Al menos una vez en la vida todo amante de la naturaleza tiene que ir a visitar la cascada más bonita de toda España. Esta belleza de la naturaleza se ubica en la frontera natural entre Cantabria y Burgos, una zona que destaca por sus recursos hídricos y por la cantidad de zonas en las que pasear y disfrutar.

Además, el otoño es la mejor época del año para ver este nacimiento de agua natural que se encuentra al final de un sendero precioso. La ruta es perfecta para hacerla en familia porque no tiene un desnivel alto (menos de doscientos metros) y en total se trata de un trayecto de siete kilómetros. Se suele tardar unas tres horas en recorrer el camino tranquilamente, teniendo en cuenta las paradas que habrá que hacer para sacar fotos.

En otoño los colores de los árboles que hay en el bosque son una auténtica maravilla: castaños, encinas, hayas... que ofrecen unas vistas espectaculares de la inmensidad del bosque autóctono en todo su esplendor.

Otro de los premios es que como es época de frutos, los visitantes podrán llevarse en el bolsillo castañas y disfrutarlas, sin duda uno de los manjares que ofrece el otoño. La ruta está perfectamente señalizada y los ojos se quedarán más abiertos que nunca al encontrarse de frente con La Cascada del Asón (nacimiento del río Asón o Cascada de Cailagua) ubicada en Soba.

Escuchar el sonido de la agua romper contra las rocas tampoco deja a nadie indiferente, es un lugar especial para conectar con la naturaleza y relajarse por sus sonidos, colores y olores.

La preciosa ruta de montaña hasta la Cascada del Asón cuenta con dos miradores que ofrecen unas la vistas únicas del nacimiento de este río.

El primero de ellos es el Mirador de los Collados del Asón en el que se divisa una vista panorámica de toda la zona. El segundo mirador se encuentra a poca distancia, justo en mitad de una curva cerrada. Este último es el mejor para admirar la gran cascada, es el Mirador del nacimiento del Asón, con una caía de agua de más de cincuenta metros. Una postal de la naturaleza que nadie se puede perder, porque está muy muy cerca: en Cantabria.