La profesión médica convoca una huelga el 23 de mayo contra el Estatuto Marco de Mónica García

El Comité Ejecutivo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), con el respaldo del Sindicato Médico Andaluz (SMA), ha aprobado la convocatoria de una huelga de la profesión médica en toda España el próximo 23 de mayo contra el Estatuto marco que pretende imponer el Ministerio de Sanidad.

El objetivo es "lograr una modificación legislativa que permita a los médicos negociar sus condiciones laborales, recogidas en el Estatuto en un ámbito distinto al actual, en el que tengan una representación real para decidir sus condiciones, obligaciones y derechos", detallan ambas organizaciones.

Esta decisión se ha producido como consecuencia del contencioso que CESM y SMA mantienen con departamento que dirige Mónica García durante los 2 años en los que se han llevado a cabo las reuniones del Ámbito de Negociación para modificar el texto, y, especialmente, desde la publicación del borrador que ha elaborado Sanidad.

La reivindicación fundamental de este conflicto es la necesidad de una "negociación singular" para que se legisle "un estatuto propio del médico y el facultativo en el que se regulen las obligaciones y los derechos de los médicos y facultativos del Sistema Nacional de Salud como norma básica del Estado, que iguale a todos los médicos de España en sus condiciones laborales y que permita fidelizar a un colectivo que se siente especialmente maltratado en los últimos años en su tarea de prestar la mejor asistencia sanitaria posible para la población", explican.

El rechazo unánime este borrador ha sido el detonante que ha colmado el vaso de la ya mermada paciencia médica y ha favorecido que se pueda visibilizar el sentir de la profesión, que en los últimos 40 años ha visto cómo se le han ido recortando derechos a la vez que se le imponían obligaciones sin ningún tipo de contrapartida.

Las organizaciones sindicales denuncian que la profesión médica, siendo el eje vertebrador de cualquier sistema de salud, teniendo un papel singular y preponderante, soportando la casi absoluta responsabilidad sobre el paciente y con más de once años de formación mínima, "está siendo, por el contrario, denigrada en sus condiciones laborales y económicas, debiendo soportar jornadas interminables de trabajo de forma obligatoria, con descansos ridículos, ignorando los tiempos de trabajo a efectos de la jubilación, con pagos de horas extraordinarias inferiores a una hora ordinaria, y con una Administración que potencia, respalda y hace gala de invadir competencias exclusivas de los médicos por otras profesiones de inferiores requisitos de formación y capacidad", añaden.