
¿Cuarto Milenio?
Leyenda negra de Zaragoza: cinco niños murieron tras caer en su terrorífico pozo un bus completo que emergió 50 años después
Está en el río Ebro, a la altura de la basílica del Pilar

El río Ebro esconde enormes peligros, algo que cualquier aragonés sabe. Porque además de ser el segundo más largo y caudaloso de la península ibérica, causa terror en Zaragoza en cuanto se hace referencia a su misterioso pozo de Sán Lázaro. Supuestamente emplazado entre los dos arcos más septentrionales del puente de Piedra de Zaragoza capital, el más próximo a la gran basílica de Nuestra Señora del Pilar, sobre él se ha dicho de todo, pues el mito popular cuenta que no tiene fondo y se lo traga todo. Hay quienes incluso dicen que llega hasta Tortosa y que es tan largo que su salida es al mar…
En la madrugada del 19 de diciembre de 1971, un dramático accidente conmocionó a todos los zaragozanos marcando para siempre como terrorífico al popular pozo de San Lázaro. Un bus de la empresa Ortiz, operado por la agencia Viajes Cardosa que iba hacia Badajoz desde Barcelona, se estrelló inesperadamente contra las frías aguas del Ebro con 50 pasajeros, la mayoría españoles emigrados a Francia.
50 pasajeros dentro
Los ocupantes del vehículo, atrapados en el costado derecho del autobús volcado, vivieron seguramente los peores momentos de sus vidas mientras esperaron a un rescate que duró más de dos horas. La fuerte corriente y la limitación de recursos -solo contaron con dos lanchas neumáticas- dificultaron la mediocre intervención de los bomberos de aquella época.
Del total de pasajeros, nueve desaparecieron para siempre. Entre ellos, cinco niños, dos de ellos sordomudos. Pero hubo algo bueno: gran parte de los heridos fueron dados de alta y trasladados a sus casas el 21 de diciembre por la misma agencia a cargo del bus siniestrado, Viajes Cardoso.
Pero lo más llamativo llegó el día de después a la estrepitosa caída del bus en el mítico pozo de San Lázaro, pues los bomberos instalaron desde el puente una grúa de grandes dimensiones para sacarlo con una resistente sirga. El objetivo era fácil de entender, aunque de difícil ejecución: llevarlo a la margen izquierda, pero no se consiguió. La operación fue un completo fracaso al partirse esta. Se hundió en el pozo de San Lázaro casi para siempre, sin dejar rastro alguno.
Ver para creer: en 2015 salió a flote
Crónica negra que pesa en zaragozanos de todas las épocas. Y es que el trágico suceso del bus mencionado es uno de los no pocos con final triste en el pozo de San Lázaro. Muchas son las historias que hablan de cómo el agujero de desconocida profundidad ha tragado carros con mulas -antes de la llegada de los automóviles- o, incluso, de acontecimientos inexplicables.
Este es el más reciente, digno de Cuarto Milenio: en 2015 la historia del bus de Viajes Cardosa resurgió con fuerza y de la forma más inesperada para todos los maños. El siniestrado autobús en cuestión salió, de repente, a la superficie de las aguas del Ebro y en el mismo lugar. Muy cerca de la boca de entrada del pozo de San Lázaro. 50 años después.
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