Sociedad
Aumenta la presencia de osos en pueblos de Cantabria: ¿supone una amenaza o una oportunidad?
Pese a que el oso pardo "casi nunca ataca", esta situación puede generar una sensación de alarma entre los vecinos
Cantabria está actualizando su plan de conservación del oso pardo, vigente desde hace más de 30 años, con el objetivo de lograr la "coexistencia" entre esta especie, cuya población ha aumentado, y los habitantes de las zonas rurales, donde su presencia es cada vez más frecuente. Por ello, este miércoles, los alcaldes de los municipios cántabros donde la presencia del oso pardo es más común y la Fundación Oso Pardo presentaron propuestas como organizar campañas de divulgación y convertir el avistamiento del oso en un recurso turístico. Estas iniciativas fueron llevadas a la reunión convocada por el consejero de Desarrollo Rural, Pablo Palencia, para discutir la actualización del plan mediante la colaboración y el diálogo con los actores locales.
Antes de la reunión, en un encuentro con periodistas, Palencia destacó que, en las últimas tres décadas, la situación del oso pardo ha cambiado, con un aumento del número de ejemplares en toda la Cordillera Cantábrica y un crecimiento paralelo del turismo en las áreas donde vive esta especie. Esto ha llevado a un aumento de los avistamientos y de las interacciones entre los osos, que descienden a los núcleos rurales para alimentarse, y los humanos. Aunque el oso pardo "casi nunca ataca", Palencia ha reconocido que esta situación genera "alarma social".
Situación de algunos pueblos cántabros
El consejero de Palencia ha destacado que, en lo que va de año, solo ha habido dos avistamientos en la región. Sin embargo, el alcalde de Cabezón de Liébana, Jesús Fuente, ha afirmado que en su municipio han ocurrido "seis o siete" avistamientos, subrayando que no ha habido ningún ataque, ya que "no es su comportamiento". Tal y como ha indicado, "la sensación de alarma que genera en los ciudadanos y por eso queremos poner en marcha medidas: reunirnos para, con tiempo y de una manera preventiva, afrontar y resolver este problema”.
Cuando se le preguntó si este animal era visto como un "problema o una oportunidad", Pablo Palencia argumentó que es una "realidad". Explicó que dado que los osos están presentes en Cantabria, es necesario diseñar medidas para la coexistencia, ya que son animales salvajes que ocupan la cima de la cadena alimentaria. Por lo tanto, ha subrayado la importancia de implementar medidas para evitar que se convierta en un problema y para facilitar su coexistencia con la ganadería extensiva y, en general, con las personas que trabajan y residen en entornos rurales.
El alcalde de Cabezón de Liébana, uno de los municipios cántabros con mayor presencia de osos cerca de los Picos de Europa, considera que es un problema. Ha mencionado la preocupación de los vecinos debido a que el oso baja todas las noches al pueblo en busca de la comida "fácil" que encuentran en los cerezos. Fuente relató que hace un mes se avistó a una hembra con dos crías, y hace tres días a un macho grande. Afirmó que la situación no es agradable, ya que se trata de animales salvajes y es impredecible cómo pueden reaccionar, aunque hasta ahora no ha ocurrido ningún incidente.
¿El oso pardo como un recurso económico?
El alcalde de la Hermandad de Campoo de Suso, Pedro Luis Gutiérrez, adopta una perspectiva "positiva" respecto al oso, considerándolo ya un "vecino más" debido a su presencia habitual en el municipio. Para él, esto refleja la alta calidad del paisaje y atrae cada vez más turistas a la comarca, que incluye la estación de esquí de Alto Campoo.
Por eso, sugiere utilizar al oso pardo como un recurso económicopara destacar su presencia, pero enfatiza la importancia de campañas de concienciación. Esto es crucial para que tanto los residentes se adapten a su entorno, como los visitantes comprendan que no están en un parque temático o en Cabárceno.
El director de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, ha ampliado esta perspectiva destacando que estudios de la Universidad de Oviedo han demostrado que el oso representa un "atractivo económico". Además, debido a sus características, la Cordillera Cantábrica proporciona oportunidades para la observación y disfrute de esta especie.
Además, Palomero ha propuesto implementar medidas para mantener a los osos alejados de los núcleos rurales, como plantar árboles frutales a una distancia adecuada para evitar que bajen a alimentarse en las propiedades habitadas. En el caso de osos más acostumbrados a la presencia humana, sugiere medidas más enérgicas como disparar balas de goma, con el fin de disuadirlos y hacerles entender que es desaconsejable lo que están haciendo, motivándolos a regresar al monte.
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