación son esenciales para mitigar los efectos de las inundaciones en áreas vulnerables”. Este enfoque se traduce en nuevas infraestructuras, la creación de planes de emergencia y la sensibilización de la ciudadanía para actuar rápidamente en casos de alerta.