Sociedad

Medinaceli clama en defensa del Toro Júbilo

Los animalistas del Pacma avisan que ahora van a por San Fermín

Medinaceli clama en defensa del Toro Júbilo
Medinaceli clama en defensa del Toro JúbiloIcalIcal

Se esperaba un sábado caliente en la localidad soriana de Medinaceli a cuenta de la suspensión de la gran tradición de este municipio que reúne cada año a miles de personas: el Toro Júbilo.

Un festejo que se suspendía el pasado martes después de que un juzgado de Soria así lo decidiera al adoptar una medida cautelarísima apoyando la denuncia de los animalistas del Pacma.

Una decisión que encendía los ánimos de los vecinos de Medinaceli, sobre todo del alcalde, Gregorio Miguel, indignado por una decisión que considera injusta además de un agravio comparativo con otros festejos similares e incluso más dañinos para el animal que se celebran en otros lugares de España como en Cataluña.

Además, los animalistas del Pacma denunciaban también esta semana haber recibido insultos y amenazas en las redes sociales desde que el juzgado decidió suspender el Toro Júbilo que estaba previsto para esta noche.

Con estos mimbres se convocaban a lo largo de la semana dos manifestaciones; una de los animalistas del Pacma a las seis de la tarde, y otra a las nueve de los defensores de esta tradición, lo que obligaba a la Guardia Civil a reforzar la seguridad en el pueblo mientras la Junta hacía un llamamiento a la calma.

Finalmente, no hubo que lamentar incidentes y se mantuvo la calma, pero en el pueblo resonó un clamor en defensa de su festejo y una tradición ancestral.

La primera protesta se llevaba a cabo a las seis de la tarde con unos setenta antitaurinos reclamando la suspensión definitiva del Toro Jubilo. Algo que defendían coreando frases como "Esta tradición no es el siglo I, es el XXI" o "Esta noche no hay tortura" que discurría sin incidentes.

EL portavoz de PACMA, Javier Sanabria, aseguraba durante la concentración que esta medida cautelarísima del Juzgado “sienta un precedente” pero que seguirán luchando para que este festejo, para el que la sentencia todavía no es firme, o el del Toro de la Vega de Tordesillas desaparezcan definitivamente.

Y denunciaba las “insultantes” palabras del alcalde de Medinaceli en las que dijo que el Toro Júbilo sufría menos que en otros festejos.

"No vamos a parar hasta acabar con la tortura. Incluimos San Fermín y San Juan, porque utilizan a los animales para divertirse y los maltratan”, apuntaba.

La jornada finalizaba con la manifestación de los vecinos de la villa convocados por la Asociación Toro Jubilo en la plaza Mayor a favor del mantenimiento de su rito ancestral. Su presidente, Enrique Riosalido, dejaba claro que Medinaceli seguirá luchando por preservar sus tradiciones y augura que habrá otros Toros Jubilos porque en Aragón y en Cataluña se celebran: “No somos menos que nadie", advertía.

Desde el consistorio de Medinaceli y la Diputación de Soria, sus representantes han expresado su respeto a la justicia, a la vez que han reclamado también respeto a las tradiciones del mundo rural.

En concreto, el alcalde de la localidad, Gregorio Miguel, ha expuesto que espera que la situación de suspensión del Toro Jubilo se revierta.

"Libertad, nuestras raíces, nuestro legado" y "Medinaceli no se rinde, viva el Toro Jubilo", han formado parte de las leyendas que ha podido leerse en las pancartas que portaban los asistentes.

Tradición

El rito del Toro Jubilo consiste en que los mozos enmaronan al toro en un poste y lo cubren de barro desde la patas a la testuz. Tras ello, colocan en su cornamenta un asta metálica (gamella) sobre la que port dos grandes bolas de fuego que arden durante buena parte del festejo. Los mozos tientan al toro hasta que las bolas se apagan, momento en el que se da por finalizado el festejo.

El Toro Jubilo de Medinaceli coincide siempre con el día anterior a la festividad religiosa en honor de San Arcadio, Eutiquiano, Pascasio, Paulino y Probo, mártires, cuyas reliquias, tal y como cuenta la tradición, fueron llevadas desde África a la villa medinense sobre un toro que portaba teas encendidas en sus cuernos.

Estos espectáculos de toro de fuego, muy frecuentes en el valle del Ebro y del Jalón (Aragón, Navarra y Valencia) consisten, básicamente, en atar al toro a un poste; sujetarle un armazón, denominado gamella; colocar en las astas unas bolas impregnadas con líquido inflamable (azufre, aguarrás y estopa) y prenderlas fuego. El toro es embadurnado con barro como medida de protección. Tras esto, los mozos tientan al morlaco en el improvisado coso, informa Ical.

Documentada desde hace siglos en el Archivo de los Duques de Medinaceli, la primera cita de esta fiesta data del 29 de septiembre de 1559, fecha en que fue testigo del rito, desde el balcón central del Palacio Ducal, el rey Felipe II y su tercera esposa Isabel de Valois, con la que acababa de contraer matrimonio. También, están documentadas otras dos celebraciones el 3 de agosto de 1568 y el 29 de mayo de 1598, pues el Toro Jubilo se festejaba por entonces varias veces al año para disfrute de ilustres personajes.