Estreno

Una lucha sin límites… ni escrúpulos

Después de una primera temporada impactante, Netflix estrena hoy la segunda entrega de capítulos de “Sagrada Familia”, aún más tensa, descarnada y adictiva

Una lucha sin límites… ni escrúpulos
Una lucha sin límites… ni escrúpulosNetflix

No hay manera de describirlo, hay un “algo” en los thrillers psicológicos que, aunque nos puedan generar estrés o incluso ansiedad, nos mantienen atados a la historia como si la necesitáramos para vivir. Es algo que va más allá de la curiosidad enfermiza, porque puede contradecir nuestros principios y valores, superándolos sin límites ni escrúpulos y despertando sentimientos que nos cuestionan.

Es precisamente ahí donde Manolo Caro, el creador y director de “Sagrada Familia”, se mueve como pez en el agua. Ya nos sorprendió con una enrevesada y exitosa primera temporada y ahora amenaza con repetir, con más fuerza incluso, con los ocho nuevos episodios en los que seguiremos descubriendo cuál es la verdadera identidad de Gloria Román y de todo lo que es capaz esta madre para proteger lo único en lo que tiene fe: su familia. Disfuncional y atípica, pero familia, al fin y al cabo.

En esta segunda temporada que hoy estrena Netflix, Gloria y sus hijos tendrán que seguir aparentando una vida perfecta, esta vez con Natalia secuestrada en el sótano de la casa y con el pequeño Lorenzo como testigo de quienes realmente son. “Ahora los personajes tienen que sobrevivir y salir adelante, así estuvo planteado desde el principio”, confesó el director mexicano a LA RAZÓN y añadió, “son dos volúmenes donde el punto de inflexión es ese, el final de la primera parte, donde dices ‘esto se les fue de las manos’, y ahora tienen que sobrevivir a eso: los hijos a la madre y todos ellos al embrollo que armaron. Por eso esta parte es más oscura, no se da pie a tantas charlas en el parque y esas cosas hasta graciosas que tenía la primera temporada. Ahora aquí gana el que sale vivo”.

La serie ha evolucionado, algo tan necesario para mantener enganchado al público como complicado, sobre todo cuando la tensión es tan alta que podría generar el efecto contrario y hacer que el espectador desconecte. Pero, según contó Manolo, “es curioso, porque fue al revés. Concebí a Gloria/Julia, para que tuviera sentido del humor. A partir de ahí, pensé que la gente no se iba a desenganchar después de ver las cosas terribles que iba cometiendo. Por ejemplo, algo en lo que no se ha reparado mucho es cómo mata a la yonqui, que es muy perverso, pero también me parecía fascinante de rodar, que ella tuviera esa capacidad de decir ¿cómo hago una muerte fina? Porque puedes pensar que la víctima se metió algo que la mató, pero no te pones a pensar en todo lo que pudo haber planificado ella. Creo que el personaje y la historia es lo bastante inteligente para mantener al público cautivo”.

Para Najwa Nimri, el reto de interpretar a Gloria en esta segunda temporada estaba en no perder la imprevisibilidad, aún cuando el personaje ya está referenciado por el público, “por eso nunca interpreto lo que está en el texto y no necesariamente se lo digo a los directores. Lo importante es decir lo que tienes que decir, pero que siempre quede la sensación de que queda algo más por decir, si eres literal con lo que estás interpretando aburres, a mí me aburre. Entonces, creo que esa es la clave de que una interpretación no te saque de contexto, que te mantenga agarrado. Lo que tienes que conseguir en un plató con Manolo es que pasen muchas cosas en un espacio muy reducido, un espacio que habla por sí sólo, entonces tienes que recibir el espacio, vestirte y moverte acorde con el espacio. En la primera temporada eso se entiende claramente y en la segunda, como es thriller, pasa menos, obviamente. Ha sido complejo esta vez, pero ya teníamos pillado el personaje y ha sido muy divertido de hacer”.

En esta segunda entrega, la lucha de Gloria por defender a su familia supera con creces cualquier límite ético y moral, un juego con el que el creador pretende “simplemente, cuestionarnos. Hay temas como, por ejemplo, los vientres subrogados, que quería destacar. Es algo tan fuerte que ni siquiera he intentado poner un juicio de valor, porque probablemente hasta lo he pensado más de la cuenta como una posibilidad para mí. De eso se trata lo que hacemos, si lo que propones no te hace cuestionarte también las decisiones propias, entonces ¿cuál es el chiste? Hay cuestiones en las que no sabemos cuál es el límite. Tampoco en la fe. Siempre me ha parecido fascinante el mundo de las religiones y, al ser ateo, tengo la oportunidad de verlo todo desde otra perspectiva. Envidio muchísimo a la gente que tiene fe, porque digo ¡qué paz! pueden depositar ahí la responsabilidad o la carga de algo que, al contrario, yo me tengo que tragar solo en la ducha, con antidepresivos o en el escritorio inventando historias para superarlo. Por eso, me gusta jugar con esos límites y esta serie lo permite”, concluyó Manolo.

Un reparto de alto nivel en “Sagrada Familia”

Además de Najwa Nimri (“La casa de papel”), el elenco de esta segunda (¿y última?) temporada vuelve a estar compuesto por Carla Campra (“La niña de la comunión”), Iván Pellicer (“El club de los lectores criminales”), Alba Flores (“Te estoy amando locamente”), Álex García (“Antidisturbios”), Macarena Gómez (“30 monedas”, “La que se avecina”), Laura Laprida (“Express”), Ella Kweku (“Now and then”) y Jon Olivares (“Desaparecidos”). Se suman a esta nueva temporada Pol Hermoso (“Alba”, “Merlí”), Javier Pereira (“Que Dios nos perdona”, “Stockholm”) y Abril Zamora (“Todo lo otro”, “El desorden que dejas”) entre otros.