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Viajes

Viaje a Las Merindades, el corazón verde de Burgos

Situada en la parte más norteña de la provincia de Burgos, esta comarca con nombre medieval nos enamora con su historia y su agreste paisaje

Cueva-Ermita de San Bernabé, la imagen más representativa de Ojo Guareña Julio CastroJulio Castro

Agazapada entre la cornisa cantábrica y los yermos páramos de la meseta castellana, como si quisiera mantenerse escondida para evitar ser mancillada por el turismo masivo, descubrimos uno de los territorios más bellos y con más personalidad de la provincia de Burgos. Una comarca que nos cautiva por su paisaje, cuajado de verdes y angostos valles, y que, además, puede presumir de haber sido la cuna del primitivo condado de Castilla.

El curioso nombre de esta fascinante comarca se remonta al siglo XII, cuando el rey Alfonso VIII concibió un sistema para gestionar estos territorios de forma más eficaz poniéndolos bajo el control de un «merino», que solo debía ofrecer cuentas a su monarca y al que otorgaban plenos poderes para recaudar impuestos y administrar justicia en su territorio, es decir, su merindad. En la actualidad, Las Merindades son un vasto territorio que abarca 360 núcleos de población con una superficie total de 2.821 kilómetros cuadrados. Para hacernos una idea, una extensión similar a la vecina provincia de Álava, algo que hace que resulte del todo imposible descubrir Las Merindades de una sola tacada. Por ello, nos centraremos en las visitas imprescindibles para un primer encuentro y que, a buen seguro, harán que deseemos volver para conocer el resto.

Espinosa de los Monteros

Si bien es Villarcayo la que ostenta (desde 1560) el título de Capital de las Siete Merindades, nuestro recorrido comienza en Espinosa de los Monteros, la población más monumental de toda la provincia (solo superada por Burgos capital) con un impresionante conjunto de palacios y casas señoriales medievales. Aquí, y solo aquí, nacían los Monteros Reales, la guardia personal instaurada por el conde Sancho García (y posteriormente usada por todos los reyes de España) cuya misión era la de cerrar el palacio, custodiar sus llaves y velar durante el descanso de los monarcas.

Los Monteros permanecieron prestando sus servicios nocturnos hasta el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República en 1931. Una pequeña muestra de la monumentalidad de esta población son el Palacio de Chiloeches, la Torre de los Velasco y la Torre de los Monteros.

Ojo Guareña

Desde Espinosa, siguiendo la carretera BU-526, nos adentramos en otro conjunto monumental, pero esta vez de carácter natural: el complejo kárstico de Ojo Guareña, un entramado de más de 110 kilómetros de galerías subterráneas repartidas en varios niveles de profundidad. Estamos hablando de la red de cuevas más extensa de la Península y una de las seis mayores del mundo, con importantes yacimientos arqueológicos y vestigios de asentamientos neandertales y homo sapiens.

Ahora mismo, se conocen 14 entradas, aunque tan solo dos son visitables: la Cueva Palomera y la maravillosa Cueva-Ermita de San Bernabé, la imagen más representativa de Ojo Guareña. Es un corto recorrido de unos 400 metros que se realiza de forma guiada, con un trazado cómodo y adaptado para todas las edades. La ruta tiene su colofón en la Ermita de San Bernabé, construida dentro de la misma cueva. Su techo y paredes están completamente recubiertos de dibujos policromados (con cierto aire de comic) que representan los diez martirios que sufrió San Tirso y los milagros de San Bernabé. Salvando las distancias, la auténtica Capilla Sixtina (en miniatura) burgalesa.

Puentedey, el «puente de Dios», creado por el río Nela, en la provincia de BurgosJulio CastroJulio Castro

Seguimos rumbo sur, tomando ahora la BU-561 hasta llegar a una de las estampas más iconográficas de la comarca: un puente natural que el río Nela se ha encargado de construir después de millones de años de dura lucha contra la piedra. Un colosal agujero de 75 metros de largo por 35 de ancho sobre el que se asienta el caserío del pueblo a 15 metros de altura. No es de extrañar que, ante semejante maravilla, alguien lo bautizara como Puentedey, el «puente de Dios».

Medina de Pomar

La siguiente parada será Medina de Pomar, la localidad con mayor población de Las Merindades, con sus casi 6.000 habitantes. La calle Mayor (un museo al aire libre, con decenas de grandes pinturas que dan color a los muros de las casas) nos conduce hasta «Las Torres», tal como aquí conocen al castillo que construyeron los todopoderosos Fernández de Velasco, Condestables de Castilla, a finales del siglo XIV, uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar de toda Castilla en perfecto estado de conservación. Tal era el poder de esta familia que uno de ellos, Pedro, junto con su esposa, Mencía de Mendoza, fueron enterrados en la mismísima catedral de Burgos en la capilla de los Condestables. Dentro del castillo se ubica el Museo Histórico de las Merindades donde se guardan importantes documentos de la época.

San Pantaleón de Losa y San Pedro de Tejada

A unos 20 kilómetros de Medina de Pomar, encaramada sobre una atalaya natural con forma de barco varado (Peña Colorada), está San Pantaleón de Losa, una sencilla ermita construida a principios del siglo XIII, pero que a misterio y esoterismo no le gana ninguna iglesia románica de España: algunos historiadores creen que esta ermita fuera, durante algún tiempo, depositaria del mismísimo Santo Grial. Su pórtico no podría ser más original, presidido por una enigmática figura, a tamaño natural, de un hombre con ropaje oriental y larga barba que algunos atribuyen a Sansón.

Iglesia de San Pedro de TejadaJulio CastroJulio Castro

Y si de templos románicos hablamos, no podemos acabar esta ruta iniciática sin descubrir una de sus grandes joyas, la iglesia de San Pedro de Tejada. Fue construida a principios del siglo XII como parte de un monasterio homónimo del que hoy no se conserva nada. La iglesia consta de una sola nave, ábside semicircular y una torre de piedra de dos cuerpos sobre la cúpula. De su decoración exterior llaman la atención el conjunto de canecillos con motivos eróticos y lúdicos en perfecta conservación.

Ficha práctica

-Dónde alojarse: Hotel Posada Torre Berrueza (Espinosa de los Monteros): Un coqueto hotel boutique, con tan solo ocho habitaciones, ubicado en un edificio del siglo XII y decorado con gusto exquisito.

-Más información: www.lasmerindades.com/es/oficinas-de-turismo