Uruguay huele al delicioso aroma de la carne asada, sabe a hojas de mate y suena a los clásicos tangos de Gardel. Es el destino en el que la alegría inunda las calles de Montevideo entre edificios que rezuman historia, en el que los colores se adueñan de las casas coloniales en Colonia de Sacramento y en el que los leones marinos comparten las frías aguas del Atlántico con bañistas en Punta del Este. En definitiva, más de 176.000 kilómetros cuadrados de inagotables paisajes naturales, de oportunidades únicas y de maravillas históricas.

Entre su gente se concentra un verdadero crisol de culturas procedentes de los nativos e inmigrantes que se refleja en sus tradiciones culturales, sus costumbres gauchas y sus expresiones culturales. Aspectos que hoy conviven con el turismo de naturaleza, el náutico, el termal, el de reuniones y el de aventura y deporte.

Playas desiertas, praderas naturales, extensos arenales, avistamientos de aves o de ballenas, aguas termales o centros históricos Patrimonio de la Humanidad como Colonia de Sacramento o el Paisaje Cultural e Industrial de Fray Bentos son solo algunas de las opciones que el país ofrece al visitante.

Sin embargo, si por algo sorprende este destino es, precisamente, por su autenticidad, por su espíritu armónico y por su compromiso constante con una filosofía de vida que busca el equilibrio humano. Todo ello, garantizado en un entorno seguro, donde la calidez de sus habitantes lo vuelven más atractivo si cabe y donde la protección del medioambiente está más que garantizada.

En ese sentido, posee el 90% de la matriz energética renovable: cuenta con un alto componente de energía hidroeléctrica, al que se le suman el procedente de la biomasa de residuos forestales y de cáscara de arroz, el biodisel a partir de aceites vegetales y grasas vacunas, el etanol derivado de la caña de azúcar y del sorgo dulce, así como la creciente generación de energía eólica y solar.

Las excelentes condiciones naturales del país, sumadas a una filosofía que entiende y respeta los ciclos de la naturaleza y que siempre busca partir de las mejores materias primas y aspira a la perfección, explican el éxito que tienen sus productos en los mercados más exigentes del mundo.Al mismo tiempo, destaca por sus servicios, contando con alta calificación de su capital humano, que se caracteriza por un fuerte espíritu de entrega y superación. Hoy, alentado por una política estatal de apoyo a la innovación, Uruguay se ha convertido en líder continental en el pujante sector de las tecnologías de la información.

Es su continúa afán de superación. Uruguay se erige como uno de los grandes abanderados legislativos, pues ha llegado a desarrollar una visión única y singular de su sociedad. Por ejemplo, desde 1877 estableció que la educación fuera laica, gratuita y obligatoria, siendo la segunda nación del mundo en hacerlo, y llevando a que el estado sea líder histórico en alfabetización, que hoy alcanza al 98% de su población.

Por otro lado, en 1914 fijó las jornadas laborales de ocho horas, y 13 años más tarde, se convirtió en el primer punto latinoamericano en asegurar el sufragio femenino. Además, es pionero en establecer el Plan Ceibal desde 2007, que otorga una computadora portátil por escolar y liceal, y posteriormente siguió con la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, el Matrimonio Igualitario, la Ley Antitabaco y la legalización del consumo de marihuana.

Cada vez son más los que se dejan cautivar por su encanto y su hospitalidad. Los datos así lo avalan: Uruguay es uno de los pocos países del mundo que recibe más turistas que el total de su población, que supera los casi 3,5 millones de visitantes. En 2017 el ingreso por servicios turísticos representó el 8,6% del Producto Bruto Interno, así como el 20,5 % sobre el total de las exportaciones y el 49% sobre el total de exportaciones de servicios. En tanto, la actividad turística ocupa el 6,4% de la mano de obra activa. Unos números que confirman al país como un destino clave.

Para más información consulten: www.uruguaynatural.com