Iglesia
¿Qué estudian las monjas en España? Una de ellas es 'YouTuber' y esto es lo que desvela
Una hermana que habita en un convento ha compartido un vídeo explicando las materias a las que dedican su vida
Convertirse en una monja no es sola una profesión, al contrario de lo que ocurre con las oposiciones, en las que una persona después de aprobar un examen ya no tiene que rendir tantas cuentas, las religiosas consagran toda su vida al estudio y perfeccionamiento del su fe. Para ellas, tomar los hábitos no marca el final de una carrera profesional, sino el principio de una dedicación que durará hasta sus últimos días.
Existen muchos estereotipos y mitos al respecto, y hay quien piensa que las monjas nada más que se dedican a leer la Biblia una y otra vez, sin salirse del mismo texto. Lo cierto es que suelen ser personas muy cultivadas en teología, pero también en otras áreas del conocimiento, y se nutren con todo tipo de textos y autores. No solo deben conocer el libro sagrado, sino cientos de otros escritos sobre cómo difundir mejor la fe, cómo actuar en el día a día acorde a sus creencias, discusiones alrededor de cómo vivir en armonía con Dios...
Según los últimos datos de 2022 que recoge Statista, en España hay un total de 83.500 catequistas, donde se incluyen todo tipo de personas envueltas en la actividad pastoral de la Iglesia Católica. Sin embargo, el número de personas en clausura era considerablemente menor, de apenas 7.906 monjas y monjes. Durante las últimas décadas, su número ha decrecido preocupantemente, pero aún quedan jóvenes que mantienen viva esta forma de vivir la fe.
Una de ellas, quizá una de las más conocidas en España, es Sor Marta, una joven monja de 28 años que decidió convertirse en una religiosa de clausura apenas acabar el Bachillerato. En contra de todos los estereotipos que existen en torno a los religiosos en nuestro país, Sor Marta está más que adaptada a los tiempos modernos, y se dedica a la divulgación de la fe católica a través de YouTube y otras redes sociales.
El año pasado profesó sus votos perpetuos en el monasterio de Santa Cruz, en Sahagún (León), con lo que consagró finalmente su vida por completo al estudio y vivencia de sus creencias religiosas. A través de internet, se dedica a participar en charlas y crear contenidos con el fin de promulgar su fe y mostrar el día a día de una monja de clausura en España, que es muy diferente a lo que se suele pensar.
La 'hermana YouTuber' desvela qué estudian las monjas en España
Como Sor Marta (@sormarta.osb) explica en uno de sus últimos vídeos, las monjas dedican su vida casi por entero al estudio y perfeccionamiento de sus convicciones religiosas, por el que sacrifican gran parte de su tiempo con el único fin de ser mejores creyentes. Ella, en concreto, es monja benedictina, es decir, que se acoge a la orden religiosa católica de San Benito.
Así, cuenta Sor Marta que la gran mayoría de las monjas benedictinas españolas forman parte de la Congregación Monástica de Santa Hildegarda. El equipo de formación de esta institución elaboró hace años un plan general de estudios en el que se apoyan los conventos para "ofrecerle a las novicias la mejor formación posible".
Primeramente, las monjas suelen recibir una formación de catecismo para, como define Sor Marta, "ahondar más en nuestra fe y para eliminar alguna laguna". Pero no solo se queda allí, también estudian en profundidad los salmos y la liturgia de las horas. Todas ellas reciben formación tanto musical como litúrgica, y se incide mucho en la regla benedictina común a todos los conventos.
Después, se cursa con más calado tanto en las sagradas escrituras como en la historia del monacato y los libros de los padres apostólicos. Una vez que se han adquirido las nociones generales de música, se incide en piano y órgano, esenciales a la hora de celebrar las misas. Pero la formación no se queda solo en lo religioso.
Con el paso de los años, las monjas pueden ampliar sus conocimientos con "otros cursos y carreras universitarias tanto eclesiásticas como civiles". Estas religiosas de clausura tienen la suerte de poder dedicar toda su vida al conocimiento, como hacían los sabios en la antigüedad. Pocas personas hoy en día son capaces de presumir de tal privilegio, aunque por otra parte, exige un sacrificio y dedicación que pocos individuos están dispuestos a afrontar.
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