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El gadget del sábado: Amazfit Up, cascos abiertos e independientes
Manteniendo su ADN deportivo, Amazfit se une a la tendencia de cascos que permiten escuchar música sin perder conexión con el entorno.
Junto a Coros y Garmin, Amazfit es uno de los favoritos de los relojes inteligentes para la práctica de deportes. Si bien hay otros que tienen estas capacidades (de medir distancias, ritmos, oxígeno en sangre y demás), estos tres fabricantes diseñan sus relojes específicamente para deportistas. Y la diferencia se nota. Ahora Amazfit ha aplicado este conocimiento a los cascos, con sus Amazfit Up.
Como se puede ver en el diseño, se trata de auriculares abiertos, similares a los muy recientes de Nothing Ear (open) o los Huawei FreeClips y su objetivo es “ofrecer comodidad, seguridad y estilo a usuarios con una de vida activos”. ¿Qué quiere decir esto? Que podemos seguir escuchando audio mientras realizamos una actividad física, sin desconectarnos de lo que ocurre alrededor nuestro.
La principal característica de estos cascos sí que son abiertos, pero para ello tienen que garantizar una estabilidad completa en la oreja. Si se va a hacer deportes con ellos no valen las medias tintas de “correr bien, pero unos saltos de más y se mueve”. Aquí no hay grises: o se cae o no. Y los Amazfit Up no se caen gracias a un diseño muy específico que contempla todos los tipos de pabellones auditivos y a un peso reducido al mínimo: 5 gramos.
Son cómodos, ligeros y, pese a ser del tipo abierto, mantienen una calidad de sonido más que digna. No son para melómanos, para encerrarse en una habitación y disfrutar de la música, son para llevarlos al extremo. Todo ello contribuye a que llevarlos puestos durante varias horas seguidas no sea motivo de incomodidad. La verdad es que apenas se nota que los llevamos puestos, una vez que nos acostumbramos a su “enganche”.
En cuanto a su batería, es más que adecuada para el uso que le daríamos habitualmente: seis horas de reproducción continua, más otras 18 gracias al estuche de carga. Todo el sistema se carga en 2 horas por completo y unos 10 minutos de carga, nos dan para casi dos horas de reproducción.
Otro tema: los botones que permiten utilizar el asistente de voz o controlar volumen, pistas y llamadas, están bien ubicados y responden con rapidez. Lo cual le agrega una capa de confiabilidad imprescindible cuando nos estamos moviendo. Que sean texturizados les suma un plus. Los botones tienen tres opciones (no personalizables) posibles: con un toque se reproduce la música o se atiende una llamada, con dos toques terminamos la llamada o adelantamos la pista y con tres toques activamos la opción de IA de la app Zepp Flow, propia de los relojes Amazfit. Eso último facilita la posibilidad de enviar mensajes de voz a texto en Android o configurar el reloj para determinadas opciones de deportes.
Un detalle muy interesante de esta compatibilidad es que no tenemos que llevar el móvil si queremos escuchar música o un podcast: el audio se almacena directamente en los relojes compatibles.
Otra ventaja interesante es que el viento no les molesta en absoluto, no se notan saltos ni molestias cuando nos movemos, como ocurre con otros cascos de diseño similar. Se pueden conectar con dos dispositivos de forma simultánea, sean Android, iOS o Windows y, en relojes de la casa, se aprovecha de la compatibilidad de Zepp para enviar los datos directos al audio, sin necesidad de que estemos pendientes del reloj.
Veredicto: Por este precio (€49,99) no hay cascos mejores para realizar deporte. Si a eso le sumamos un reloj Amazfit, las propiedades son difícilmente equiparables a las de otros cascos.