El gadget del sábado: Galaxy Tab S9+, una tablet con ADN de ordenador

En esta esquina, con 580 gramos de peso, una pantalla Dynamic AMOLED de 12,4 pulgadas, un procesador Snapdragon 8 Gen 2, hasta 12 GB de memoria RAM y un almacenamiento de 512 GB, se encuentra la Galaxy Tab S9+, una tablet con ADN de portátil y presentada en el mismo evento que los últimos plegables de la casa coreana: el Z Flip y el Z Fold.

Disponible en gris oscuro y gris, esta tablet no es muy diferente, en lo que respecta a diseño, de las versiones anteriores. Cuenta con dos cámaras en la parte trasera, de 8 y 13 MP y en la delantera un gran angular de 12 MP, muy apto para videoconferencias. Y aquí viene el primer indicio del perfil de la Tab S9+: su objetivo es el trabajo, no el entretenimiento. Sí, es cierto que se ve muy bien el contenido multimedia, que sus altavoces son más potentes que los de las generaciones previas (están adaptados a Dolby Atmos) y que la tasa de refresco es de las más altas para videojuegos. Y si a eso le sumamos su procesador, personalizado para Samsung y una tarjeta gráfica muy solvente, el resultado es de una enorme fluidez.

Pese a su tamaño, es sorprendentemente delgada: 5,7 milímetros, casi un 50% menos que el S23 Ultra… sí, muy delgadas. Aumenta un poco su grosor si le sumamos la funda con teclado (que se incluye de forma gratuita en el precio), detalle que le agrega peso, pero le suma mucha sustancia. La memoria, detalle importante, es ampliable a 1TB con tarjetas microSD. Y no, si la pregunta es si tanta potencia y un tamaño mayor inciden en la temperatura, la respuesta es no: estas tablets cuentas con una cámara de vapor interna y un sistema de disipación de calor bidireccional que evita cualquier sobrecalentamiento.

La adaptación del software al ecosistema Samsung no solo hace que la transferencia de datos y la vinculación con periféricos sea rápida, también permite tener hasta tres ventanas abiertas de forma simultáneas y usarla como segunda pantalla, convirtiendo la tablet en un monitor externo.

La batería es acorde con la demanda: 10.900 mAh. No hay peligro de quedarse sin “jugo” a lo largo del día y unos 20 minutos de carga dan para tres horas más de juego.

Otro detalle interesante es que incluye el S-Pen, si bien es el de mayor tamaño y no sirve para usar en un smartphone, es un detalle que suma a la hora de desempeño y uso práctico. La pantalla se ha adaptado para entornos internos, de baja luminosidad y para exterior donde soporta condiciones de días muy soleados.

Las cámaras funcionan de modo adecuado, no tienen gran resolución y no la buscan, la única a destacar es la frontal que, como decíamos, persigue una utilidad profesional.

¿Qué le falta? Si bien es la tableta Android más rápida del mercado, no puede equipararse con un iPad Pro. Así que, dependiendo de lo que busquemos en una tablet, la elección, por precio y uso, está clara: la tablet de la manzana cuesta, en su versión de 11 pulgadas, €1050, mientras que la Galaxy Tab S9+ parte de €1120.

Veredicto: