El juez del crimen de Palomares pide no juzgar a los menores por separado

La muerte de Jesús Rosado fue un acto de violencia gratuita. La noche de Halloween del 2022, dos jóvenes, uno menor y otro mayor de edad, se trasladaron de Coria a Palomares del Río para cometer robos. Por eso iban armados con una barra de hierro y una navaja. Cuando vieron pasar a Jesús por un parque de Palomares lo siguieron hasta su casa y le propinaron una paliza que le causó la muerte. La Guardia Civil detuvo a los autores de los hechos y ambos han permanecido encerrados de forma preventiva, uno en prisión y el otro en un centro de menores. La sentencia del caso recoge que junto a los dos autores materiales de los hechos, había otros tres jóvenes más, aunque el juez los desvinculó del ataque porque no encontró suficientes indicios de su colaboración.

Después de dos años de aquello, el Juzgado de Menores ha dictado sentencia contra el coautor de los hechos, el que entonces era menor aunque ya ha sobrepasado la mayoría de edad. Ha sido condenado a nueve años de internamiento y cinco de libertad vigilada con asistencia educativa por un delito de asesinato y otro de robo con violencia. El otro detenido todavía se encuentra en prisión preventiva a la espera de juicio.

Como ocurriera con otro caso muy mediático, como el crimen de Marta del Castillo, este asesinato se va a analizar en dos juicios debido a la edad de sus implicados El juez de Menores dejó constancia en la sentencia de esta anomalía jurídica, que puede tener serias consecuencias como el dictamen de sentencias contradictorias y que no ayuda al sistema judicial.

«La existencia de dos procedimientos paralelos distorsiona la vista oral porque quien declara como imputado en una vista tiene que declarar como testigo ‘sui generis’ en la otra, cuando no se ha celebrado su juicio y puede dar lugar a sentencias contradictorias entre si que son difíciles de entender por la ciudadanía y, sobre todo, por los familiares de la víctima que, además, tienen que revivir en dos ocasiones los trágicos hechos que han sufrido», señala la sentencia del juez del caso, Alejandro Vian.

En este punto, recuerda lo sucedido con el caso de Marta del Castillo cuando «El Cuco» fue juzgado por encubrir el asesinato de la joven como un menor porque en el momento de los hechos lo era aunque cuando se celebró el juicio ya había cumplido los 18. El Juzgado de Menores le condenó de uno a tres años de internamiento y la defensa apeló la sentencia para que fuera juzgado por jurisprudencia ordinaria. Pero la Audiencia de Sevilla lo desestimó al considerar que «labor de los jueces no es modificar las leyes actuales que disponen el doble enjuiciamiento», si bien apuntó que «el legislador debería ser sensible a la posibilidad de modificar las leyes en el sentido, al menos, de permitir un enjuiciamiento conjunto de mayores y menores de edad en supuestos concretos de especial gravedad».

El juez del caso del chico de Palomares considera que este es uno de esos supuestos de especial gravedad, apostando por «no demorar algo que necesita de una reforma legislativa si se quiere una justicia fiable, evitando dos procedimientos paralelos sobre unos mismos hechos que pueden condicionar y perjudicar el esclarecimiento de la verdad material, que es un principio que debe orientar toda actuación judicial».

En 2013 el Tribunal Supremo se pronunció en una sentencia a favor de la instrucción y enjuiciamiento conjunto de mayores y menores de edad, pero esa reforma legislativa no ha llegado, como señala el juez, por lo que «siguen existiendo en la actualidad los dos procedimientos paralelos sobre los mismos hechos».