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Barcelona, la Diada de Sant Jordi

El día de Sant Jordi en Barcelona larazon

El 23 de abril se ha convertido en Cataluña en cita de gran interés para viajeros de todo el mundo, pues en sus ciudades y pueblos se celebra algo más que la conmemoración de la muerte de Jorge de Capadocia y el Día Mundial del Libro: se homenajea al amor mediante

No solo en tierra catalana se festeja el día de San Jorge así como tampoco es patrón exclusivo de Cataluña, lo es también de otros países: Bulgaria, Etiopía, Inglaterra, Portugal...; ciudades: Alcoy, Cáceres...; y pueblos: Lucena, Santurce... es que los que se aman lo expresan regalándose ese día una rosa y un libro.

A su vez, la fecha coincide con la fiesta del Día Mundial del Libro, lo que hace que se concentren varios motivos para que el viajero apetezca de visitar una ciudad que, al aproximarse el 23 de abril, destaca como destino turístico: Barcelona. En ella confluyen La imagen de Las Ramblas, en la Diada de Sant Jordi, cada año «da» la vuelta al mundo. “Si las palabras se atraen, que se unan entre ellas” indica la letra del Poeta Hallay... Es decir, que se «reúna» todo aquello que ha nacido para estar unido, flores, amor y libros.

La tradición de regalar rosas... y letras

Quizá la primera vez que se citan las rosas como un elemento del amor sea la del mito de Adonis y Afrodita... Las lágrimas de la diosa ante la muerte de su amado produjeron rosas, y de las gotas de sangre que manaban del cuerpo sin vida de este nacía una anémona...

Es posible que la costumbre de obsequiar con rosas a la mujer provenga de la época grecoromana. En ese tiempo se pensaba que y que esa exigía el sencillo tributo de una flor.

Según la creencia popular, un soldado romano llamado Jorge de Capadocia se enfrentó a un dragón para salvar a una princesa. Al derrotarlo y terminar con su vida, de la sangre de la bestia floreció la más bella y roja rosa...

Jorge de Capadocia fue un valiente caballero decapitado el 23 de abril del año 303 por defender la fe cristiana. Mártir y canonizado. Está constatada la devoción por él ya en el siglo VI. Cataluña, en 1456, lo nombró su protector y patrono.

Numerosas tradiciones rememoran lo que simboliza San Jorge. Entre otras cosas, el amor cortés, aquel que no demanda nada. Pero quizás la costumbre más conocida sea la que implica que quien recibe una rosa en la Diada de Sant Jordi vivirá mil vidas... escritas en un libro.

Barcelona está ligada a este santo de un modo muy profundo, y, para no olvidarlo, en su bandera se encuentran dos cruces de San Jorge. Ya en el siglo XV se celebraba en Barcelona, en el aniversario de su muerte, una feria de rosas, la llamada Fira dels Enamorats, en el Palau de la Generalitat. En torno a él se instalaban los vendedores de esta hermosa flor.

El Palau de la Generalitat, edificio de origen medieval, se halla en el distrito de la Ciutat Vella, que alberga, entre otras zonas, el Barrio Gótico en el que estuvo el primer asentamiento romano, y Las Ramblas, protagonistas indudables en este día.

Siglos en los que la rosa ha entrañado una declaración de amor honesta y sencilla.

Cuentan los ancianos que, en el día de San Jordi, al recibir una rosa, las mujeres correspondían regalando cartas de amor tan extensas que asemejaban libros ... Era la época del romanticismo.

De alguna manera todo cristalizó hasta convertir en tradición la costumbre de aunar letras y rosas..., algo que de alguna manera siempre ha estado unido.

Y las rosas «llamaron» a los libros

Fueron las mejoras urbanísticas realizadas para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 las que impulsaron a los libreros a las calles con puestos ambulantes.

La ciudad acogió maravillada el placer de pasear por calzadas renovadas. Incluso se instalaron lavabos públicos. Poder adquirir libros en un deambular primaveral y emocionante. La exposición, ubicada en la montaña de Montjüic, duró ocho meses en los cuales el libro conquistó la urbe, decidiéndose a partir de entonces que acompañara a las rosas cada 23 de abril.

En los comienzos del día del libro en Cataluña, en 1926, la fecha era el 7 de octubre... Quizás fue o tal vez el aniversario de la muerte de Cervantes y Shakespeare –aunque Cervantes murió el día 22 de abril , siendo enterrado el 23, y Shakespeare falleció el 23 de abril, pero del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del gregoriano–. Sea como fuere, desde 1926 en Cataluña se festeja al libro, pasando a coincidir con la celebración de la Diada de Sant Jordi en 1929.

En 1995, la Unesco, debido a la gran transcendencia que tenía esta “feria” en el mundo de la literatura, declaró el 23 de abril Día Mundial del Libro. Pero es en Las Ramblas de Barcelona donde este día tiene su máxima expresión y significado.

Leyenda de mil vidas

Por todo ello es tan especial pasear por Las Ramblas ese día –amor cortés; amor sincero; amor por la literatura...– pues no hay otro lugar en el mundo que a lo largo de los siglos haya visto tantas flores y letras enlazadas de por vida.

Cierto es que el día de los enamorados tiene diferentes interpretaciones, e incluso se celebra en fechas distintas. El 14 de febrero y su intercambio de regalos es la más conocida. Pero en Rumania, es el 24 de febrero; en Brasil, el 12 de Junio; en China, en agosto... En Cataluña, el 23 de abril.

...Ella aceptó la rosa que él le ofrecía. Se sintió diosa y musa. De sus labios surgieron versos, pura poesía... Para no olvidar, escribieron en la tierra y en las hojas caídas; con cada palabra hacían una promesa, y por las Ramblas aún caminan.

Estimado lector: si alguien te regala una rosa el 23 de abril, significa algo más que una declaración de amor... «si las palabras se atraen, que se unan entre ellas»...y nos darán la posibilidad de vivir mil vidas.

Que se reúna todo aquello que ha nacido para estar unido..., aunque solo sea por un día.

Maica Rivera